Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
08 Sep 19
Lucas 6, 27-38
“Pero a ustedes los que oyen, les digo: amen a sus enemigos; hagan bien a los que los aborrecen; bendigan a los que los maldicen; oren por los que los insultan. Al que te hiera en la mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, no le niegues tampoco la túnica. A todo el que te pida, dale, y al que te quite lo que es tuyo, no se lo reclames.
Y así como quieran que los hombres les hagan a ustedes, hagan con ellos de la misma manera. Si aman a los que los aman, ¿qué mérito tienen? Porque también los pecadores aman a los que los aman. Si hacen bien a los que les hacen bien, ¿qué mérito tienen? Porque también los pecadores hacen lo mismo. Si prestan a aquéllos de quienes esperan recibir, ¿qué mérito tienen? También los pecadores prestan a los pecadores para recibir de ellos la misma cantidad.
Antes bien, amen a sus enemigos, y hagan bien, y presten no esperando nada a cambio, y su recompensa será grande, y serán hijos del Altísimo; porque El es bondadoso para con los ingratos y perversos. Sean ustedes misericordiosos, así como su Padre es misericordioso.
“No juzguen, y no serán juzgados; no condenen, y no serán condenados; perdonen[p], y serán perdonados. Den, y les será dado; medida buena, apretada, remecida y rebosante, vaciarán en sus regazos. Porque con la medida con que midan, se les volverá a medir.”
Ama a tus enemigos, dice el evangelio… Qué dificil, ¿no? ¡Si a veces te enojas con tus propios amigos, cuando se portan mal!. ¿Qué querrá decir esto, entonces? Evidentemente es más fácil amar a tus amigos, a tus conocidos; pero ¿a aquellos con los que no te llevas muy bien? ¿Y todavía ofrecerles tu otra mejilla?
Comencemos con aquello que Jesús también nos enseño, “ama a tu prójimo como a ti mismo”. Pues eso ya es fuerte y de verdad es importante. Debes desear para TODOS lo mejor, como si fuera para ti mismo. Ese es el principio básico.
¿Amar al que te ha hecho daño? ¿Al que te ha robado algo? O peor aún, ¿al que agrede o abusa a otras personas? ¿Al que trata mal al pobre? ¿Al que discrimina?
Es que amarlo no siempre quiere decir estar de acuerdo con él, o ser condescendiente con sus fechorías. Amarlo quiere decir tal vez, tratar de entenderlo. Aceptar las diferencias que puedas tener con él… Comprender, sí, que no todos somos iguales, ni pensamos igual. Pero evidentemente, si crees estar en lo correcto y más aún si la acción del otro daña a una tercera persona, habrá que decir o hacer algo. El amarlo tal vez quiere decir corregirlo o señalarle sus defectos y no necesariamente aceptarlos. O, simplemente, pedir para que cambie de actitud…
El amarlo será tratar de hacer que se convierta al bien. Que no haga daño a otros. Amar a los otros será tratar de que reine la paz, reine la justicia
Lo dificil es saber quién tiene la razón, si me equivoqué yo o él. Habrá que plantearse siempre, qué es lo que nos enseño Jesús ¿qué haría Jesús en mi lugar? Él, perdonaba, pero ¡no se quedaba callado ante las injusticias!
Habrá que amarlos deseando que vean y hagan el bien, no? Difícil, a veces, pero nadie nunca dijo que el ser cristiano era fácil…
HE PRACTICADO ESO DE ORAR POR LOS ENEMIGOS…. NO ES FÁCIL…pero lo he hecho, tomando perspectiva, es decir viendo el problema desde afuera… mis enemigos…o mas bien dicho con quien he tenido diferencias al extremo que se han pasado de la raya ofendiendome) los he mirado a la distancia… viendo el problema desde afuera y comprendiendo que han caido en las redes del demonio…(no saben lo que hacen) se han dejado dominar por las pasiones han olvidado la sensatez…se han dejado conducir por un impulso primario… ese mal rato le significará purgatorio…. pero para que haya ofensa debe haber un ofensor y un ofendido… en este caso solo hay un ofensor… me da pena por ellos porque no se dan cuenta que le hacen el juego al autor de la envidia… por eso rezo por ellos y en el encuentro siguiente se descolocan porque no ven en mi una acusación… todo lo contrario una acogida amistosa se descolocan y comprenden que no busco hacerles mal….. una monjita me enseño que al rezar por ellos nuestro ángel de la guarda va en busca del ángel del contrario y hace las paces ….. en ese juego pasa algo tan increíble que cuando un tercero ha sido testigo comenta ¡pero como lo volviste a saludar!…. y yo recé por el ofensor … no tengo deudas con él….
Es raro,0 pero practicar eso de rezar u orar por los malos y por los que nos hacen daño, tiene una trasfondo sobrenatural… se produce una paz en las relaciones una cosa misteriosa….