Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
09 Oct 21
Lc. 11, 5-13
Pedid y se os dará
Jesús agregó: «Supongamos que alguno de ustedes tiene un amigo y recurre a él a medianoche, para decirle: ‘Amigo, préstame tres panes, porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle’, y desde adentro él le responde: ‘No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos’. Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario.
También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá.
Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.
¿Hay entre ustedes algún padre que da a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿Y si le pide un pescado, le dará en su lugar una serpiente? ¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión?
Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan».
Lucas nos presenta este pasaje después de aquel donde Jesús enseñó la oración del Padre Nuestro a sus discípulos. Lo hace seguramente a manera de ilustrar un poco más el acto de la oración. Ésta, como una reflexión interna, puede darse en cualquier momento, en este caso extremo ¡a media noche! Todo momento es bueno para la oración, para nuestros pedidos al Señor, para nuestra comunión espiritual con él, para nuestra reflexión y concentración y desde luego en momentos de necesidad.
Además, nos expone que aunque no sea el mejor momento, debemos insistir: Pide y se os dará. Pedir, buscar, insistentemente, poner toda nuestra mente y corazón en lo que pedimos. No debemos rendirnos. Y se nos dará, como en este ejemplo, que al principio no es escuchado, pero acaba por concederse, gracias a la insistencia.
Pero no es cualquier cosa que se puede pedir, no es para cumplir un capricho o un deseo egoísta para beneficiarme, debe ser algo lógico y que esté enmarcado dentro de las enseñanzas de Jesús. En el Padre Nuestro estamos pidiendo el pan de cada día, una verdadera necesidad; tampoco voy a estar pidiendo sacarme la lotería o que se me cumpla un capricho egoísta, para mí beneficio personal solamente.
Parece que el otro mensaje está en lo que se pide. Lo que se pida debe estar enmarcado en hacer el bien, en seguir las enseñanzas de Jesús, no en simples antojos personales. En este caso, el buen señor no pide nada para sí mismo, pide un apoyo para ayudar a un necesitado, a un hambriento, a un forastero… A aquellos que Él nos manda a apoyar. Y si es para atender las necesidades del prójimo, pues tenemos que insistir a cualquier hora para lograr se nos conceda.
Uno, pedir de preferencia para llenar las necesidades del prójimo necesitado, del que realmente padece. Y dos, ser persistente en nuestro pedido, y tres, desde luego, como dice el refrán “a Dios pidiendo y con el mazo dando”. Ahora en época de pandemia, no sólo rezar para que desaparezca el bicho, sino vacunarnos, usar mascarilla y seguir los consejos saludables. Tengo que poner también algo de mi parte, tengo yo que hacer un esfuerzo para conseguirlo. Y en el caso de la lectura, levantarse a media noche e ir a buscar el pan para el forastero, ya es un gran esfuerzo. Sigamos estas pautas en nuestras oraciones, hacerlas en cualquier momento, pedir lo que sea elementalmente necesario, especialmente si es para apoyar a los menesterosos, insistir para que se nos conceda y poner de mi parte todo lo que pueda para complementar el pedido.
Deja una respuesta