Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
09 May 15
Juan 15, 26 – 16,4°
«El Espíritu de la verdad dará testimonio de mí»
“Pero cuando venga el Protector, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre y a quien yo les enviaré de parte del Padre, él dará testimonio acerca de mí… Se los advierto de antemano, para que cuando llegue la hora, recuerden que se los había dicho”.
El evangelio de esta semana me da la oportunidad de explicar en forma sencilla, a nivel de simple laico, hombre de la calle, que la palabra del Señor no debemos tomarla literalmente ni sacarla de contexto, de su época, costumbres y oportunidad. Jesús predicó y habló a gente humilde, en tiempo y circunstancias diferentes a las actuales. Su lenguaje era sencillo, directo, fácil de comprender y, para hacerlo aún más fácil, usaba las parábolas, como queriendo enseñar a niños. Jesús hablaba con la verdad y la verdad no necesita vestirse de adornos y de complejas explicaciones.
Hoy nos anuncia que está y estará siempre con nosotros el “Protector”, según la edición latinoamericana, o el “Paráclito”, según la edición de Jerusalén, que significa “Consolador (del latín “Consolator” y del griego “Parakletos”). Pues bien, hasta ahora no hemos avanzado gran cosa, salvo saber que tendremos siempre a nuestro lado a un protector, un consolador, un defensor, un intercesor, un auxiliador, etc. ¿De qué se trata todo esto en palabras simples? Que Jesús y su Padre, no nos dejarán entregados a nuestra propia suerte o destino, sino una vez que Jesús retorne a Dios, quedará entre nosotros el Espíritu de ellos, que juntos, conforman una sola persona, Padre, Hijo y Espíritu. Es decir, en este Evangelio se nos da el compromiso de una convivencia en plenitud con el Señor, a través de su espíritu presente en el hoy, acá y siempre. No estamos solos.
Se trata de aquella presencia invisible y parte de los misterios de Dios que, cuando era pequeño y joven no pude comprender, pues no es por el racionamiento el camino por el cual llegamos al Señor, sino por lo yo que denomino como un salto al vacío colgado de los sentimientos, que dan la seguridad suficiente para abrirnos y recibir la Fe, que es don gratuito.
En mi vida he tenido múltiples y gravísimos fracasos y situaciones de altísimo riesgo de muerte, y he logrado enfrentarlas sin desalentarme, con un fuerza insospechada que surge de mi interior y que me impulsa a enfrentar esa situaciones con éxito o satisfactoriamente para levantarme y seguir mi camino. ¿Qué es? ¿Cuál es el remedio, el estimulante, la droga o el método sicológico seguido? Ninguno de ellos. Es simplemente, sentirse acompañado del buen e inseparable Amigo que camina con nosotros, día y noche, en quien confiamos y nos da fortaleza, nos da sentido a nuestra vida. ¿Pero quién? -dímelo por favor de una vez por todas, sin tantas palabras, dirá el lector que está hoy acostumbrado a expresar todo en breves palabras ante una valorización del tiempo como si fuese oro.
Es el Espíritu Santo, es Jesús y nuestro Dios- Padre. No lo digo por aprendizaje, ni por mi formación educacional cristina ni familiar. Pues por eso lado, no lo descubrí. Lo encontré buscando un día en mi interior en circunstancias muy especiales. En ese momento, había dejado a un lado el racionamiento, tan propio de los humanos. No es del caso entrar en detalle, pero debo decir que lo sentí definitivamente como una voz interior cálida, amorosa, misericordiosa, tranquilizadora, acogedora y que me daba ánimo y me abría caminos. Por cierto, es un hecho personal y testimonial. Pero lo que me sucedió a mí, ¿por qué no a otros? Hay que entregarse y confiar.
Jesús nos ha convocado a seguir su camino liberador en la construcción de un nuevo mundo justo, solidario, veraz y en la paz perdurable nacida del ejercicio de esos valores. ¿Pero qué estamos haciendo? Estamos plácidamente cómodos esperando que eso lo hagan otros. Olvidamos que para cambiar lo que queremos, debemos cambiar partiendo por nosotros mismos. Cambia tú, da el primer paso, y el mundo empezará a cambiar. Y, para ello, tenemos a nuestro “Defensor, Guía y Fiel compañero” a nuestro lado. Te invito a dar un paso adelante.
Mi generación de los años 60’, época de la apertura al mundo de nuestra Iglesia con el Concilio Vaticano II y de la revolución de las flores (hippies), fuimos soñadores que dimos un primer paso, luego otros, pero gradualmente se fue haciendo lento el caminar. Nos faltó transmitir esa fe en el apoyo que Jesús nos habla hoy.
Como buen hombre común, termino esta reflexión con las frases finales de la letra de la canción del hippie británico John Lennon que dicen: “Puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único. Espero que algún día te unas a nosotros, y el mundo será uno solo”.
Patricio tiene mucha razón. Es preciso entregarse por entero al Paráclito, renunciar a la razón y dejarlo todo en manos del Consolador. Cuesta mucho vencer el orgullo, la autosuficiencia, la vanidad,la soberbia. Sólo despojados de nuestro egoísmo podremos decir al Espíritu Santo: «haz de mí lo que Tú quieras, yo me abandono en Ti».
Me ha sido muy útil la forma como ha sido abordada la reflexión del evangelio de esta semana. Hemos sido educado y formado en el miedo, el horror al pecado, una clase clerical que habla y escribe como se fueran seres superiores. Como dice hoy Patricio, Jesús hablaba sencillo, su predica no era decorada con palabrería pagana, falsa, ritos arcaicos. Las reflexiones que ustedes comparten son una esperanza de que es posible que los laicos tomen un rol importante en la evangelizacion. El acompañamiento de Jesús y su Padre con el Espiritu Santo es un elemento vital que debe reforzarnos para perder nuestros miedos y atrevernos a ser misioneros en el dia a día, como lo dice el lector Silvio Avilez
Como siempre tan claro, tan sencillo. Me llega profundamente.
En un programa de Radio María Chile relataban el testimonio de lo difícil que era para los padres explicar qué es el Espíritu Santo y sus hijos párvulos lo explicaban como la «alegría». La unidad esta en Jesús, en sentirse parte de su grey y actuar conforme a ello, tener a Jesús en el corazón y dejar que actúe
Me maravilla como actúa JESÜS, en nuestras vidas, hoy te ha tocado a ti Patricio hacer la reflexión de este evangelio ,de que manera JESÜS ha permanecido en tu vida , desde que te conozco, sin darte cuenta EL ha estado con su ESPIRITU SANTO siempre es aquí en Algarrobo donde EL te ha mostrado su presencia en tu vida y te a puesto en el camino de la VERDAD, frente a la situación que vive Algarrobo con alma y cuerpo, eso es vivir el evangelio y tener la certeza que el PADRE siempre está con nosotros, gracias por enseñarnos a vivir con la VERDAD y por la VERDADD
Es increíble como la fe se trasmite con más fuerza por los testimonios que por los conceptos. El testimonio de haber sentido esa tranquilidad tan completa en momentos difíciles que uno no entiende.
Este testimonio nos hace ver y entender de forma veraz que el Señor esta en nuestro interior, tenemos que atrevernos a entrar y conocernos a nosotros mismos, aceptar nuestros lados oscuros que ahí también mora Él y es través de su santo Espíritu nos va transformando y ayudando para poder ser mejores personas y dar testimonio de su Reino en nuestros días.