Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
22 Oct 12
Lucas 12, 54-59
«Si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente?»
En aquel tiempo decía Jesús a la gente: «Cuando veis subir una nube por el poniente, decís enseguida: «Chaparrón tenemos», y así sucede. Cuando sopla el sur decís: «Va a hacer bochorno», y lo hace. ¡Hipócritas!: si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer?
Cuando te diriges al tribunal con el que te pone pleito, haz lo posible por llegar a un acuerdo con él mientras vais de camino; no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y el guardia te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el último céntimo».
En el Concilio Vaticano II y la encíclica Gaudium et Spes (N 4) se pone al día, se actualiza, este evangelio. Pesa sobre la iglesia el deber permanente de escrutar a fondo el signo de los tiempos e interpretarlos a la luz del evangelio. Es necesario, por lo tanto, conocer y comprender al mundo en que vivimos con sus esperanzas, sus aspiraciones, su modo de ser.
Las formulas de predicción del tiempo a que se refiere esta lectura resulta similar a la que usa nuestra gente de campo. Esta resultan ser parecidas a las que siempre se ha usado desde antiguo. Es increíble que entonces no vieron quien era que el que les estaba hablando no era precisamente un simple vecino. No les hablaba del tiempo, les decía algo mucho más importante, les hablaba de lo que llamamos signo de los tiempos.
Si observamos la historia, nos damos perfectamente cuenta de las muchas ocasiones perdidas por la iglesia por no haber descubierto a tiempo el momento que se estaba viviendo. Al hablar de la iglesia nos referimos, no solo a la jerarquía, los sacerdotes y consagrados, sino a todos nosotros los laicos que somos tan iglesia como ellos y a la vez, tan poco considerados. También sobre nosotros pesa la situación actual de la iglesia ya que también somos responsables, de ella de una u otra manera.
Señor ¿Cuántas ocasiones no habremos perdido por no descubrir los signos de los tiempos o, lo que es lo mismo, por no vivir e iluminar la problemática actual a la luz del evangelio?
“¿Porqué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo?”, nos vuelve a recordar Jesús. Hoy no vivimos en un mundo de maldad, como creen algunos, sino en un mundo que requiere de gente realmente comprometida con sus semejantes. Personas que se la jueguen por Cristo y por su prójimo.
Dios no ha abandonado al mundo, por el contrario, Él está y seguirá estando siempre presente con nosotros. Más bien, es el mundo el que se ha apartado de Dios, y si lo ha hecho ha sido porque nuestra iglesia requiere una puesta al día.
”La iglesia está atrasada 200 años” ¿Porqué no se remece? ¿Por qué tenemos miedo? (Texto tomado de la última entrevista al Cardenal Carlo María Martini, Revista Mensaje “50 años Concilio Vaticano II”).
Siempre hemos oído decir, en la jerga popular que “mas vale un buen arreglo que un juicio” y esto según parece ha sido siempre así, ya que también se daba en tiempos de Cristo. Es por ello que siempre hay que actuar con justicia y además con caridad. Siempre arreglar las diferencias amigablemente.
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