Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
28 Oct 17
Lucas 12, 54-59
Si saben interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no saben interpretar el tiempo presente? –
También decía Jesús a la gente: «Cuando ustedes ven una nube que se levanta por el poniente, inmediatamente dicen: «Va a llover», y así sucede. Y cuando sopla el viento sur, dicen: «Hará calor», y así sucede. ¡Gente superficial! Ustedes saben interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, y ¿cómo es que no comprenden el tiempo presente? ¿Cómo no son capaces de juzgar por ustedes mismos lo que es justo? Mientras vas donde las autoridades con tu adversario, aprovecha la caminata para reconciliarte con él, no sea que te arrastre ante el juez y el juez te entregue al carcelero, y el carcelero te encierre en la cárcel. Yo te aseguro que no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último centavo.
El capítulo doce de Lucas está lleno de enseñanzas, pequeñas orientaciones sobre nuestro actuar y nuestras obligaciones ante la construcción del Reino que Él predica, especialmente ante los pobres. Al final es que lanza las palabras que hoy reflexionamos.
De chicos decíamos “norte claro sur oscuro, aguacero seguro…” Hasta eso nos ha cambiado ahora, ya es difícil saber lo que pasa con el clima. Los tiempos cambian y en nuestros días asombrosamente. Pero este llamado va más allá del cambio climático, sobre el que evidentemente tenemos que preocuparnos; pero hay que reflexionar también sobre nuestros tiempos y sus sucesos, los que se mueven vertiginosamente.
VER la realidad. Es importante ver a nuestro alrededor, percibir lo que pasa, estar atentos ante el mundo y nuestro medio, no aislarnos ni encerrarnos en una burbuja aséptica. Estar insertos en la realidad, en sus problemas y sus esperanzas. Caminar, como nos decían, con la biblia en una mano y el periódico en la otra. No cerrar los ojos ante las miserias y el sufrimiento de nuestros hermanos, ante las tremendas diferencias entre los pocos que tienen todo y los muchos que no tienen casi nada, las guerras, el hambre, la corrupción, la contaminación y sí, de esa dificultad de ahora de predecir el clima también. Verlo todo con sus pros y sus contras.
Pero una vez vista la Realidad debemos analizarla y DISCERNIR su significado y, nosotros los cristianos, hacerlo a la luz del Evangelio, el pensamiento cristiano o los escritos de nuestra Iglesia y todo en función del mensaje central de la buena nueva del Reino.
Y ahí, según la metodología sabia del “ver, discernir y actuar”, definir seriamente cómo debemos ACTUAR, cómo aportar a esa construcción del Reino, cómo reaccionar en cada caso visto para apuntar hacia un vivir bien, para todos.
Creo que a esto se podría referir este cuestionamiento de, “¿cómo es que no comprendemos el presente y no juzgamos por nuestra cuenta lo que es justo?”
Y si por nuestras fallas en este procedimiento nos van a llevar ante los jueces, como insinúa el último párrafo de la lectura , por cierto, siempre es mejor conversar las cosas entre partes, entre semejantes, para conciliar amablemente antes de acudir a un juez. Estar preparados.
Difícil tarea donde lo importante para las personas es tener y no ser.
El poder anula toda visión. La naturaleza clama que hagamos cambios pero la razón nubla el ver, discernir y actuar.Tenemos que rezar para que nuestra salud espiritual y mental haga cambios y pronto.
Vivir lo más santamente que podamos la vida diaria, no basta con las oraciones, que de por si son el inicio, son la sustancia, pero, habrá que dar ejemplos de lo que oramos….propongo escuchar a Luisa Pcicarreta en los dialogos que el Señor le reveló….son una ayuda inestimable (youtube)