Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
22 Abr 17
Juan 6, 1-15
Repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron
Después de esto, Jesús fue al otro lado del Mar de Galilea, el de Tiberias. Y lo seguía una gran multitud, porque veían las señales que hacía en los enfermos. Entonces subió Jesús a un monte y se sentó allí con sus discípulos. Y estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Cuando alzó Jesús los ojos y vio que había venido a él una gran multitud, dijo a Felipe: —¿De dónde compraremos pan para que coman estos? Pero esto decía para probarlo, porque él sabía lo que iba a hacer. Felipe le respondió: —Doscientos denarios de pan no bastarían para que cada uno de ellos tomara un poco. Uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dijo: —Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados; pero ¿qué es esto para tantos? Entonces Jesús dijo: —Haced recostar a la gente. Había mucha hierba en aquel lugar, y se recostaron como en número de cinco mil hombres. Tomó Jesús aquellos panes y, después de dar gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; de igual manera hizo con los pescados, dándoles cuanto querían. Y cuando se saciaron, dijo a sus discípulos: —Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada. Recogieron, pues, y llenaron doce cestas de pedazos que de los cinco panes de cebada sobraron a los que habían comido. Entonces aquellos hombres, al ver la señal que Jesús había hecho, dijeron: «Verdaderamente éste es el Profeta que había de venir al mundo.» Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerlo rey, volvió a retirarse al monte él solo.
Tan conocido y comentado este pasaje, que es difícil añadir algo más. Jesús, un gran líder, se retira al monte a reunirse con sus amigos, pero una muchedumbre –dicen unos 5000- lo sigue para escucharlo. Un tipo muy carismático, que atraía al pueblo. Ante el cansancio y hambre de este gentío se compadece y nos dicen que hace el gran milagro de la multiplicación de los panes. Poco se comenta sin embargo de aquel niño que entrega su pequeño “qoqawi” –provisión para el viaje- para todos. Tal vez el mayor milagro, nos dicen también, fue, al estilo de nuestros campesinos, poner lo poco que algunos traían para compartir con los vecinos en una especie de “apthapi” o mesa común.
Me recuerda de aquel tiempo cuando yo trabajaba en el campo haciendo estudios de la vivienda, y en cada casa que llegaba, los dueños siempre me ofrecían un platito de papas o huevitos, escogiendo siempre lo mejor para mí o cuando caía el sol o hacía frío me invitaban a descansar a su único cuartito de adobe…
Y nosotros ¿cuántas veces hemos hecho eso con los campesinos que llegan a la ciudad a hacer sus trámites y cansados tienen que echarse a dormir en las bancas de la plaza? o ¿les hemos invitado a nuestras casas para que tengan algo de comer?
A menudo recordamos entre mis hermanos, aquello que nos decía nuestra mami, “chicos, si tiene un solo confite al frente, divídanlo en 5 pedacitos para compartir entre todos” ¡Pucha que ése sí sería un milagro- dividir un confite en 5 pedacitos!; pero el mensaje estaba dado. Compartir lo poco que tengamos entre los que no tienen. Sin embargo, no se escucha padre, seguimos viendo a esos grandes grupos de gente que no tienen casi nada a nuestro alrededor, mientras unos cuantos siguen acumulando para sí todo lo que pueden…
¿Podremos aprender de ese milagro a compartir y que todos tengan lo suficiente y no les falte nada y que nadie acumule todo pisoteando a sus hermanos? Difícil, pero tratemos por lo menos un poquito; Así nos enseñó Jesús.
Miamsi Bolivia – Chile
Me duele mucho ver como hermanos nuestros no tienen que comer,donde dormir, donde vivir, mientras muchos de nosotros tenemos de sobra.
Pienso que la oración es importante pero nos faltan acciones, yo trato de dar de mí,pero no es suficiente,quizás nos falte las fuerzas para dar mas, ojalá el gran DIOS en el que creo nos llene de fuerzas y realicemos bien nuestro mandamiento del amor
Creo que Luis Ramírez se deja llevar por su ideología política del odio de clases, lo que nubla su entendimiento y no ve la maravilla del milagro de nuestro Señor, ni su compasión ni su poder divino. Prefiere verlo sólo como un gran líder muy carismático
Hermano Victor
Parece que Jesús también se dejó llevar por su amor por los pobres!A
Excelente invitación y tan sencilla, también compartiremos algo de nosotros si hacemos bien el trabajo de este día de modo, que alguien también se beneficie con ello