Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
02 Abr 16
Juan 3, 16-21
“Dios mandó a su Hijo para salvar al mundo”
“Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios. Y el juicio está en que vino la luz al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal aborrece la luz y no va a la luz, para que no sean censuradas sus obras. Pero el que obra la verdad, va a la luz, para que quede de manifiesto que sus obras están hechas según Dios”.
Juan es el joven apóstol, el amigo discreto e incondicional del Mesías, el testigo fiel de la fe hasta la muerte en Cruz. El creyente contemplativo del Misterio Pascual del Cristo en la predicación, la agonía, el vía crucis, la crucifixión hasta la espera en la tumba, y el joven escritor de la Buena Nueva o Evangelio que para nosotros sería el primer cristiano pascuero, es decir quien celebra la Pascua en su propia vida.
Juan narra desde su cercanía y amistad con el Maestro, primero el significado del Amor en nosotros que sería como un dar gracias por la persona muy cercana y amada, que da todo, cuestiona, no razona fríamente y es sencillamente especial. Todo resume la vida cotidiana, tanto para ti y para mí, el Amor de un Dios que se hace Hombre para morir duramente. Un Dios que para dar Vida, es Especial y nosotros especiales para Él, sea en pecado o gracia; en el camino de Vida Eterna en medio de pecados cometidos y la Esperanza misericordiosa del Hijo Único de Dios, quien vendrá a juzgarnos solo en el Amor comprensivo.
De allí salen los otros rasgos de Jesucristo como es la Misión Redentora, la Fe sencilla como la vida misma, y el acto de conciencia coherente con las consecuencias de la Verdad.
El ser juzgados en el Amor, es un reto duro que en los momentos de nuestra vida como hombre o mujer, como parte de una familia, un país ante elecciones (Perú, por ejemplo) y cristiano(a) en la Iglesia, que a pesar de nuestras debilidades, seremos juzgados en el Amor. Esta palabra de Dios es muestra que el amor sencillo es signo de la Verdad (la Luz)…ello me trae al recuerdo cuando en la Misa de Vigilia Pascual llegó el momento de la Paz abracé a mis dos hijos adolescentes de mayor talla que yo y al darles un sencillo beso en la cabeza, fue en modo de perdón, dar gracias de quienes son y aceptar los errores, porque el Amor es especial, viene de Dios como la Vida misma.
Cristo no ha venido para condenar sino para salvarnos. Viene a ser luz en un mundo entenebrecido por el pecado, quiere dar sentido a nuestro caminar. Nosotros estamos llamados a ser coherente con la Palabra de Dios, para que con nuestras actitudes y hechos en nuestra vida cotidiana demos testimonio de vida de modo iluminar el camino de los demás. No es fácil, es un desafío que debemos asumir confiados en que es algo posible, que nuestro Padre Dios estará siempre a nuestro lado, como nuestro guía a través del Señor, su Hijo, que nos mandó a este mundo para salvarnos y se sacrificó por nosotros con muestra de su infinito amor.
Nuestra tarea debemos asumirla desde hoy, no dejarla siempre para el mañana que nunca lo cumplimos, posponiéndolo día a día. Debemos vivir en la verdad y ser luz en nuestro medio. Las dificultades, los agobios y las desesperanzas no deben hacernos claudicar. El Señor, a través del Evangelio de san Mateo 11, 28-30 nos dice: “Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana”.
A partir de ahora, asumamos el compromiso de cambiar nuestra actitud, muchas veces de indiferencia, liviandad o comodidad, para la misión a que estamos llamados.
Porque así seremos juzgados verdaderamente en el Amor…gracias a Caminando juntos pro permitirme compartir la alegría pascual de este cristiano pecador pero que acepta su realidad sin juzgar a nadie porque sencillamente soy su hermano no Dios.
Gracias
Gracias, bello comentario, algo así como dejar la pereza enfrentar el día y las tareas con energía, y el trato con las personas con cercanía, con franqueza y mirando a los ojos
Gracias y en mismo tono de sencillez ..va hacia la actitud tan «humana» de juzgar a los demás o de que alguien se crea el juez…sino no es solo por el Amor que seremos juzgados, y es Dios el responsable
Gracias nuevamente
David