Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
17 Dic 16
Lucas 1, 39-45
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?
Por entonces María tomó su decisión y se fue, sin más demora, a una ciudad ubicada en los cerros de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Al oír Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre. Isabel se llenó del Espíritu Santo y exclamó en alta voz: «¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de alegría en mis entrañas. ¡Dichosa tú por haber creído que se cumplirían las promesas del Señor!»
Podemos decir que Lucas, además de ser considerado el evangelista de la misericordia, lo es Bautista. Lucas era griego y según la tradición, médico y discípulo de Pablo. No conoció a Jesús, pero sí escuchó mucho de lo que sus seguidores hablaban de él y pudo formar en su mente y espíritu un retrato fiel del contexto, de la época, incluso de María que tal vez haya conocido.
Lucas no ha inventado lo que escribe en capítulo 1 de su evangelio, Lucas le da forma en su corazón, inspirado por el Espíritu Santo lo que puede haber pasado. Lucas reflexionó sobre todo lo que había escuchado, meditó y contempló en su íntimo en silencio cómo hubiera sido todo aquello. ¿Esto no nos pasa muchas veces a nosotros?
Estamos todavía en el tiempo litúrgico del Adviento que precede la Pascua de Navidad. Adviento, lo que está por venir, lo que vendrá, que está llegando…
Jesús, el Cristo, el Mesías ya llegó hace más de 2000 años atrás. Vivió, predicó, sanó a enfermos, expulsó a demonios, fue detenido, torturado, crucificado y finalmente, resucitado. Hoy está entre nosotros.
¿Por qué entonces celebrar todos los años su venida? Es que nosotros ¿no celebramos también todos los años nuestros cumpleaños?
Aunque nuestro texto de reflexión sea sobre la Visitación de María a Isabel, quisiéramos nombrar los momentos importantes del Adviento.
1) Anunciación
2) Temor, duda, perplejidad
3) Aceptación
4) Visitación
5) Magnificat de María
La primera anunciación el arcángel Gabriel la hace a Zacarías, esposo de Isabel que duda y se queda mudo hasta que nazca el niño. Isabel, en cambio, se alegra, pero se esconde, el vientre estéril de una mujer mayor podría ser motivo de escándalo.
La segunda anunciación es directamente a la joven virgen que sería madre del Mesías. También ella, María se asusta pues no conocía varón. Aunque el arcángel le haya dicho que vendría sobre ella el Espíritu Santo, sólo le contesta con su aceptación cuando sabe que Dios hace maravillas y las hizo con su prima Isabel. “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”.
María, pese a todas las dificultades del camino, va a visitar a su prima Isabel, no sólo para ayudarla sino para pedir consejos y calmar su espíritu por ser virgen embarazada.
Isabel siente a su hijo saltar de gozo en su seno e iluminada por el Espíritu y por reconocer que Dios hace maravillas saluda a María y dice la frase que nos ilumina hasta hoy: “Feliz la que ha creído que se cumplirán las cosas que le fueron dichas de parte del Señor”.
“Ha hecho maravillas, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación”…
María la inmaculada ha revelado que fue ella quien dictó el evangelio a Lucas…..pero la maravilla no termina ahí………empieza cuando vemos con los ojos y el corazón esos momentos tan luminosos,……..ver esa carita de ángel recibiendo la noticia…………… y sin dudar esa niñita toda llena de bendición da su SI ….desde entonces nos permite ….. de generación en generación….. que el amor de los amores toque nuestro corazón……
(Quien quiera descargue «Mi vida en Nazareth»)