Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
26 Sep 15
Lucas 9,46-50
«El más pequeño de vosotros es el más importante»
En aquel tiempo, los discípulos se pusieron a discutir quién era el más importante. Jesús, adivinando lo que pensaban, cogió de la mano a un niño, lo puso a su lado y les dijo: «El que acoge a este niño en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí acoge al que me ha enviado. El más pequeño de vosotros es el más importante.» Juan tomó la palabra y dijo: «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre y, como no es de los nuestros, se lo hemos querido impedir.» Jesús le respondió: «No se lo impidáis; el que no está contra vosotros, está a favor vuestro.»
Desde que los pequeños infantes, aún renuentes a desprenderse del regazo de sus padres, son sometidos a “exámenes de admisión” que evalúan sus capacidades para el ingreso de uno u otro colegio, es que les mostramos a nuestros hijos una sociedad altamente competitiva; luego se les entrena a “ganar”, ganar un cupo en la universidad, ganar una beca de post grado, ganar un puesto laboral, etc. ( “ser tercero es perder, ser segundo no es igual a llegar en un primer lugar…..”, dice la canción popular) y así, en todos los ámbitos de la vida y lugar, lo que importa es ser un “ganador”; incluso en el deporte, la sana competencia entre los que desarrollan y cultivan su cuerpo a punta de cuidados y sacrificios, se ve en ocasiones disminuidas por quienes recurren al dopaje de sustancias prohibidas para vencer, porque “el fin justifica los medios” (Maquiavelo), y lo que importa aquí es ser ganador; esto da la entrada fácil a la “corrupción”.
¿Ustedes creen que a Dios esto le importe?, ¿Cuántos “ganadores” de esta vida tienen seguro el Reino de Dios?
La verdadera y difícil competencia es con nosotros mismos. Luchar día a día con el sistema es complejo y “ganarle” a la vida también lo es, por que a todos sin excepción se nos complica alguna vez. La competencia real es aquella que tiene que ver con el desarrollo de nuestra propia humanidad, y de la capacidad de amar. Cuanto más amemos seremos mejores personas, porque la bondad entra a competir con malos sentimientos que por ser humanos cargamos como lastres en nuestras conciencias, el rencor, la envidia, la desesperanza, la ambición, la vanidad, el egocentrismo, el hedonismo……., etc., los que crecen y se posesionan de la existencia del hombre en la ausencia de Dios.
Jesús en este pasaje del evangelio muestra a un niño como seguro “ganador”, tal vez para ejemplificar un alma pura y libre, o tal vez porque en él hay menos contaminación con la competitividad y el pecado. Ganador entonces es el logra preservar su inocencia.
Luego agrega, “el que no está contra ustedes, está con ustedes”, con el objeto de recalcar la verdadera importancia del amor y que no importa raza, ideología política, edad, capacidad económica, nacionalidad, ni religión. Jesús aquí se muestra con una generosidad magnánima y en esta expresión nos está entregando una vez más su verdad: “Si se ama, Dios está en nosotros, está con nosotros, y está para nosotros en esta vida y en la eternidad”, en donde la perpetuidad del amor es inminente y consecuente a lo que hemos consagrado nuestra existencia terrena.
Las expectativas de la trascendencia humana varían de un individuo a otro, algunos pretenden lograrla dejando a sus descendientes una situación económica asegurada, otros creen que es el que su nombre sea reconocido por generaciones, sin embargo, la verdadera trascendencia radica en cuanto se es capaz de consolidar una vida basada en el amor, de transmitirlo, de enseñarlo y comunicarlo. Y es esta la genuina labor del misionero también, de nada sirve la práctica y entrega de doctrinas sino se proclama con nuestras propias vidas la verdad que el Padre nos anuncia a través de su hijo. Ámense los unos a los otros, como yo les he amado.
Con gran tristeza hemos visto en todas las redes sociales, un pequeño niño muerto en una playa, hijo de inmigrantes ilegales que buscaban saciar su hambre y sus ansias de paz; aquel pequeño fue una víctima más del enajenamiento de la humanidad, que convierten en causales de guerra discrepancias políticas y religiosas, que no son más que conflictos creados por la avaricia de poderosos cuyo interés radica principalmente en la comercialización de armas y la obtención de recursos naturales principalmente energéticos. Esto no es nada más que la pérdida absoluta de la noción de la verdadera trascendencia del hombre, es el desamor, es la ausencia de Dios.
Tengo la certeza, que tal como lo anuncia su palabra, la vida de este pequeño trascendió a los confines de la eternidad en la gloria de Dios, o ¿ustedes creen que al Padre de los cielos, le preocupará si era musulmán o cristiano, de izquierda o derecha, si era pobre o rico, si era inteligente o limitado, si era un perdedor o ganador según nuestros códigos?, todo lo que establecemos en este mundo como “importante”, carece de sentido ante la singular pregunta que se nos hará al juzgar nuestras vidas ¿cuánto Amor pudiste entregar?, es esta la real competencia en la que todos participamos con nosotros mismos.
