Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
10 May 10
Juan 15, 26-16,14ª
“El Espíritu de la verdad dará testimonio de mí”
Yo les enviré, desde el Padre, el Espíritu de la Verdad, que procede del Padre. Este Intercesor, cuando venga, presentará mi defensa. Y ustedes también hablarán en mi favor, pues han estado conmigo desde el principio.
De antemano les digo estas cosas para que no se acobarden. Los judíos los expulsarán de sus comunidades. Mas aún, viene la hora en que cualquiera que los mate creerá estar sirviendo a Dios. Y actuará así porque no conocen a Padre ni a mí. Pero de antemano se los advierto para que, cuando llegue la hora, recuerden que se los había dicho.
Ante la lectura de la prensa y TV, cualquiera podría decir que los chilenos estamos obsesionados con los temas del terremoto del 27 de febrero y con la pedofilia y razón no nos falta.
Si bien el terremoto, aparte del pavor, nos remeció el piso causando una destrucción difícil de reparar, la acusación de un emblemático sacerdote de abuso sexual nos conmocionó hasta el alma, no sólo a los católicos, sino al país entero. Porque pienso que no hay nada mejor que la verdad, sobre todo cuando está entregada por quien corresponde, a mí, al menos, lo que más me duele es no habernos enterado por la jerarquía de la Iglesia de las denuncias reiteradas de varios años atrás y que fueron tramitadas tibiamente para luego dejarlas suspendidas, sino por habernos enterado por los medios de comunicación, que aunque haciendo su trabajo, siembran un clima de paroxismo innecesario al no existir transparencia El inmediato reconocimiento de la jerarquía no hizo sino confesar el ocultamiento sobre la existencia de tales denuncias. Con tal actitud lo único que se logra es no tomar a tiempo las medidas necesarias, no solo para detener el abuso de menores, sino principalmente, para ayudar a las víctimas.
Nuestra condición humana está marcada por variadas situaciones. En momentos por realidades de desierto, de soledad… por eso nos dice Jesús: “Les enviaré el Espíritu…” En toda relación humana en que está comprometido el amor, en vez de un “yo te amo para que tú ames a los otros”, como nos enseño Jesús, se vive un “yo te amo para que tú me ames a mí”, existe el riesgo de una vinculación enfermiza, de dominio de uno hacia el otro. Una exagerada admiración hacia el otro puede transformarse en poder, en abuso de cualquier índole, en vez de un servicio, y esto es, a mi juicio, lo que le sucedió a los muchachos abusados.
Gaudium et Spes, nn. 24-25 nos dice: “Este relacionarse, «ser social», es algo propio, natural de todo hombre. «La vida social no es, pues, para el hombre sobrecarga accidental. Por ello, a través del trato con los demás, de la reciprocidad de servicios, del diálogo con los hermanos, la vida social engrandece al hombre en todas sus cualidades y le capacita para responder a su vocación».
El mensaje que Jesús nos propone hoy retumba fuertemente en el mundo actual. Nos promete que nos enviará al Espíritu de la Verdad. Nos dice que daremos testimonio de Él. Y nos previene para que no nos escandalicemos: seremos perseguidos, calumniados, e incluso, muchos morirán en su nombre. Este es el resumen del cristianismo a lo largo de dos milenios.
La iglesia –sacerdotes, religiosos y laicos- no es perfecta por cuanto está formada por seres humanos y en todos los tiempos ha debido vivir innumerables crisis. Sabemos que, históricamente, de las grandes crisis surgen los grandes hombres y mujeres, y con ellos grandes cambios. Quizás la que vivimos hoy -por una repetición de escándalos a nivel mundial de variada naturaleza propios de una estructura piramidal rígida, no participativa y conservadora que vive mirando hacia atrás como celosa y única poseedora de la verdad absoluta tanto de lo divino como de lo terreno- sea la más grande después de Lutero, y como tal, debe llevarnos a una reforma en la que todos estamos llamados a poner nuestro grano de arena. Todo cristiano está llamado a dar testimonio de fe, de amor y de santidad. Ojala que quien se acerque a nosotros se quede marcado para siempre, no por nuestra personalidad o nuestras cualidades, sino porque somos reflejo del amor de Cristo a todos los seres humanos. Que se diga de nosotros lo mismo que se decía sobre los primeros cristianos: “¡Mira, cómo se aman!”.
