Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
07 Feb 15
Marcos 6, 53-56
«Los que lo tocaban se ponían sanos»
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos, terminada la travesía, tocaron tierra en Genesaret, y atracaron. Apenas desembarcados, algunos lo reconocieron, y se pusieron a recorrer toda la comarca; cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, le llevaban los enfermos en camillas. En la aldea o pueblo o caserío donde llegaba, colocaban a los enfermos en la plaza y le rogaban que les dejase tocar al menos el borde de su manto; y los que lo tocaban se ponían sanos.
Marcos, llamado también Juan Marcos. Discípulo de Pedro. Secretario. Intérprete de su predicación frente a un auditorio griego. Redactor de los primeros discursos, milagros y viajes de Jesús que dieron origen a su Evangelio y que además, sirvió a los otros evangelistas. Era el año 60. Marcos escribe “lo que le oyó decir a Pedro acerca de Jesús.”. La cercanía con Pedro es grande, cuando escapa milagrosamente de la prisión, Pedro se refugia en su casa. Después de breves viajes con Pablo, se traslada a Egipto. En Alejandría preside como Obispo la Iglesia naciente. Allí fallece el año 68.
El relato de Marcos, es muy real… Jesús baja a la playa, después de un día ajetreado y de mucha actividad… “eran muchos los que iban y venían, de manera que ni aun tenían tiempo para comer (releo todo el capítulo 6 )… y donde quiera que entrara, aldeas, ciudades y campos, la gente ponía a sus enfermos en las calles y le rogaban que le dejaran tocar al menos el borde de su manto, y todos los que lo hacían quedaban sanos” Así también sucede con una mujer enferma. Esta comentaba…”si logro tocar al menos su ropa, sanaré. Se acercó en medio del gentío y lo hizo. Jesús, se dio cuenta del poder que había salido de El , preguntó… Quién me ha tocado. Alguien lo ha hecho, he sentido una fuerza que ha salido de Mí”. Ver Mat.14, 34. Marc. 5,25. Luc. 8,46.
1. Jesús sorprendido, extrañado de un poder que lo supera, que quizás no le corresponde. Su espontánea reacción me lleva a preguntarme acaso sea esta la respuesta a aquella corriente teológica que asegura que Jesús (no las sabía todas ) y que se fue dando cuenta, paulatinamente, de su carácter divino. Si así lo fuera, es una contundente afirmación de la Encarnación del Verbo de Dios que asume toda y plenamente la condición humana… plenamente hombre, plenamente Dios. Quiere decir que también experimentó lo que nos pasa a nosotros, que no las sabemos todas. Incluso, ocurre que nos vamos dando cuenta, poco a poco, de nuestra identidad, del quien soy. La Psicología lo explica bien. ”El hombre no es, se va haciendo”. Jesús el Maestro“…en todo igual a nosotros, excepto en el pecado” Un Dios cercano, que sabe lo que nos pasa.
2. Ese Jesús que nos muestra Marcos, desbordado, sanando enfermedades, curando dolencias y haciendo el bien nos remite a lo que hoy debe ser la Iglesia y cada bautizado creyente. La Iglesia no debe pretender…que las sabe todas. No debe intentar dar respuesta a todas las situaciones humanas. Si bien “nada de lo humano debe serle ajeno” (Vaticano II, Iglesia y Mundo) su presencia debiera ser de “acompañamiento, de testimonio con palabras y obras, de la amistad de Jesús y de su Buena Noticia” No significa no abordar los temas en debate o las situaciones de conflicto o que atenten a la condición humana. Mirar al techo o dar las espaldas a lo que ocurre, no corresponde al espíritu del Maestro. Pero algo anda mal, en algo no acertamos en las comunicaciones al interior de nuestras comunidades y frente a la sociedad en general. Lo expreso con cariño y buen ánimo: a menudo aparece un estilo autoritario, que las sabe todas, cuando se habla por ejemplo, del aborto. Estoy seguro que no es esa la intención, pero el Mensaje aparece como ajeno y distante del drama humano de quien lo procura. No convoca a una defensa de la vida, no invita a sumarse a la gente de la salud y a las familias. No clarifica que lo que prima es poner a la Persona en el centro, ni muestra lo que hace en su favor, etc. Algo similar ocurre en el debate sobre la reforma de la educación, reitero estar seguro que no es ésa la intención. Sin embargo el discurso deja el sabor de una institución que en el fondo defiende sus intereses e inversiones. Así, el Mensaje se desdibuja y su dimensión moral, necesaria por cierto, se ve despojada de su evangélico sentido: la defensa de la vida y la centralidad de la Persona.
