Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
31 Mar 09
Juan 8, 21-30
Cuando levanten al Hijo del hombre, sabran que yo soy
De nuevo les dijo Jesús: «Yo me voy. Me buscarán, pero morirán en su pecado. Ustedes no pueden venir adonde yo voy». Los judíos comentaban entre sí: «¿Pensará suicidarse y por eso dice: “Ustedes no pueden venir a donde yo voy?”». Entonces Jesús declaró: «Ustedes proceden de abajo; yo, en cambio, vengo de arriba. Ustedes pertenecen a este mundo; yo no. 24 Por eso les dije que morirían en sus pecados; porque si no creen que yo soy, morirán en sus pecados». Entonces ellos le preguntaron: «Pero, ¿quién eres tú?» Jesús les respondió: «Precisamente es lo que les estoy diciendo desde el principio. Tengo muchas cosas que decir y condenar de ustedes. Pero lo que yo digo al mundo es lo que oí al que me envió, y él dice la verdad». Ellos, sin embargo, no cayeron en la cuenta de que les estaba hablando del Padre. 28 Por eso Jesús añadió: «Cuando levanten en alto al Hijo del hombre, entonces reconocerán que yo soy. Yo no hago nada por mi propia cuenta; solamente enseño lo que aprendí del Padre. El que me envió está conmigo y no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada». Al oírle hablar así, muchos creyeron en él.
El texto que Juan nos presenta hoy, es parte de una larga controversia entre Jesús y los fariseos. En él se destaca la incomprensión de los letrados a las palabras de Jesús. Ya antes se les había manifestado con la afirmación: “Yo soy la luz del mundo” (Jn 8,12), y ahora da a entender quien rechace esta luz de vida, morirá en su pecado. No es de extrañarse que los judíos no entiendan, pues sus intereses son distintos, su forma de vivir son opuestas y por tanto se mueven en planos muy diferentes: ellos “proceden de abajo” mientras que Jesús “viene de arriba”. Tal es la falta de comprensión que hasta piensan que se va a suicidar.
Y en el diálogo aflora ahora la pregunta: “¿Quién eres tú?”, a la cual Jesús responde en forma enigmática… ¡y los fariseos se quedan más confundidos que antes! Ante esto, el evangelista se encarga de explicarnos que Jesús hablaba de su relación con el Padre. Y continúa diciendo que le reconocerán a la hora de su cruz, de su martirio. Con esto algunos judíos creen en él, pero recordemos que incluso los mismos discípulos comprenderán plenamente su mensaje y su vida a la luz de su muerte y resurrección.
Creo que vale la pena que nos preguntemos quién es Jesús para nosotros y nosotras. Recuerdo que hace algunos años uno de mis hijos, adolescente entonces, me dijo que a él le gustaba mucho leer el evangelio y le gustaba más todavía la persona de Jesús… pero que se le hacía difícil creer que fuera el hijo de Dios. No quise preocuparlo intentando darle explicaciones y más bien me alegré que le gustara lo que Jesús nos dice con sus palabras y su vida. Con el paso de los años mi hijo se ha transformado en un hombre con conciencia ética que vive en armonía con la sociedad y la naturaleza. No hemos vuelto a hablar sobre la divinidad de Jesús, pero creo que no hace falta. Es a través de Él que mi hijo se ha acercado a Dios.
Si lo pensamos bien, lo importante no es el dogma: el confesar que Jesús es el hijo de Dios, sino proceder “de arriba”, como Él y no “de abajo” como los fariseos. El escuchar su palabra y seguir su camino es una forma de no “morir en nuestro pecado”.
Alguien dijo que esta crisis financiera que estamos viviendo es en realidad una “bendición”, pues ha parado un poco la carrera desenfrenada de la humanidad hacia su propia destrucción. La actual situación de alguna manera nos está diciendo que no vale la pena que vivamos enredándonos con las cosas superficiales, esclavizándonos con los bienes de consumo y volviéndonos indiferentes con lo que sucede con nuestros hermanos y hermanas. Porque somos hijos e hijas de Dios y Cristo es nuestro Hermano mayor.
Pertenezco a Agrupación de Esposas cristianas de Argentina, y tratamos de llevar la palabra a la mujer, en las cosas de todos los días. Los encontré y me gustó mucho la forma en que refleccionan con el Evangelio. mis saludos y bendiciones!
nuestro blog:
http://www.agrupacionmujerescristianas.blogspot.com
mujerescristianas@gmail.com
Creo que reconocer a jesus y sus enseñansas o doctrinas es muy importante para nuestra vida ya que nos evita entrar a ser parte de un mundo desenfredado en cosas que no nos conviene; es alimentar nuestra mente de cosas bonitas confortables, agradables a nuestro espiritud y vivir en si una vida en abundancia, sin el correr detras de lo que el mundo manda. cuando estamos con jesus en si demostramos que no pertenecemos a este mundo y mas bien pertenecemos a lo alto de su sublime personalidad.