Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
12 Sep 15
Juan 3, 13-17.
«Tiene que ser elevado el Hijo del hombre»
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen el él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.»
“Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él”.
Nosotros estamos ya acostumbrados al mensaje salvador de Cristo en el evangelio, por lo que nos cuesta poner la “piel de gallina” como si fuera la primera vez que escucháramos esta frase.
El contexto de este trozo de Juan es la conversación que Jesús tiene con Nicodemo. Nicodemo es un fariseo que, a diferencia de sus pares, creyó en Cristo. Y se arranca, “de noche” como nos cuenta el evangelio, a conversar con Jesús. El hecho que este diálogo transcurra de noche nos habla que lo hizo “a espaldas de sus compañeros”, pero también lleno de contradicciones. Toda su vida esperó a un mesías castigador, que separaría a los justos de los malos. Y aparece este hombre distinto, lleno de sabiduría, pero a la vez tan sencillo. Nicodemo reconoce que sus actos no pueden venir de otra forma que no sean de Dios.
¿No nos emocionaríamos al tener en frente a quién -según las escrituras- es la persona que estamos esperando? ¿Y no nos provocaría un fuerte remezón saber que muchas cosas que dábamos por sentado tendrían una interpretación distinta? Cerremos los ojos y pongámonos un momento en el papel de Nicodemo. Escuchemos a Jesús decirnos por primera vez “porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él”.
“Como Moisés levantó la serpiente en el desierto”. Esta frase citada de Números 21, 4-9, habla del momento en que el pueblo de Israel, impaciente en el Éxodo, comienza a hablar mal de Dios y de Moisés. Dios, enojado, manda serpientes a castigar a la gente, matándolos con su mordida. Llenos de arrepentimiento, el pueblo pide a Moisés interceder ante Dios para que los perdone. Dios le dijo que construyera una serpiente de bronce y la colocara sobre un mástil. “Todo el que haya sido mordido y lo mire, vivirá”.
“Para que todo el que crea tenga vida eterna”. Seamos nosotros los Moisés del siglo XXI. Que Jesús nos use de intermediarios para transmitir su palabra, y qué mejor manera que hacerlo dando un ejemplo correcto de vida Cristiana a nuestro entorno, sea este la familia, el trabajo o los amigos.
No tengamos susto al “qué dirán” manifestando nuestra alegría en Cristo: hace poco el Papa Francisco se dirigió a la juventud pidiendo que “no tengan miedo a las tensiones, cuando hay vida hay conflicto(…)sin tensiones o conflictos estamos en un cementerio, no le tengan miedo a las tensiones: se resuelven con diálogo, y los conflictos con respeto”.
Tal como Nicodemo, vivamos con exaltación y busquemos responder nuestras inquietudes en Cristo; que su fuego nos circule, como la sangre en el cuerpo, recibiendo su palabra y transmitiendo su mensaje al mundo.
Luís amigo totalmente cierto tu comentario y que importante tener en claro que debemos dar un ejemplo de vida cristina correcta, pero estamos lejos de aplicar esto ,porque estamos preocupados del que dirán, nos da mido no se a que.
La verdad que yo pienso que pocos nos hemos dado cuenta que el Reino lo construimos aquí, viviendo una vida cristiana como JESUS nos enseña a diario.
Viviendo con humildad .,respeto por el hermano , siendo servicial en definitiva amando como CRISTO nos ama
A veces quisiéramos un Juez castigador que corrija a los que promulgan abortos en Chile, pero una vez más el Señor sorprende con su manera de amar, aún no nos juzga, nos juzgamos nosotros porque no creemos en su amor, nos condenamos por no hacer su voluntad.
A propósito de Ezzatti y Medina que están en la Palestra, que bien vendría a nuestra iglesia una conversación a puertas cerradas entre los invlolucrados. Los horribles horrores de Karadima (que no son menores de otros que tenemos en el interior) y sus mentiras que siguen salpicando a la buena fe de la Jerarquía se solucionarían en una conversación cara a cara que desenmascare las prejuicios de unos y otros que siembra el mismo de siempre. Ahí estará mediando el Señor con su verdad de amor ¡¡Escúchanos Señor te rogamos!!