Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
12 Sep 14
Lucas 6, 39 – 42
“Acaso puede un ciego guiar a otro ciego”
“Jesús les puso también esta comparación: « ¿Puede un ciego guiar a otro ciego? Ciertamente caerán ambos en algún hoyo. El discípulo no está por encima de su maestro, pero si se deja formar, se parecerá a su maestro. Y ¿por qué te fijas en la pelusa que tiene tu hermano en un ojo, si no eres consciente de la viga que tienes en el tuyo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: »Hermano, deja que te saque la pelusa que tienes en el ojo», si tú no ves la viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo para que veas con claridad, y entonces sacarás la pelusa del ojo de tu hermano”.
En mis años de trabajo profesional (ingeniero comercial especialidad en administrador de empresas), me ha tocado vivir reiteradamente experiencias de hipocresía en los altos niveles directivos empresariales -en un país, como Chile- en que el 85% de la población se declara cristiana y un 68% católicos (situación similar en Latinoamérica). El evangelio de hoy, ha traído a mi memoria innumerables ejemplos aplicables a esta recriminación de Jesús de “ver la pelusa en el ojo ajeno y no la viga en el propio”. Teniendo presente la sabiduría popular que nos dice “Un ejemplo vale más que mil palabras”, seguiré ese consejo, propio de la forma de trabajar en nuestra Comunidad del “Miamsi”.
En una reunión de Directorio, en que todos eran católicos o así lo decían, se acordó despedir al jefe de ventas por considerar que había sido deshonesto al usar una parte del dinero que había ahorrado y que se le había dado como viáticos en un viaje de trabajo al extranjero, usando para ello hoteles de menor calidad y consumos en restaurantes no acordes a la imagen corporativa. Ese hecho fue analizado largamente y juzgado, finalmente, como algo extremadamente grave que debía ser castigado de inmediato, sin oír al funcionario. La reunión siguió normalmente y al término, se aprobó -en un par de minutos- una propuesta elaborada por asesores externos para pagar sobre-rentas al Directorio y Gerente, libre de impuesto, usando un artificio relacionado con viajes al extranjero (vacacional familiar) y viáticos fijos y abultados sin rendición. Debo agregar que el funcionario despedido, había usado ese ahorro en una situación desesperada para comprar un medicamento urgente para su hija de un altísimo precio y que en el extranjero era mucho más barato. Yo asistí, en esa ocasión, para exponer un estudio y no tuve el coraje para expresar mi desconcierto por temor a una mala calificación.
Un testimonio de la vida diaria como ese, nos muestra la ausencia de coherencia entre los que son o somos seguidores de Cristo y la actitud que debemos tener en todo momento, no dejándola limitada al ámbito personal, familiar y privado; o recordarla en el Templo y en los grupos de reflexión o estudios bíblicos. Ser cristianos es serlo en todo nuestro quehacer, es ser coherentes y transparentes si en verdad somos cristianos con el compromiso de dar testimonio evangelizador.
Aristóteles (384 a.c. – 322 a.c.) filósofo griego señalaba como regla de oro de la ética: “No se puede ser y no ser algo al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto”. Saltarse conscientemente esa regla es la actitud del hipócrita que Cristo usa al decir severamente en el Evangelio de Lucas: “saca primero la viga de tu propio ojo para que veas con claridad, y entonces sacarás la pelusa del ojo de tu hermano”
Este Evangelio nos da la oportunidad para revisar nuestra coherencia, la actitud en que se desenvuelva la sociedad de hoy, tan egoísta, fría, deshumanizada, cruel, que rinde tributo a la falsedad, a la manipulación y acomodo de los hechos e intereses al beneficio personal. Lo que es bueno para mí, está correcto, sin importar la suerte de los demás. Me limpio las manos como Pilato y hago caso omiso al Evangelio de Lucas 6, 31 que nos dice: “Traten a los demás como quieren que ellos les traten a ustedes”.
El quehacer diario, en todos los campos, con nuestras actitudes, actuares y omisiones, nos define cómo somos: cristianos solamente por tradición y conveniencia social, o cristianos de corazón.
Ante tantas injusticias, discriminaciones, miseria humana que existe en nuestra región, solemos cerrar los ojos y repetir eslóganes falsos y acomodaticios de que todo ello es producto de la flojera e ineficiencia, otros callan y miran para otro lado, convencidos que es algo ajeno, que nada tiene que ver en ello ni actuar para ir cambiando ese mundo tan alejado del “Sueño de Dios”. Olvidan también el ejemplo de Cristo, relatado en Juan 8, 7 cuando ante la condena pública de la mujer adúltera, señaló: “El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”.
En la lectura de esta semana, vemos a un Cristo severo, que no tiene temor alguno a decir las cosas por su nombre, pues Cristo no ha venido al mundo a aplaudirnos por lo que hemos hecho de la sociedad humana, ni a afianzar el conservatismo, sino por el contrario, al ver cómo hemos fallado, nos llama a trabajar juntos por un drástico cambio de timón. Ser cristianos no es solo quedarnos inmóviles en la contemplación con las manos alzadas de adoración y gratitud, sino también, ser activos colaboradores del Plan de Dios, en el hoy y aquí, en nuestro medio y ambiente social, abriendo nuestras manos para acoger y servir a nuestros hermanos más desprotegidos y débiles.
Busquemos la verdad, tratemos de ser justos y que sea nuestro corazón humanitario el que efectivamente gobierne nuestras actitudes, obras y omisiones, teniendo siempre el espíritu de Cristo como centro de nuestra vida.
Patricio, que importante tu reflexión de esta semana, hecha con mucha sabiduría. Lo más importante sería que esta enseñanza llegase a nuestras familias, amigos y a todos, para poder así iniciar un camino verdadero que es el que Jesucristo nos muestra. De este modo, podríamos todos ser hermanos de verdad, pero impera el famoso dios MATERIALISTA que aleja del verdadero amor de Cristo y nos divide cada vez más.
A nosotros, la Familia Canales Fuenzalida, (Chile), nos queda la tranquilidad que conscientes del mensaje de Cristo tratamos en el dí de sacarnos la viga de nuestros ojos para poder ayudar y sacar la pelusa de nuestros hermanos. Como matrimonio de fe y espíritu cristiano, estamos constantemente conversando sobre la triste realidad del mundo social y valórico, tan injusto y cruel, deshumanizado, que hace vivir desunidos y no como verdaderos hermanos.
Debemos estar siempre atentos y dispuestos a seguir el camino de Cristo, para caminar juntos como hermanos. Muchas gracias a la comunidad de Renovación Cristiana, por esta reflexión tan oportuna y necesaria. La hipocresía, la falta de coherencia entre fe y vida que nos plantean esta semana es un tema vital que no podemos dejar pasar. Es una invitación para tratar en familia y grupos de reflexión cristiana.
Un comentario impactante, te felicito por tu valentía; simplemente emocionante, pues te conviertes un en referente de quienes tantas veces actuamos «incoherentemente» con la palabra de Jesús, y cargamos con los pesados maderos de la cruz de Cristo en nuestras conciencias. Es doloroso saber que hemos fallado, y tener la certeza de ello.
Lo más difícil de ser cristianos, es ser leal a la palabra de Jesús más allá de las consecuencias, a veces casi imposible para nuestra humana debilidad.
Mi admiración y mi respeto hacia ti, no es fácil sacar a la luz, lo que equivocamos, se necesita mucho arrojo y humildad, pero ¡¡que bien se siente!! ¿verdad?.
Tooooodos nos equivocamos, pero ¿Cuántos reconocemos la «viga» en nuestro ojo?