Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
23 Nov 19
Lucas 19, 41-44
Si comprendieras a lo que conduce la paz
Al acercarse y ver la ciudad, lloró por ella, diciendo: «¡Si también tú conocieras en este día el mensaje de paz! Pero ahora ha quedado oculto a tus ojos.
Porque vendrán días sobre ti, en que tus enemigos te rodearán de empalizadas, te cercarán y te apretarán por todas partes, y te estrellarán contra el suelo a ti y a tus hijos que estén dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has conocido el tiempo de tu visita.»
“Al acercarse y ver la ciudad, lloró por ella, y dijo: ¡Sí al menos en este día tu conocieras los caminos de la paz!”
No puedo dejar de relacionar esta parte del evangelio de Lucas, con lo que hoy vive nuestro país y preguntar sí como chilenos ¿conocemos los caminos de la paz?
Jesús nos los ha enseñado a través de su Palabra y es categórico cuando dice: “amar al prójimo como a ti mismo” y en esto se basa la verdadera paz y la verdadera justicia, la que sólo es posible cuando se puede ver en el otro a “uno mismo”; o cuando puedes ver a los hijos de otros, como a tus propios hijos. Nosotros ahora le llamamos a esto: empatía.
Resistirnos a esta “empatía” y alterar el sentido de la verdadera justicia, determina difíciles y tortuosas vías, que sistemática y fehacientemente van alterando la paz en los pueblos.
Múltiples desmanes, actos vandálicos y delictivos, han acompañado las marchas multitudinarias por demandas sociales en Chile, causados principalmente por personas muy jóvenes que “transpiran” odio y venganza, por la vida que les tocó vivir. Marginados de la sociedad y sin ninguna expectativa para un futuro; forjados a punta de miseria y desigualdad, víctimas de la cruel e injusta fortuna dada principalmente, por el lugar donde casualmente les tocó nacer.
¡Matarlos a todos!, he oído por ahí, ¡arrancarles los ojos!, ha sido otra alternativa; pero obviamente, no me parecen “caminos de paz”; sin embargo, creo que Jesús nos da la pauta: ¡justicia!, y ésta se inicia por entregar a todos, la mismas posibilidades que tienen nuestros hijos; darles la oportunidad de desarrollar sus talentos, educarles, como una manera de otorgarles la posibilidad de evolucionar como seres humanos integrales, a través del intelecto y moderar así las actitudes impulsivas de sus instintos.
Al acercarse y ver la ciudad, lloró”, muchos hemos llorado hoy por nuestras ciudades, nuestra gente y nuestro país.
Creo, Jesús otra vez lloró, como seguro lo hace cada vez que ve destrozada la humanidad, en manos de la misma humanidad.
“…y no quedará piedra sobre piedra, porque no has reconocido el tiempo ni la visita de tu Dios”.
Debemos encontrar y reconocer a Dios en la profundidad de nuestros corazones para discernir con generosidad y justicia sobre una humanidad doliente y herida; haciendo una patria cariñosa y acogedora, para con todos sus hijos; eso y no otra cosa nos harán construir senderos, sobre bases fuertes de amor fraterno.
Las políticas sociales de mi país deben estar basadas en el desarrollo del “SER” y no en el “POSEER”, sólo así podremos construir un país más justo y encontrar los caminos de la paz.
Excelente Verónica. My sabio como lo relacionas con los tiempos que vivimos.
Vero, gracias por tus palabras. Considero que tu reflexión fue muy profunda y hermosa. Chile necesita millones de «Verónicas» iguales a ti, en cada familia, en cada esquina, en todo lugar. Me encantó cuando dices «… encontrar y reconocer a Dios en la profundidad de nuestros corazones para discernir con generosidad y justicia sobre una humanidad doliente y herida; haciendo una patria cariñosa y acogedora, para con todos sus hijos… «. En estos tiempos de crisis, es cuando más necesitamos ser empáticos con nuestro prójimo.
Como su palabra es eterna, se transporta a estos moemntos de nuestra historia … claro que llora el Señor cuando nos ve protestando por nuestros derechos y tan poco proclives a practicar la caridad… con los pobres y con los cercanos… un pequeños gesto nuestro inspirado en nuestra alma, por su amos hace que sucedan cosas inolvidabes en los necesitados…. me ha tocado ver de cerca, seguramente por designio divino a un par de pauperrimos de esos que ni siquiera tienen para transportarse, solo caminan por las calles buscando el sustento…. con sus rostros enjutos, con sus manos guardadas en los bolsillos… sin la menor esperanza… mientras miles marchamos exigiendo justicia, denunciando a los opresores…. pero esos pobres invisibles. no marchan no exigen … solo esperan una mano solidaria…
¡Es Chile un país católico nos preguntaba el Padre Hurtado?
Gracias por sus comentarios. Poner nuestros corazones a disposición del Amor de Dios, es algo que nos compete a todos. Elevar una oración al cielo para la conquista de la paz, es la única y poderosa arma que tenemos!!!