Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
17 May 14
Juan 14, 1-6
«Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”
“No se turben; crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. De no ser así, no les habría dicho que voy a prepararles un lugar. Y después de ir y prepararles un lugar, volveré para tomarlos conmigo, para que donde yo esté, estén también ustedes. Para ir adonde yo voy, ustedes ya conocen el camino.”
Entonces Tomás le dijo: “Señor, nosotros no sabemos adónde vas, ¿cómo vamos a conocer el camino?” Jesús contestó: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí…”
Hace muchos años, este pasaje del Evangelio me impactó y se convirtió en uno de mis favoritos porque al reflexionarlo, descubrí algunos mensajes esenciales para seguir la “vida cristiana”…
En el primer versículo nos dice Jesús: “No se turben”, no se equivoquen, no se confundan, no se sorprendan, “crean en Dios y crean también en mí” y esto nos hace pensar en cuánto estamos reconociendo lo verdadero acerca de la existencia de Dios Padre, presente en la Historia y presente en nuestras vidas así como la aceptación del paso de Jesucristo por este mundo para enseñarnos no sólo a conocer al Padre a través de Él sino a darnos muestras de cómo llegar a una vida plena junto a ellos …
“…voy a prepararles un lugar. Y después de ir a prepararles un lugar, volveré para tomarlos conmigo…” Jesús nos comunica una vez más su inmenso amor, su generosidad, su amistad eterna, su compañía para el crecimiento en la vida espiritual y comprometida que debemos seguir para continuar en comunicación con Él, cumpliendo sus enseñanzas que no sólo son palabras sino ejemplos de vida.
Sus promesas de llevarnos al Padre se cumplirán en cada uno de nosotros con fidelidad, por lo que, debemos tener presente este mensaje de despedida que nos da como una lección más, cuando Tomás le dice: “Señor, nosotros no sabemos adónde vas, ¿cómo vamos a conocer el camino?”
La respuesta de Jesús es clara y directa: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida….”
¿Qué significa esta frase para nosotros hoy? ¿Acaso estamos en la misma situación de los discípulos, de no entender su significado y seguir preguntando? o está tan claro el mensaje que nos asusta y lo hacemos a un lado porque el mundo actual nos plantea “otras cosas” para seguirlas y ser felices…
Me gustaría que pudiéramos comprender y aceptar que seguir a Jesús es el camino de sencillez, de honestidad, de coherencia, de generosidad, de solidaridad, de justicia, de paz y de amor.
Que nuestra tarea es la búsqueda de la verdad a pesar de tantas mentiras que manejan a quienes dirigen a los países con tantos intereses creados que hacen perder de vista la equidad en todos los aspectos de la vida diaria.
Que defender la vida es nuestra tarea primordial y que se relaciona con impedir todo el daño que se hace a la creación, especialmente a los más débiles y olvidados que siguen existiendo en muchos lugares del mundo, pese a los adelantos científicos y tecnológicos.
Seamos fuertes y decididos para seguir a Jesús, para devolver algo de ese inmenso amor que nos dio, descubriendo a nuestro alrededor dónde está Él, en los más pequeños y necesitados que abundan en nuestros países, vayamos en la dirección correcta del Camino, la Verdad y la Vida…
«El camino, la verdad y la vida»
Camino es que para hacer un camino es necesario volver muchas veces sobre nuestros propios pasos, por lo tanto camino es una continua reflexión.
Verdad: Sólo quién busca el camino, busca la verdad y se sabe finito porque el camino es el infinito. Por eso aprendemos de la gente sencilla que encontramos en él, la verdad como experiencia de amor.
Vida: Y es en la vida donde encontramos a Dios, un Dios que escucha el clamor del pueblo esclavo. Escucha la voz de la gente que sufre. Entonces me surgen algunos cuestionamientos:¿Cuánta gente esclava hay hoy? ¿Dónde están los pobres de Yavé?
¿Cómo voy al encuentro del que sufre? ¿Por qué a veces me paralizo frente a tanta miseria?
Entonces comprendo lo que nos dice «Ketty que defender la vida es una tarea primordial» Y el Dios de Jesús es quién me da la fortaleza para despertar cada día y como una niña lanzarme en brazos del Padre amado, que nos nutre con la ternura de una madre. De eso sabe a ojos cerrado nuestra amiga Ketty. ¡Gracias por esta profunda reflexión!
«No es lo mismo conocer el camino, que recorrerlo»
nuestro camino tiene Nombre, y tiene un destino, llevarnos al Padre, recorrerlo y ayudar a otros a llegar, es en sí El Camino
Yo creo lo que dice Ketty,pero me cuestiono mi pequeño mundo familiar y parroquial,al ver que nosotros los seguidores no hacemos lo suficiente y nos acomodamos. Hace dos días se suicido un ex alumno intelectualmente brillante, cursaba una carrera universitaria en una universidad chilena con influencia de la masonería. La misma universidad da vacaciones en estas fechas para disminuir la ola de suicidios que suceden en sus alumnos. Mi sobrina estudia allí y luego de una fiesta o celebración comentó con cierta desilusión «muchos de mis compañeros son Gays».