Efectivamente, Aylan “es” eternamente ¡¡un ganador!!
Verónica, muy buena tu reflexión, ¿ mi pregunta es cuantos entenderemos que por amor se entiende entrega , servicio, dar la vida por el otro si fuere necesario? El amor que JESUS nos entregó en la cruz, es para ponerlo a disposición de los hermanos que sufren tantas necesidades físicas y espirituales, pero no nos permitimos llevar acabo esta magnifíca tarea, que haría que este mundo fuera mas humano. Al contrario como dices tú estamos abocados a ser lo máximo sin darnos cuenta que eso no vale nada. Confío que despertaremos a tiempo y pondremos en marcha el amor.
Estimada María, es importante conservar la fe y la esperanza en la humanidad, como Cristo lo hizo, él conoce todas nuestras debilidades y miserias, sin embargo aún así nos muestra el camino a través de su palabra de como alcanzar su Reino, el «Reino del Amor». Confieso que la contingencia nos aflige, pero hay que dar la batalla!!!!, ¡¡¡Contagiemos al mundo con la alegría de la vida en Cristo!!!. Afectuosamente, Verónica.
Por primera vez, desde que inicié junto con el grupo de RC Chile, la emisión masiva de las cartillas con la reflexión del evangelio, emito un comentario personalizado. Razones no las tengo del todo claro. Quizás ha sido el hecho de leer la reflexión de Verónica Carvajal en un día muy de invierno triste, oscuro y frío, en Algarrobo, donde vivo, de noche y avanzada hora, en que mi cabeza estaba preocupada por situaciones difíciles y tan lejanas del Plan de Dios, de un mundo exitista, competitivo, egoísta, insensible, influenciado por las noticias de la televisión siempre negativas, catastrófica y el triunfo del mal, la avaricia, el egoísmo sobre el bien. Que es lo que Verónica precisamente, toca en su reflexión en forma certera y acorde al mundo que estamos viviendo. Nosotros, nuestros hijos y el que deberán vivir nuestros nietos, aún, en forma más fuerte, cruel.
Me ha llegado muy adentro. Creo que es una reflexión que no olvidaré. Siento que es la realización del fruto de la semilla que plantamos un día quienes asumimos en RC Chile el desafío de llevar nuestra misión evangelizadora de esta forma, cuando el grupo se reducía y aumentaba en edad, sin renovación. Quiso, el SEÑOR, reglarnos la incorporación de Verónica y hoy, ella con su maravillosa reflexión ha sido propia de un misionero, un pastor, que da orientación a una sociedad desquiciada, que ha olvido a Dios.
Días atrás, en la TV, el Papa Francisco, en su discurso en la Casa Blanca dijo:
«Nosotros, pertenecientes a este continente, no nos asustamos de los extranjeros, porque muchos de nosotros hace tiempo fuimos extranjeros»….»Les hablo como hijo de inmigrantes», ……..»Recordemos la regla de oro: «Hagan con los demás lo que quieran que hagan con ustedes». Tratemos a los otros con la misma pasión y compasión con la cual quisiéramos que nos traten»
No puedo dejar de citar el caso de Aylan, el niño ahogado en las playas de Turquiía.
La última frase la reflexión, que dice “Efectivamente, Aylan “es” eternamente ¡¡un ganador!! me motivó a interiorizarme sobre el niño turco. Descubrí que ese nombre de niña de origen turco, significa «acción» ya que deriva del verbo turco eyelemek que significa actuar. Es decir su muerte, es un grito a ACTUAR. Luego, descubrí, que Ailén es un nombre propio femenino de origen Mapuche, cuyo significado es translúcida o clara, es decir que hace alusión a una persona sincera que muestra sus sentimientos. ¿Somos hoy nosotros claros? ¿Mostramos nuestros sentimientos? o ¿Están endurecidos por la indiferencia del entorno que nos contagia y nos vuelve insensibles?
En lo que esta semana escribe Verónica y lo que nos dice el Evangelio yo reflexionaba sin querer, desde otra mirada,………. sin querer y sin luchar por obtener privilegios, ello la vida (El Señor) me ha llevado a lugares de privilegio………..para servir…… Ayer estaba celebrando a Chile con otros compañeros en una alegre Eucaristía en mi parroquia, mucha gente reunida celebraba la vida y cantaba con nosotros canciones de tradición folclórica, recordamos a nuestros mayores………….la patria de nuestros padres…………que hoy celebran en la patria celestial desde un lugar de privilegio………… junto a la paz del Señor…………………… donde no existen las guerras
y el mismo día en la tarde nuestra ciudad celebraba a la Carmelita,…..la Reina de la Paz recorría las calles escoltada por todas las fuerzas armadas y multitudes de fieles pequeños y humildes como ella. Somos un país privilegiado, protegido por las oraciones y el cariño que nuestros mayores pusieron en nuestras familias y que algunos pocos, con engaños, quieren transformar en violento y egoísta. Estamos un poco débiles, es verdad, pero el Señor nos fortalece y manda a su madre a acompañarnos en las luchas contra el enemigo