Isabel Margarita Garcés de Wallis
Estimada sra. Garces, aprecio mucho sus palabras en el comentario de esta semana, pero deja traslucir, para mi gusto, una liviandad y una actitud casi de disculpas, aduciendo que la iglesia esta formada por hombres, Pero yo supongo, como esos pobres abusados suponían, hasta la terrible experiencia sufrida, que el sacerdote en cuestión era un hijo de Dios, elegido por Dios para predicar con su ejemplo. Entonces a partir de esto, los sacerdotes abusadores son para mi pensamiento doblemente culpable, porque no sólo han vejado la palabra del evangelio, sino violado la ley de los hombres, abusando y utilizando para sus bajos instintos el poder, creo que no merecen si no el más absoluto de los castigos, y ya deberían estar excomulgados. Gracias y que Dios la bendiga.
Tita: te felicito por tu fantástica y conmovedora reflección no sabes lo que la he disfrutado y el bien que me ha hecho.
Siempre te recuerdo con mucho cariño
Elena
¡Muy interesante!. Muchas Gracias,
Martha
Comparto plenamente esta reflexión. La situación es grave y por ello “Debe llevarnos a una reforma en la que todos estamos llamados a poner nuestro grano de arena” –escribe Isabel Margarita. Creo que debemos tomar ese camino: llamar a todos -sin descalificaciones ni exclusiones- a reconstruir nuestra Iglesia. Los laicos como también aquellos sacerdotes y religiosas que están más cerca del mundo real, deben tener un espacio de participación efectivo dentro de las esferas superiores de la jerarquía de nuestra Iglesia.
Pero, ¿Cómo hacerlo, cuando se mantiene una estructura de poder de extrema rigidez de tipo medieval en la que casi todo se resuelve después de un largo tiempo (que trasciende a varias generaciones) y se resuelve en forma dogmática? Soy fiel cristiano y católico, seguidor de Jesús quien es el único camino a Dios-Padre. Ello me impele a expresar mi pensamiento crítico. Jesús es quien fundó nuestra Iglesia, pero en ella con el transcurrir de los siglos se ha transformando -por la acción de los hombres que han ocupado el poder- en una organización cerrada y autoritaria de corte militar (estrictez jerárquica vertical y piramidal), que incluso tiene la calidad de un Estado ciudadano (El Vaticano). Es así que nos tiene en pleno siglo XXI como una Iglesia que no responde ni reacciona a los signos de los tiempos.
Me pregunto, ¿Es ésto lo que Jesús encomendó a Pedro? ¿Qué nos diría hoy Jesús sobre la organización actual de nuestra Iglesia (la Iglesia de Jesús, precisamente) y qué cambios él le haría? ¿Se tomaría mucho tiempo? ¿Se sentiría cómodo en el Vaticano y en tantas catedrales y templo “dorados” recargados de imagines de adoración? ¿Dónde están los valores de la humildad y las orientaciones para un vivir en comunidad solidaria, participativa y en la justicia y la verdad, y no en mundos o estamentos separados por barreras insalvables?
Amo mucho a nuestra Iglesia, por ello rezo e invito a los demás para que nuestras máximas jerarquías eclesiales -que tienen en sus manos el poder- vuelvan sus miradas para “ver” al mundo real; que impere la sencillez, la humildad y respeto a la verdad y a la diversidad de los hombres y mujeres, que no sigan gobernando en la “majestuosidad divina de las alturas” (únicos poseedores de la verdad) y recemos para que sus corazones retomen pronto “con pasión” el seguimiento fiel del Mensaje y ejemplo de vida de Jesús de Nazaret. Hoy en día, nuestra Iglesia pareciera estar “dormida” dando vuelta en círculos y laberintos creados por los hombres (religiosos de la jerarquía) y no nos conduce por el camino principal para llegar a nuestro Dios-Padre a través de Jesús.
Se dice que cuando la oscuridad está llegando a su máximo, debemos tener fe de que estamos próximos a un nuevo amanecer. Ojalá sea así. Los tiempos apremian, nuestra juventud pide ser comprendida y recibir respuestas en el tiempo de su generación, al igual que gran cantidad de laicos y laicas adultos e incluso de religiosos y religiosas cuyas voces están silenciadas por un sistema cerrado que no da oportunidad real de expresarse.
Ser cristianos y católicos no es ser obedientes súbitos al poder terreno eclesial, todos somos parte de la Iglesia de Jesús, y por ello debemos ser activos co-participes de la construcción del Reino de Dios, ahora y en el mundo terreno en donde vivimos.
