Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
21 May 12
Juan 21, 15-19
«Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas»
Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer con ellos, dice a Simón Pedro: Me amas más que a éstos?» Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Jesús le dice: «Apacienta mis corderos.» Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?» Él le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Él le dice: «Pastorea mis ovejas.» Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?» Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.» Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.» Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió: «Sígueme.»
SIMON PEDRO, HIJO DE JUAN, ME AMAS MAS QUE A ÉSTOS ?
Que maravilla la oportunidad que Jesús le da a Pedro después que lo había negado tres veces.
Hablar del amor con Jesús es casi una locura, de manera que Pedro sólo se atreve a contestarle lo que somos capaces los humanos: Si te quiero.
Porque amar es cosa de Dios, los hombres queremos, con afecto, con amistad, con ternura; así es como queremos a nuestros padres, a nuestros hijos, a nuestro cónyuge, a nuestros amigos. Con todas las imperfecciones que cada uno da por el otro y que enriquece el querer; unas veces con grandes expresiones y otras veces con rabias y faltas de comprensión. Cuantas veces peleamos con nuestros hijos, padres y prójimo pero les decimos que los queremos.
Jesús le pregunta a Pedro dos veces ¿me amas? que refleja lo que significa el amor a Dios frente a nosotros. La humildad de Pedro hace que le pregunte una tercera vez y ahí viene el cambio: se ha puesto a nuestra altura,
SIMON HIJO DE JUAN, ¿ME QUIERES?
Señor, tu sabes todo, tu sabes que te quiero.
Se ha ganado nada menos que ser encargado de las ovejas.
¿Cómo hacemos nosotros para lograr que el prójimo nos quiera en nombre del Señor?
Difícil respondernos. Para Jesús, sólo ser como Pedro: Tu sabes todo, Tu sabes que te quiero a veces, cuando puedo, cuando me es fácil, cuando no tengo los ojos cerrados frente a mi prójimo: unos con frío y yo muy calefaccionada, otros con hambre y yo botando porque me sobra, yo guardando sin repartir.
Señor, tú lo sabes todo, Señor, permite que encontremos el mejor camino para aplicar lo que tú nos pides: humildad y docilidad a los caminos de Dios.
Un testimonio que nos llena de esperanzas:
Mi tía, muy enferma del corazón, poco a poco fue muriendo dejando a sus hijos muy desamparados. Su respuesta al Señor fue una entrega total.
Señor, quise ser tu cincel y me forjaste
A martillo y a fuego el corazón
Cogido entre tenazas lo sumiste
En la hoguera implacable del dolor.
Cogido entre tenazas era carne
Retorcida y sangrante de tu amor
Que aniquila y construye en su agonía
No sabia, Señor
Pero tú trabajas
Crepitante salto la escoria
Y al confuso son de sollozos
Fue haciéndose mas claro
Y se tornó en canción
Has que comprenda y dulcemente
Aunque tiemble mi voz
A tus fecundos golpes cante siempre
GRACIAS MI DIOS.
Gracias, María Teresa, !qué belleza! !Qué hondo llegaste! Me ha emocionado y me va a guiar mis pasos en esta semana.
Que Jesús te ilumine cada vez más y el Espíritu te llene de todos los días de pasión por el Reino.
cariñoso abrazo desde Rio
Davina
Gracias Maria Marta, Tu nombre ya me recuerda a mi amado Jesus, siempre recuerdo esa escritura. y trato de Ser como Maria pero siempre me descubro siendo como Marta . Tu seguro que tienes un balance . gracias por tu aporte a difundir el Evangelio y por el amor que entregas, Aly