Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
11 Nov 08
Lucas 17, 7-10
Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer.
Supongamos que uno de ustedes tiene un servidor arando o cuidando el ganado. Cuando éste vuelve del campo, ¿le dicen ustedes: ven en seguida a sentarte a la mesa? ¿No le dicen más bien: prepárame comida y ponte el delantal para servirme, y después que yo haya comido y bebido, tú lo harás a tu vez? Y después, ¿se sienten agradecidos de ese siervo porque hizo lo que le mandaron?
Esto vale para ustedes. Cuando hayan hecho todo lo que les ha sido mandado, digan: Somos servidores que no hacíamos falta; sólo hicimos lo que debíamos hacer.
Incluso experimentando los primeros síntomas de su cáncer, el Padre Hurtado, como cabeza del Hogar de Cristo e integrante de otras instituciones, recibía a diario múltiples visitas. A todos escuchaba con una entrega, “que tiene como consecuencia el amor al prójimo”, en sus propias palabras.
Sin embargo, su secretaria quiso darle una ayudita. Para eso, puso en la entrada de la oficina un cartel con un horario de atención.
-Señora Elvira… ¿Por qué este cartel?
-Es que si no le ponemos un horario… la gente no lo dejará vivir-contestó la secretaria-, ¡Y vienen tantos!
-Sí –concordó el padre-, pero yo no doy “audiencias”,Elvirita; deje eso para personajes importantes. Ponga otro letrerito que diga: “El padre Hurtado atiende de 9 a 11. ¡Yo estoy para servir!
Tal como Alberto Hurtado, Jesús es el ejemplo máximo de liderazgo: Más que a imponer órdenes, Él vino a servir. Nació como uno de los nuestros, se crió como uno de los nuestros, y a la hora de guiar al rebaño de fieles fue el más humilde de todos. Vino a buscar a los pecadores y dio la vida por ellos. Por nuestras faltas, Cristo, nuestro líder, entregó sus manos para ser clavadas en la cruz.
Esto contrasta con el liderazgo mal entendido de hoy. Los jefes están prepotentes y a los profesores se les acaba con facilidad la paciencia. Y qué decir de nuestros amigos. Cada vez prestamos menos atención cuando nos cuentan sus problemas.
Con la intención de ser ejemplo para el resto, pidámosle al Espíritu Santo que nos ayude a ejercer un liderazgo basado en la caridad –darse por entero para los demás según el deseo de Dios- y en nuestros momentos de cansancio recordemos el ejemplo de Cristo, que entendió tan bien San Alberto Hurtado, quién no vino al mundo a mandar, si no que a servir.
Comprometámonos esta semana a dejar de lado nuestra egolatría y seamos simples actores de reparto en nuestra vida; que el rol protagónico lo tenga nuestro prójimo, recibiendo nuestro amor y apoyo.
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