Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
06 Nov 21
Lucas 15, 1-10
Habrá gran alegría en el cielo por un pecador que se convierta
Todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo, pero los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: “Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos”. Jesús les dijo entonces esta parábola: “Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice: «Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido».
Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse”
Y les dijo también: “Si una mujer tiene diez dracmas y pierde una, ¿no enciende acaso la lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, llama a sus amigas y vecinas, y les dice: «Alégrense conmigo, porque encontré la dracma que se me había perdido».
Les aseguro que, de la misma manera, se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierte”.
De partida, lo primero que aparece en esta lectura es que Jesús se acerca, más aún, come con escribas y pecadores. Por ello es criticado por los judíos. Justamente allí Él nos muestra que al hacerlo busca influir en ellos para su conversión.
Las parábolas de esta lectura, la oveja perdida y la moneda extraviada nos muestran fehacientemente lo fiel y el permanente amor que Dios nos prodiga a cada uno de nosotros, sin considerar, lo poco que hacemos nosotros para retribuir las muchas gracias que dé El hemos recibido.
Dios no nos abandona nunca, mas bien, somos nosotros los que, muchas veces nos alejamos de Él.
¿Porque se quejan los fariseos ¿No por amor a la religión, sino porque se sienten despreciados: si Jesús va donde los pecadores y los trata igual que a ellos, ¿qué han ganado con sus observancias? Pero Jesús no ha venido a dar premios, sino a salvar, el que ama trata de salvar a su prójimo en vez de condenarlo.
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