Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
05 Sep 15
Lucas 6, 6-11
Estaban al acecho para ver si curaba en sábado
Y en otro día de reposo entró en la sinagoga y enseñaba; y había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada. Y los escribas y los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si sanaba en el día de reposo, a fin de encontrar de qué acusarle. Pero El sabía lo que ellos estaban pensando, y dijo al hombre que tenía la mano paralizada: Levántate y ven acá. Y él, levantándose, se le acercó. Entonces Jesús les dijo: Yo os pregunto: ¿es lícito en el día de reposo hacer bien o hacer mal; salvar una vida o destruirla? Y después de mirarlos a todos a su alrededor, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él lo hizo así, y su mano quedó sana. Pero ellos se llenaron de ira, y discutían entre sí qué podrían hacerle a Jesús.
Vivimos en un mundo de sospechas, de paranoia generalizada. No voy a negar que existen razones que justifican que se tomen precauciones: las estadísticas de robos con violencia, de asaltos a casas de familia, bancos, incluso restaurantes llenos de parroquianos obligados a contemplar, pasivamente, como se llevan en pocos minutos las carteras, las joyas, las billeteras para desaparecer en un auto robado abundan en los noticieros. Todo muy bien planeado y organizado, trabajo de profesionales, se podría decir.
Los vecinos redoblan sus defensas, instalan cercos electrificados, botones de pánico, se organizan a través del whatsApp; al menor signo de sospecha se avisan entré sí, llaman al “plan cuadrante” porque han visto un vehículo sospechoso estacionado junto a su vereda. Llegan los carabineros, interrogan a la persona sentada dentro de un Nissan de los años noventa. Resulta ser el padre de un cerrajero, o plomero, o carpintero, que fue llamado para reparar algún artefacto dañado, o cambiar una llave, o colocar un cerrojo. Lamenta mucho haber causado tanta molestia, sólo estaba durmiendo una siestita mientras mi hijo hacía su trabajo. Él no tiene vehículo y le tomaría todo el día venir hasta este barrio con tan mala locomoción (detalle que los vecinos subsanan aumentando el número de autos por casa). Todo no fue más que una falsa alarma, pero de todas maneras se anotan los números de documentos de los implicados, se telefonea para pedir averiguación de antecedentes, el trámite se alarga.
Los escribas y fariseos también tuvieron razones para desconfiar de Jesús. Considerando la cultura y las tradiciones judías, se podría justificar alguna sospecha, un cierto prejuicio hacia ese predicador itinerante, nacido y criado en la más empobrecida región de una remota provincia del Imperio Romano, transgresor de las normas, que acogía a leprosos y prostitutas y se sentaba a comer con marginados de la sociedad bien pensante. Los poderosos de la localidad estaban a la espera de que este personaje llegase a “pisar el palito” y se lo pudiera acusar de algún crimen. Para tener algún motivo para justificar que se lo llevaran preso y se dejara de molestar.
Jesús respondió al cuestionamiento con una pregunta. Porque lo que lo movía no era contradecir la ley sino una lógica. Frente a la lógica de marginar el peligro alejando a la persona, a Jesús lo movía una lógica del amor, la compasión, la misericordia, que están por encima de la ley. De ahí su capacidad para mirar a las personas en lo profundo de su humanidad y ponerse en el lugar del otro, sin juzgar.
La misericordia y el respeto y la cercanía en el trato con el diferente son centrales en todos los discursos y documentos del Papa Francisco. Poca prensa ha merecido la convocatoria papal a un Año Santo de la Misericordia, a iniciarse en diciembre de 2015. El texto incluye, entre otra citas bíblicas, la mención del Dios que abraza y acoge “… compasivo y misericordioso, lento para la ira y pródigo en amor y fidelidad” (Ex. 34,6). Frente a la lógica de la desconfianza, en su encíclica Laudato Si, el Papa rescata la de confiar, de ayudar al ser humano a vivir con más dignidad y menos sufrimiento; antes de cualquier iniciativa, enfatiza la necesidad del “contacto directo con la angustia, con el temblor, con la alegría del otro y con la complejidad de su experiencia personal”.
María Marta que evangelio, es cierto, nos aterrorizan con las noticias, no hay nada bueno, nos enseñan a desconfiar, a alejarnos de nuestros hermanos pensando que todos son iguales.
Debemos cambiar, llevar a efecto lo que JESUS nos sigue enseñando: confiar acoger, dar la mano al hermano que lo necesite.
Tenemos un hermoso país que el gran DIOS nos ha regalado disfrutémoslo, pero no olvidando a nuestros hermanos y otra cosa importante, siempre es el tiempo aunque sea día de descanso, cuando el SEÑOR nos llame tendremos tiempo de descansar siempre y cuando nuestra vida terrenal haya sido como JESUS nos pide.
La primera parte de la reflexión de María Marta, hace oportuna mencionar lo que nos trae el cable de noticias internacionales del dia de ayer, desde Lima, Perú:
«Chapa tu choro», la campaña de detención ciudadana que genera polémica en Perú. La mayor percepción de inseguridad que se vive en el país vecino detonó la aparición de cuentas en redes sociales que llaman a capturar y linchar a los delincuentes. El fenómeno ha generado preocupación en las autoridades.
Alimentada por la creciente sensación de inseguridad ciudadana en Perú, una campaña lanzada en redes sociales bajo el lema «chapa tu choro» («atrapa a tu ladrón») ha generado polémica en el Perú debido a que incita a la población a hacerse justicia por su propia mano, deteniendo y flagelando a los sospechosos. La promotora de la iniciativa, Cecilia García, reconoció que se encuentra «muy sorprendida» de la acogida que tuvo su mensaje en internet, y consideró que el éxito se debe a que «recoge la indignación de la población» ante una delincuencia creciente.
De acuerdo a datos recientes del Instituto Nacional de Estadística e Informática (Inei), los hurtos aumentaron en Perú un 40% entre 2006 y 2013, al pasar de 49.423 a 83.308 casos. Los robos se incrementaron 42% al pasar de los 45.997 a los 79.873 casos. Desde que García publicó en agosto su lema en Facebook, se han creado más de un centenar de páginas similares.
En ellas, sus creadores instigan a atrapar a los delincuentes mediante «detenciones ciudadanas» y aplicarles violentos escarmientos.Aunque la promotora reitera que su intención es que los ciudadanos entreguen los delincuentes a la Policía, en su página se lee: «ratero (ladrón), si te agarramos no vas a ir a la comisaría. Te vamos a linchar. Nosotros no llamamos a la policía porque aquí tenemos lo que ponen las gallinas». La organizadora de la campaña afirmó que repartió varias pancartas similares en su ciudad de origen, Huancayo, capital de la región de Junín, y también en Lima. Una frase de la campaña es : «Ratero, si te agarramos no vas a ir a la comisaría. Te vamos a linchar».
Hasta, ahí parte de la noticia. Me pregunto, ¿Qué dice la sociedad cristiana y humanista, sobre cuáles son las causas del aumento de la delincuencia? ¿Es suficiente combatirla con la violencia y justicia por las propias manos? ¿Saldrán algunos a pedir que les corten las manos a los delincuentes, salvo a los delincuentes de cuello y corbata? ¿Qué nos diría Jesús hoy?
Amigos y amigas de renovación Cristiana de Perú y países latinoamericanos, los invito opinar, sobre un hecho de la vida real y analizarlo a la luz del Evangelio. Tal como lo señala, María Marta, en Chile vivimos una situación similar, pero la cristianad guarda silencio. Está ocupada en otros problemas y mira hacia otro lado.