Esta Iglesia bajo un régimen totalitario es fuente de muchos miedos y sufrimientos, al subordinar el Primer Mandamiento de Jesús a sus leyes y tradiciones. Para Jesús valía: vencer el mal por el bien, mucho perdona quien mucho ama. Nunca era excluyente para quienes no se excluyeron a sí mismos. A Judas solo invita a hacer lo que ya había planeado, sin quitarle su amistad. No recibir representantes del Movimiento Internacional Somos Iglesia, con Millones de Católicos que ansían una Iglesia más acorde con el Evangelio y los Signos de los tiempos, como sucedió con este Papa, que si aceptó a grupos tradicionalistas lefebristas, demuestra ausencia total de amor fraternal y de espíritu cristiano. Téngase presente que en el juicio final, no entrarán cuestiones sobre la fe en la supuesta infalibilidad del Papa, el cumplimiento de leyes eclesiales, la devoción a la Virgen etc. Únicamente seremos todos juzgado sobre cómo hemos tratado a nuestros semejantes, más aún: independientemente si el juzgado conocía a Jesús o no en su vida.
Gracias Isabel Margarita, por esa hermosa reflexión que ha compartido esta semana. Si, dice la Palabra de Dios: “Los judíos los expulsarán de sus comunidades. Mas aún, viene la hora en que cualquiera que los mate creerá estar sirviendo a Dios.” Eso es exactamente lo que nos dice el libro de los Hechos, Capítulos 8 y 9. Cuando Saulo, de Tarso, (Apóstol Pablo) creía estar sirviendo a Dios y perseguía a los seguidores de Jesús para matarlos, mas el Espíritu del Señor lo sorprendió en el camino a Damasco y transformo su vida. Muchos creemos seguir a Dios, mas seguimos a los hombres. Seguimos la religión en lugar de buscar una relación directa con Jesús. Las religiones no salvan a nadie, pues nunca seremos capaces de cumplir toda la ley en su cabalidad, mas Jesús la cumplió por nosotros y lo único que tenemos que hacer es seguirlo a El, como el único camino a la verdad y a la vida eterna. La llave esta en Romanos 10:9-10 que dice: Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor y creyeras en tu Corazón que Dios lo levanto de los muertos, serás salvo. Este es el primer paso, después de eso nunca mas estaremos solos, Cristo morará en nosotros y su Espíritu Santo nos dará fuerzas, nos dará esperanza, nos dará paz y gozo, no como el mundo la da. Renovará nuestro pensamiento y llevaremos su luz a los que viven en la oscuridad. Y lo más grande de todo; seremos capaces de entrar en Su Reino aquí en la Tierra.
A propósito de esto, quisiera presentar la siguiente ilustración que impacto mi vida: Un minero de California, había buscado toda su vida encontrar una buena veta de oro. Un día, ya avanzado en años, se interno por última vez en una mina abandonada y al llegar al final de un túnel, comenzó a picar la pared con el pico de mano. Para su gran sorpresa, la pared que estaba frente a el se derrumbó completamente, dejando ver en el trasfondo la más increíble cantidad de oro. Estaba todo cubierto de oro y el resplandor que dio era tan grande que el hombre se quedó por un momento ciego. Luego oyó una voz que le dijo: “Eso es lo que tu siempre buscaste en este mundo, ¿verdad? Pues ahí lo tienes ahora. ¡Adelante! Hártate lo más que puedas, si eso es lo único que llena tu vida.” En aquel momento, el minero en lugar de sentir gozo, sintió tristeza y así avergonzado y lloroso, cubrió de nuevo la mina y salió de ella. Desde ese día, nunca mas volvió a sentir la necesidad de buscar oro.
Saludos,
Jose, Nueva York, USA.
Hoy recién leo tu profunda reflexión. ¿Cómo llegamos a esta dura y triste realidad? que buena reflexion la tuya, abordas ciertas causas que comparto. ¿qué nos pasó? como el poder corrompe y toma excusas para seguir actuando sin poner freno.
Juan Pablo II nos dijo «el amor es más fuerte» pero basado en la Verdad. Hay que recordar las palabras de Cristo «Yo soy el camino, la verdad y la vida», que frase más salvadora, en especial, para todos en tiempos de crisis y dudas.
Que Pentecostés con su Espíritu nos llene de la Gracia y Divina Misericordia para salir de este oscuro y doloroso Camino para renacer en Vida plena.