Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
12 Sep 11
Lucas 6, 39-42
¿Puede un ciego guiar a otro ciego»
” En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: « ¿Podrá un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo por encima del maestro. Todo discípulo que esté bien formado, será como su maestro. ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: ‘Hermano, deja que saque la brizna que hay en tu ojo’, no viendo tú mismo la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna que hay en el ojo de tu hermano».
Lucas reúne este discurso con varios otros profundos mensajes bajo el capítulo de aquel célebre sermón de la montaña. Aquí, en resumen, nos plantea la necesidad de seguir los pasos del Maestro y de no juzgar al vecino tan fácilmente, sin antes mirarnos bien a nosotros mismos, primero… somos muy rápidos para calificar al vecino, sus palabras o pensamientos como absurdos, de derecha o izquierda, y para aferramos a nuestra posición hormonalmente muchas veces sin analizar o razonar lo suficiente.
Antes de tratar de quitar esa pajita en el ojo del vecino, tendríamos que examinar seriamente la viga que podemos estar cargando nosotros. Desde luego, que esto tampoco quiere decir que cerremos los ojos para no ver las injusticias. Estamos llamados también a “anunciar y denunciar”. Para ello hay que saber ponderar y analizar bien las cosas. Debemos limpiar nuestra viga, pero si necesario y después de un correcto análisis, tratar de orientar la visión del vecino.
En la Bolivia polarizada de hoy (mi país) nos está pasando esto muy a menudo, nos cerramos a nuestra posición sin querer siquiera escuchar la del prójimo. Es más, ya no podemos hablar sin pelear y para nada aceptamos siquiera limpiar esa nuestra viga del ojo antes de hablar…
¿Cómo leemos el mensaje de Dios a través de nuestra realidad? ¿Lo que pasa cada día en nuestro mundo? En nuestro grupo de laicos del MIAMSI, hasta hemos llegado a decir que ya no queremos leer las noticias ¡pues estamos hastiados! y nos cerramos en nuestra propia verdad, ¿paja o viga? …
Escuchémonos entre todos, sin juzgar o sin preconcepciones… pero sí, abriendo bien los ojos con el VER de nuestra metodología. No nos cerremos a las noticias. Con la Biblia bajo el brazo y el periódico en la otra mano, así llegaremos al DISCERNIR…
Y para ello, para analizar nuestra propia posición o la del hermano hemos concluido en el grupo que hay que preguntarse ¿Qué habría hecho o dicho Jesús ante esta situación? Parece que ése es el maestro al que la parábola se refería al comenzar. ¡Aprendamos del Maestro y seamos analíticos y críticos y consecuentes con la respuesta! Para este análisis y sus respuestas no nos olvidemos nunca de los pobres y menos afortunados, siempre como nuestro centro de atención, pues como dijo el Hermano mayor, para ellos es que vino a anunciar el Reino de Dios. Así, para el ACTUAR, quitemos la viga que está cegándonos y después ayudemos a desempolvar las pajitas que puedan estar molestando a los hermanos…
La reflexión de Luis nos lleva a lo contingente, a la discusión de nuestro entorno social, a nuestra diversidad de opinión en materia política y religiosa.
Me recuerda los 80 en Chile cuando las familias se dividían por opiniones políticas; pero iban más allá. Se tornaba en violentas discusiones a veces irreconciliables en comunidades cristianas y dentro de familias. dentro del entorno cristiano se argumentaba con citas bíblicas los dos tendencias políticas. Yo me abstraía del problema mirándolo de lejos y pensaba si Dios estaría de acuerdo con alguna posición efectivamente, o con ninguna de ellas.
Concluí que ninguna ideología o pensamiento filosófico o tema alguna que nos lleve a odiar o repudiar a nuestro hermano, y no lo digo en el sentido genérico lo de hermano, sino en el sentido de parte de una comunidad y convivencia de años; podía ser bueno, podía ser de Dios. Si se permite que el odio y la desconfianza entre en la comunidad o parentela incluso, la cosa está mal. Por más filantrópica que sea la causa.
Lo que hay que hacer es elevar el valor de la comunión (no en el sentido litúrgico sino de hermandad), por encima de nuestras opiniones personales.
No se trata de abstraerse del mundo, sino de no tolerar que tema alguno interrumpa o debilite nuestra relación con el amigo, hermano o pariente.
– «Tu y Yo tenemos opiniones diferentes hermano, pero mientras no haya una palabra definitiva, una opinión de parte de Dios. debemos respetar la opinión del otro aunque no estemos de acuerdo. »
Hay que subordinar la política a la religión. 1° el credo, la fe intima y la comunión con mi hermano de fe, 2° la posición política. Yo lo vi, vi familias peleándose a muerte entre ellos por política, siendo todos cristianos. Por eso se debe parar antes y ordenar lo que es importante antes que destruya nuestra comunidad.
Me gustaría en primer lugar hacer un “mea culpa”, sobre nuestra propia “ceguera”, ¿Cuántas veces no somos capaces de “advertir” la presencia de Jesús?; En el mundo, en nuestras vidas, entre nuestros congéneres, en nuestros momentos felices, en nuestras profundas tristezas, etc., nuestro amado “Señor”, siempre está; pero muchas veces no lo “vemos”, no entendemos que en episodios dolorosos él pueda estar, o en ocasiones sucede, que en circunstancias felices nos arrogamos la causa y nos olvidamos de agradecer. La ceguera es sólo la incapacidad de reconocer a Dios en nuestras vidas. Por el contrario ver a Jesús presente en el mundo, todos los días y en todas las situaciones, es la capacidad que otorga la “fe”; este es el “don” maravilloso que debemos cultivar y desarrollar para que podamos “ver”.
Grandes ideales han generado en el mundo, desenfrenadas guerras, trayendo consigo muerte y destrucción. ¿Es posible esta paradoja?……… Lo peor es, que hemos repetido esta conducta muchas veces en nuestra historia, y la humanidad se equivoca una y otra vez. Pasa exactamente lo mismo a nivel individual, creemos que tienen que prevalecer nuestras “propias ideas”.
Nuestras vivencias determinan nuestras conductas, pensamientos y sentimientos, diferentes unos de otros, y siempre consideramos sólo correctas nuestras “verdades”; además, la soberbia humana es tan grande, que consideramos siempre al “otro”, el equivocado.
Ante el apasionamiento con que a veces se defienden las propias ideas y ante la intolerancia del pensamiento del otro, el actuar de este resulta insolente e insoportable.
Los criterios humanos son tan diferentes tanto como personas existen en el mundo, eso es lo que nos hace diferentes. Sin embargo ante los ojos del Padre somos todas ovejas del mismo rebaño.
Muchos caminos convergen al bienestar común, pero pocas veces tomamos el correcto; pero si hacemos prevalecer siempre la “Palabra” de Jesús, ¿no creen que todo sería diferente?. El Amor debiera dominar por sobre el odio, la concordia por sobre la discordia, y la razón por sobre la fuerza.
El no “hacer nada” por el hermano, constituye también en ocasiones una manera de violencia.
Comentario adjunto:
Este invierno Dios nos regaló con cánticos de lluvia, cuya melodía empapó de vida la tierra reseca y desolada de mi desierto nortino, a la que él agradecido se vistió de vegetal tornasol (Desierto florido 3ª región, Chile).