No resisto transcribir al Papa Francisco…”Veo a la Iglesia como un hospital de campaña después de una batalla, dice. Hay que curar las heridas y sanar a los que están abatidos. Veo con claridad que lo que la Iglesia necesita, con mayor urgencia, es una capacidad de curar heridas y dar calor a los corazones de los fieles, cercanía, proximidad. No podemos seguir insistiendo solo en cuestiones referentes al aborto, al matrimonio homosexual o al uso de anticonceptivos. Toda enseñanza y nuestros mensajes, deben comenzar con el anuncio de la Salvación, después vendrá la Catequesis y se podrán extraer consecuencias morales, pero el anuncio del Amor Salvífico de Dios es previo a la obligación moral y religiosa. Hoy parece que prevalece el orden inverso. La tarea evangelizadora supone mucha paciencia, mucha paciencia. Cuida el trigo, pero no pierde la paz por la cizaña”.
Sé que “es más fácil plantear un problema que solucionarlo”. Mi intención va en la búsqueda de la solución. Oigo y me duele, la queja del Señor “los hijos de las tinieblas, en sus negocios, son más sagaces que los hijos de la Luz”. Lucas 16,8.
Maravillosa tú reflexión, no somos nos vamos haciendo en el camino, pero que tristeza como nos vamos haciendo perdiendo el sentido de la BUENA NUEVA, haciéndonos consumistas y NO preocupándonos del AMOR de CRISTO, que es el que debemos entregar y por medio de él reconstruir las familias y así podremos reconstruír el mundo de lo contrario vamos directo al despeñadero, creo que cada uno debe reconstruír el propio y dar ejemplo
El Señor en aquella época sanaba a los enfermos. sanaba los males, expulsaba demonios o sea expulsaba los males que es lo mismo ¿con que poder? con el poder del amor, que es amor del Padre creador de todo y de nosotros, de ese amor que ilumina huye el mal, el demonio que es oscuridad, odio homicida. Ahora bien, ¿que deberemos hacer los católicos para que el Señor actúe con ese amor en nosotros? para parecernos a Juan Pablo II cuyo poder espiritual superaba a su persona material, era patente hasta para los más acérrimos ateos (este es un Papa de Dios decía un famoso escritor ruso ateo, luego de hablar con el)
¿Que es lo que hacemos mal que no aparece en nuestras actuaciones el Señor? ¿Porqué no expulsamos demonios? ¿Porqué no nos creen?
Yo digo que somos tibios, porque rezamos poco ni confiamos, porque no hacemos oraciones fervientes, porque no hacemos sacrificios reparadores que el Señor pueda usar para cambiar corazones o sacar almas del purgatorio, porque en nosotros no está ese amor tremendo que nos busca y olvidamos a cada paso, porque solo pedimos por los nuestros, pero no amamos a los que nos combaten mas bien los juzgamos sin saber sus historia y sus dolores, porque no miramos nuestros errores que son peores….. porque no buscamos ser santos sacrificados o sea que hagamos sacrificios en favor de la obra de Cristo en el mundo
Los que quieren ley de aborto, la quieren por una causa «noble » desde su perspectiva, no quiera la Santa Madre que cuida de nosotros en tantos santuarios, que se haga realidad tanta «nobleza», que destroza el cuerpo del Señor, que le clavan clavos y lo coronan de espinas de nuevo, Ella espera de nosotros una lucha material y espiritual (oraciones y sacrificios reparatorios)
¿Estará bien si somos muchos los que empecemos por santificarnos primero, sacando lo malo de nosotros y dejando que entre el «enfermero» a perdonarnos, a hacernos libres? ¿ Estará bien ponernos a disposición de la Madre celestial para sus propósitos? ¿ Para actuar y orar con viva caridad ?
Excelente!!!
Altamente estimulante y misericordioso!!!
Bendiciones,
Antonio Josè Sarmiento Nova, S.J.
Pontificia Universidad Javeriana. Colombia
Facultad de Arquitectura y Diseño
Decano del Medio Universitario
Me gustó mucho este comentario; refleja y muestra la «humanidad» de Jesús, y con ello dignifica nuestra propia humanidad.
Nos vamos construyendo como personas, y vamos madurando nuestra necesidad de bondad, amor y comprensión; más allá de las doctrinas impuestas por nuestra Iglesia; Dios va creciendo, madurando dentro de nosotros, proporcionalmente al engrandecimiento de nuestro espíritu, a través de la reflexión e intimidad con el Padre, todos los días de nuestras vidas.
Es la vida de cada uno, el camino que tenemos para encontrar la eternidad y plenitud en Dios.
este es el Jesús que no se conoce y hay que mostrar EL JESUS HOMBRE
Bendiciones