Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
22 Ago 21
Lucas 8, 1-3
Algunas mujeres acompañaban a Jesús y le ayudaban con sus bienes
Jesús recorría las ciudades y los pueblos, predicando y anunciando la Buena Noticia del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y también algunas mujeres que habían sido sanadas de malos espíritus y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, esposa de Cusa, intendente de Herodes, Susana y muchas otras, que los ayudaban con sus bienes.
Cuando Lucas escribe su Evangelio, la Iglesia se había extendido más allá de Jerusalén. Estaba naciente y viva en Roma, Grecia y parte importante de Asia. Lucas había nacido en Antioquia de Siria. No hay constancia del lugar y tiempo de su conversión. Seguramente fue en su tierra natal por la predicación de Pablo, año 40 de nuestra era. Fue fiel acompañante y discípulo de Pablo en su travesía misionera. En una de sus cartas, el Apóstol confiesa que algunos le han abandonado, otros le han hecho daño, sin embargo, agrega “solo Lucas está conmigo”. Algo más que una compañía circunstancial. Su Evangelio lo escribe alrededor del año 70. Dice que…”ha decidido investigar hasta el origen de esta historia y componer un relato ordenado de todo”.
Lucas, en este breve texto, toma nota de la presencia vital y cotidiana de mujeres en la vida de la Iglesia. Esta presencia se clarifica en sus “´Hechos de los Apóstoles”, como un servicio de Diaconía y Acompañamiento a la Misión. Algo desconocido y extraño para la sociedad judía. A lo largo de la historia, otras mujeres han dejado huella del encargo de humanidad encomendado a ellas desde la creación. Cada una a su manera. La primera mujer… la dulce y fiel servidora del Señor, María de Nazareth. La audacia de María Magdalena, la primera en reconocer al Señor Resucitado. Mujeres, jóvenes y mayores, mártires en los tiempos de persecución. Otras cubriendo demandas de la sociedad, de personas y comunidades Las Teresas… de Ávila, del Niño Jesús, la nuestra de Los Andes y la última de Calcuta, junto a otras Santas “de altar o de a pie”.
Hay un encargo/misión de humanidad que Dios creador ha puesto en la “mente, corazón y manos” de cada mujer. Encargo, Misión tarea (talentos) insustituible, a descubrir. Más de una vez escuché decir… aquí hace falta una mujer. El feminismo bien o mal entendido, busca hoy… a tropezones, identificar su contenido, señalar sus espacios y límites. Recuerdo haber leído, que el P. Hurtado, recomendaba a las religiosas que atendían a los sin techo que acudían a la Hospedería… ”que se preocuparan que sus camas tengan sabanas limpias que les significara y recordara la vuelta al hogar de su infancia”. Hoy, más que nunca, la incorporación de la mujer en las estructuras y espacios de poder de la Iglesia, es una asignatura… muy pendiente. Pienso que han dado suficiente “pruebas de blancura” …más que los varones.
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