Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
26 Mar 16
Lucas 24, 13-35
“Lo reconocieron al partir el pan”
Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Él les dijo: « ¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?» Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó: « ¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?» Él les preguntó: « ¿Qué?» Ellos le contestaron: «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; como lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace ya dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron.» Entonces Jesús les dijo: « ¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?» Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura. Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída.» Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció. Ellos comentaron: « ¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?» Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: «Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón.» Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
Esta lectura, me trae a la memoria a un frio día de invierno, treinta y nueve años atrás, en que me encontraba privado injustamente de libertad y encontrándome mal de salud, fui transferido momentáneamente a la enfermería en donde pude pernoctar en mejores condiciones. Llevaba varios días sin probar casi nada de alimento, salvo agua. Mi estado no era bueno a simple vista. Un joven que me tocó de compañero se las ingenió para conseguirme una tazón con té y, escondido, entre sus ropas un pan. Me lo ofreció, le acepté el té y dudé por el pan, pues era lo único que el guardaba para la noche. Insistió y cedí, tenía mucha hambre. Él lo partió en cuatro pedazos y me advirtió que lo comiera lento para no atragantarme. Me miró a los ojos y me fue pasando cada pedazo, sin palabras. Sus ojos reflejaban alegría al ver cómo lo comía y con mi mirada le agradecía. Sentí un apoyo inmenso. Era un delincuente de autos, que desde pequeño había sido enseñado para ello como profesión de su familia. No viene al caso lo que me conversó después, en que a pesar de ser un ladrón, tenía valores y distinguía el bien del mal. Pues en ese instante, recordé las palabras de Jesús y esa canción maravillosa “El Peregrino de Emaús” … ¿Qué venías conversando? me dijiste, buen amigo; y me detuve asombrado a la vera del camino …
Pueden intuir que no me referiré a una reflexión docta del evangelio de esta lectura. ¿Cómo hacerlo yo, que soy un simple laico, sin estudios teológicos? …Creo que Jesús con su infinito amor, tiene la habilidad de llegar a nosotros de mil forma, sin que nos demos cuenta, tal le aconteció a los discípulos. Muchas veces, dispone de cualquiera de nosotros, sin importarle el color de la piel, la edad, la condición social, sino la calidez del corazón humano que se deja llevar por sus sentimientos del bien y auxiliar a quien necesita ayuda, estando cerca, es decir, su prójimo. Ese joven ladrón no se dio cuenta, pero en ese momento, era un instrumento de alguien que lo quería sin importar su condición y al tener buen corazón, se produjo entre ambos una “como-unión” entre el Señor, el Padre y el hijo, para actuar ante el prójimo que requería auxilio. Ese simple acto, ha sido un hecho que ha quedado grabado para siempre en mi vida y quienes me conocen, me han oído contarlo, sin vergüenza, sino con orgullo algo que lo he “vivido”: una experiencia recibir la fracción del pan a través de una sencilla persona tocada por el espíritu mágico de Jesús.
Al leer esta vivencia, ¿podrás recodar situaciones similares en acciones que tú hayas hecho o por el contrario, que ignoraste el llamado de Jesús, de quien dices ser discípulo y lo anuncias en todo momento, oras, vas a misa incluso predicas, pero pasas de largo?
«Desconfío de los que proclaman su fe a los demás, sobre todo cuando pretenden convertirlos. La fe no está hecha para ser predicada, sino para ser vivida. Entonces es cuando se propagará por sí misma» señalaba sabiamente Mahatma Gandhi, más de medio siglo atrás.
Los que creemos en el Señor resucitado y su mensaje transformador, no podemos tener dos vidas paralelas, una en la vida privada-familiar y otra en el quehacer cotidiano del mundo laboral, social, gremial, político, empresarial. Jesús está en todo momento con nosotros y nos llama a colaborar en compartir el pan.
Cuantas veces JESÜS, pasa a nuestro lado y nosotros no percibimos su presencia, como los amigos que iban camino a Emaús.
Hemos privilegiado otro tipo de líderes como el poder, ego, competencia, avaricia, el dinero, todo vano, que no alimenta nuestra vida, si decidiéramos alimentarnos con la FË y seguir el camino que CRISTO nos enseña, la vida sería plena.
Sucede que uno no se da cuenta cuando viene de vuelta y mucho mas de lo que uno da. Nos pasa con mi esposo en un momento triste de nuestra vida, que hemos recibido mucho apoyo espiritual a manos llenas y como nuestros hijos han volcado todo su amor, mas de lo que nosotros hicimos por ellos, en esto se ve al Peregrino de Emaús, sentimos que camina al lado nuestro y además y sostiene nuestro corazón dándonos fuerzas para asumir lo que viene por delante.
La canción dice para nosotros : Por la calzada de Algarrobo un peregrino va a nuestro lado…..
Excelente comentario, Patricio. Ciertamente es una forma civil / laica de que «a uno le den la Comunión o de Comulgar». También es posible que este amigo se pregunte…¿ cuándo Señor te visitamos en la cárcel ? y que también alguna vez oiga… «esa vez… Conmigo lo hiciste»
Hermosa reflexión Patricio y hermosa tu experiencia personal. La Palabra es vida y acción
El evangelio no es para doctos ni teólogos, esta escondido para ellos.
El mensaje cristiano tiene varias capas. La primera es supur simple y sencilla
Nosotros somos los malos y Dios es el bueno, de eso se trata la redención
Por qué es simple la buena nueva ?
Porque es para todo el mundo, del científico al obrero, del indigente al multimillonario. Sin trabas mentales. Tal vez no está a la altura de las filosofías orientales, pero en extensión, su profundidad les juega e contra.
Ya salvado y en paz con Dios podemos entrar a la revelaciones proféticas y sabiduría de San Pablo o Daniel. Pero el evangelio fue extendido por gente sencilla y directa. Salvo Lucas, el médico, los demás no tenían grandes estudios, pero se hicieron sabios y profundos con el tiempo
Ahí tienes al «escuelado» Nicodemo enredado por no entender una analogía
Hacemos camino compartiendo lo nuestro porque nuestra experiencia es válida y somos testigos directos de la obra de Dios en nosotros.
Estas ahí para guiar a muchos
«Y nadie tenga en poco tu juventud» le decía Pablo a Timoteo
Patricio, ánimo y fuerza
Vivir la fé, que se note es el mensaje, los hermanos de las Escuelas Cristianas enseñan la jaculatoria ¡que viva Jesús en los corazones!
No puede salir algo malo de un corazón que ha sido amado, de un hijo en quien se ha sembrado semillas de amor, no puede brotar semillas de odio.
Si vive Jesús en los corazones de los abuelos, de las madres, de los primos, de la familia en primer lugar, o de los profesores, amigos, de la gente, no podrá haber una civilización del amor… mientras tanto perfeccionemos el amor en nosotros contemplando al amor perfecto de Jesús, de su Bienaventurada Madre, de San José, oremos por los que odian, porque solo han tenido castigos o maltratos y luego actuemos dejándonos guiar. Buscar al Señor en el corazón y de ahí viene la inspiración enseñan los hermanos