Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
06 May 13
Juan 16, 16-20
“Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría
“Dentro de poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver. Entonces, algunos de sus discípulos comentaron entre sí: ‘¿Qué es eso que nos dice: ‘Dentro de poco ya no me veréis y dentro de otro poco me volveréis a ver’ y ‘Me voy al Padre?’ Y decían: ‘¿Qué es ese poco’? No sabemos lo que quiere decir’. Se dio cuenta Jesús de que querían preguntarle y les dijo: ‘¿Andáis preguntándoos acerca de lo que he dicho: ‘Dentro de poco no me veréis y dentro de otro poco me volveréis a ver?’ En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo”.
Difícil para ellos que acompañaban a Jesús desde el inicio de su vida pública. Mucho más fácil para nosotros que sabemos lo que ha pasado, pasión, muerte, resurrección, Pentecostés. …”En verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo”.
Jesús por su extrema sabiduría tenía la intuición y la experiencia que su seguimiento no sería fácil. Sin embargo, también podemos decir, según muchos expertos, que el cuarto evangelio, como es conocido el evangelio de Juan, fue escrito por lo menos 60 años después de la muerte/resurrección de Jesús. ¿Qué quiero decir con ello? Que eran tiempos de gran persecución a los cristianos y la comunidad nos trasmite su experiencia de los sufrimientos pero siempre con la esperanza de la tristeza convertida en gozo.
Verdad que no sabemos cuándo será el pleno gozo, pero sí sabemos que Cristo no nos abandona y por su Espíritu está entre nosotros y en nosotros por la Eucaristía. La celebración de ese sacramento no es un simple rito ni obligación semanal; la liturgia tampoco lo es porque la liturgia está en el centro del misterio pascual que actúa en la Iglesia por los sacramentos.
Jesús nos habla de salvación/redención cuando nos promete la tristeza convertida en gozo. Ello es una piedra angular para pensar la liturgia que “día pos día, nos va transformando interiormente en templos sagrados del Señor y habitación espiritual de Dios” (Sacrosanctum Concilium (2).
La salvación, sin embargo, tiene una dimensión histórico-profética: evangelizar a los pobres, curar los corazones heridos, acoger a desamparados…La salvación como punto central de la obra de Cristo sigue en la Iglesia por la liturgia, pues desde los apóstoles sigue anunciando que el Hijo de Dios, por su misterio pascual, nos ha liberado de la muerte, haciéndonos entrar en el Reino del Padre que ya está entre nosotros pero no plenamente.
No vemos a Jesucristo como sus discípulos, pero tenemos la misma esperanza, la misma fe, el mismo compromiso con la caridad. No lo vemos sino que lo sentimos, lo experimentamos especialmente al seguirlo en el servicio a las hermanas y hermanos, como él mismo nos ha enseñado en el evento del Lavapiés, según también nos cuenta el evangelista Juan.
Salgamos de nosotros mismos (éxtasis) para entrar en el flujo de amor divino (entusiasmos) y acompañarlo en el éxodo permanente hacia la plenitud del gozo, la visión beatífica.
Amén.
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