Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
05 Oct 19
Lucas 10, 1-12
La mies es abundante y los obreros pocos
«Después de esto, designó el Señor a otros 72, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él había de ir. Y les dijo: «La mies es mucha, y los obreros pocos. Rueguen, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies. Vayan, miren que los envío como corderos en medio de lobos. No lleven bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saluden a nadie en el camino. En la casa en que entren, digan primero: «Paz a esta casa.» Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros. Permanezcan en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayan de casa en casa. En la ciudad en que entren y los reciban, coman lo que les pongan; curen a los enfermos que haya en ella, y díganles: «El Reino de Dios está cerca de vosotros.» En la ciudad en que entren y no los reciban, salgan a sus plazas y díganles: «Hasta el polvo de su ciudad que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos. Pero sepan, con todo, que el Reino de Dios está cerca.» Les digo que en aquel Día habrá menos rigor para Sodoma que para aquella ciudad»
Muchas veces he meditado esta lectura y en cada etapa de mi vida el Señor me ha hablado de manera diferente. Me ha llamado la atención el número 72, el que los envié de dos en dos (¿será por eso de donde 2 o más oren, estará El?), la solicitud de oración para que sean más los llamados, el reconocimiento de que los trabajadores son pocos y que los envía con cierto grado de riesgo, los llama a cuidarse y les da instrucciones de lo que deben hacer, tanto si son aceptados como si no lo son, en los lugares que visitan. Una verdadera lección de cómo ser un trabajador de Dios.
Al leer todas estas “instrucciones” no puedo dejar de pensar en Francisco de Asis. Si miramos la vida de este maravillosos santo, se puede ver con claridad, al menos la primera parte de la lectura que comentamos, que el Hermano del Sol y de la Luna había leído esos mismos pasajes de la Escritura. Y había decidido hacerlos suyos…. Un abrazo a todos aquellos que viven la espiritualidad franciscana, porque han sido un gran ejemplo. De esa dulzura, delicadeza y amor que viven al estilo de Jesús.
Me gusta ver esa misma dulzura y amor en el cómo Nuestro Señor les recomienda a sus apóstoles que “No vayan de casa en casa”. Les da este consejo pese a los riesgos que sus mensajeros pudieran pasar, pese a que eran (son) pocos, pese a la pobreza que exige (que probablemente no se refería solo a lo material, sino también a todo lo espiritualmente innecesario que podemos llevar).
En un mundo donde se nos exige gran productividad, mucha competencia, tener mucho, abarcar más, Jesús recomienda permanecer “en la misma casa”. Es curioso como el Hijo del Hombre frena las ambiciones humanas de productividad y llama a lo especial, a la dedicación personal y amorosa que todos deberíamos tener para nuestro prójimo. ¡¡¡Cristo no quiere cantidad, quiere CALIDAD¡¡¡¡
Jesús, en su cuidadoso consejo de no ir de casa en casa y que permanecieran con una sola familia del pueblo, quiere que sus discípulos -todos nosotros- hagamos un compartir sincero y una evangelización consciente del mensaje que estamos enviando, que seamos sus obreros de amor.
Jesús quiere que seamos humildes recibiendo lo que, a su vez, quiera darnos todo quien recibe nuestro amor (y nuestro mensaje que es el de Cristo), que convivamos con ellos, que le demos NUESTRO TIEMPO, que los curemos de esa soledad y ese desamor que tanto sufren los pobres y desamparados de hoy y de siempre. Y en su maravillosa perfección nos pide también que no malgastemos ni energía ni tiempo en aquellos, que obrando en su libre albedrio, no quieren escuchar. Parece cruel y frio…pero recuerden que “La mies es mucha, y los obreros pocos”…
Y quizás, esos que no reciben la Palabra en su momento, verán la alegría que los discípulos de Cristo reparten a otros, la dulce dedicación para con un hermano olvidado, y vendrán a El.
¿Describo unos “seres humanos raros”? ¿Una persona que entregue tiempo, amor, dedicación y dulzura? ¿puede existir en estos tiempos? Ya hubo al menos 72…también existió Francisco, Clara, Teresa… y otros nombres desconocidos pero que han transferido la cultura del amor, a pesar de los errores y transgresiones de algunos… ¿te atreves a ser de esos pocos? La tarea es grande, pero la recompensa es aún mayor.
Excelente «compendio» de reflexiones….(ja ja )
Yo pensé en «que los envió de dos en dos» en mis padres, (no obstante que el mío no era muy creyente, nos enseñó algo fundamental…….. que Dios proveerá)
Los padres de mis amigos y coterráneos, no todos creyentes por supuesto, pero buena gente esos mayores que derramaron en sus hijos sus bondades, sus buenos ejemplos y dones (que vienen todos del Señor que es el Sumo Bien)
Luego pensé en la pareja humana bendecida, que da testimonio de esperanza, de amistad, de perdón, que camina alegremente por esta frágil existencia, en un mundo azotado por las huestes del maligno….
La familia sencilla y protegida, que combate al demonio pues odia todo lo bueno y luminoso..