Yo me pregunto ¿donde están nuestras pobres oraciones ? ¿donde está nuestro testimonio, nuestro ayuno, nuestra penitencia? ¿Donde están los jóvenes bautizados que circulan entre esos jóvenes, entre nuestros hijos?. Razón tiene el Papa con esto de «salir a las periferias», de las parroquias de nuestros pequeños horizontes, son muchos los que se pierden, nuestra Santa Madre llora por ello. ¿Qué hacemos nosotros?
Otro tanto hay que saber de los sufrimientos de los Cristianos en Tierra Santa, en el Líbano vean y cooperemos con Ayuda a la iglesia que sufre AIS Chile
Sin duda Rodrigo, tu testimonio es preocupante; duele pensar que jóvenes tomen decisiones tan dramáticas como un suicidio, me imagino el impacto para tu sobrina, el dolor de esa familia, y el desconsuelo de esos pobres padres.
El suicidio en jóvenes, es casi siempre consecuente a una Depresión Endógena; recientes estudios médicos, indican que su causa es la falta de una sustancia a nivel cerebral; es por lo tanto “una enfermedad”; más frecuente en varones jóvenes, y que no tendría por qué ser un chico “desviado del Camino”. Muy por el contrario, lo más probable es que se trate del peso de mucho sufrimiento y desconsuelo que lo llevó a tal decisión.
Bueno, cada vez que una problemática actual nos golpea, debemos acudir al Evangelio, y en él Jesús nos dice que siempre estará con el sufriente, con el enfermo, con el marginado, con el discriminado.
Actualmente conocemos palabras nuevas, un tanto raras a nuestros oídos, “bulling”, “gays”, y otras tantas que ni siquiera sé bien como se escriben, pero que en todas va implícita de alguna manera, la “discriminación”. ¡Este es el mundo de hoy!, en donde tienen que vivir nuestros hijos, sin duda más complejo del que nos tocó vivir, a los que vivimos nuestra juventud bastantes años atrás.
El dilema es, como hacer que nuestros jóvenes permanezcan con valores y virtudes, en un mundo que claramente parece “marchar al revés”, sin duda es una ardua tarea para los padres de hoy. Es aquí donde debemos seguir el “Camino”, alumbrado por la “Palabra” de Jesús, que lleva implícita la “Verdad”.
Muchas veces para nosotros los padres, es una gesta heroica decir “NO” a nuestros hijos, cuando la presión del medio te dice que eres casi un mal padre, cuando no accedes a una petición por muy aberrante que te parezca. Los padres de hoy, no han confiado en la palabra de Jesús, se dejan arrastrar por un mundo de consumo y competencia; sometiendo a sus hijos al estrés propio que lleva la competitividad, incentivándola, y lo que es peor, muchas veces premiándola con cosas materiales, por supuesto. (He oído, tantas veces: Este año fue el mejor de su curso, entonces ¿Cómo le voy a decir que no?, ¿Cómo le voy a negar lo que me pide?)
Los chicos no tienen culpa alguna, es el mundo que se les muestra y se les enseña, por sus más cercanos guías, sus propios padres.
¡A Dios, gracias!, nuestra Iglesia en este momento está tomando rumbos impensado; el Papa Francisco promueve que los primeros pastores de la sociedad sean los padres, las primeras y más influyentes personas en nuestros hijos; y no con una forma impositiva, sino con ejemplos; no debemos llenarlos de ritos y leyes condenatorias, sino, entregarles la «Palabra» con las conductas de nuestras vidas, en donde se trasmita amor, y se les instruya con nuestras propias vivencias en la verdad y la justicia. Uffff, ¡claro que es una difícil tarea! Y una tremenda responsabilidad.
La consecuencia con la “Palabra” de Jesús, no es fácil para nadie, mucho más dificultosa será para nuestros hijos sino están preparados y fortalecidos en ella. Y que regalo mejor podemos entregarles: la “Verdad”, que les hará encontrar el verdadero “Camino”, y así la tan anhelada “Vida en Jesús”, desde aquí a la eternidad.
Aprovecharé aquí para reiterar las voces que se escuchan hoy fuertemente: “la misión de los laicos”, esta cobra tal importancia en estos días, como replicadores de la “Palabra”, en nuestras comunidades, en nuestros trabajos, en nuestros círculos sociales, pero principalmente dentro de nuestras propias familias.
Francisco dice, que Jesús no quiere Cristianos amargados, sino con alegría, con cariño, con respeto, quiere cristianos que vayan al cine, que les guste el futbol, que usen twiter, facebook, pero que siempre se muestren bajo los paradigmas de su “Verdad” .