Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
04 Abr 11
Marcos 12, 28-34
El Señor tu Dios es el único Dios: ámalo
En aquel tiempo, uno de los escribas se acercó a Jesús y le preguntó: ¿Cuál es el primero de todos los mandamientos? Jesús le respondió: “El primero es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor; amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay ningún mandamiento mayor que éstos. El escriba replicó: Muy bien, Maestro. Tienes razón, cuando dices que el Señor es único y que no hay otro fuera de él, y amarlo con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y sacrificios. Jesús, viendo que había hablado muy sensatamente, le dijo: No estás lejos del Reino de Dios. Y ya nadie se atrevió a hacerle más preguntas”
Al leer el texto de hoy no puedo dejar de preguntarme ¿cómo puede amar a Dios una persona que no se ama a sí mismo, que no es capaz de reconciliarse con sus limitaciones, porque la vida no le ha dado la mejor familia, el mejor ambiente, ni el mejor trabajo? Es fácil para quienes hemos tenido la bendición de tener padres maravillosos, familia, amigos y seres cercanos, proyectar ese sentimiento a la máxima potencia y encontrar ahí a Dios. La respuesta me la dan las palabras del profeta Isaías 49, 15-17: “Dios nos hace saber de muchas maneras que nos ama, que nunca se olvida de nosotros, pues nos lleva escritos en su mano para tenernos siempre a la vista.”
Este pasaje del evangelio deja entender que esta búsqueda del mandamiento máximo, apreciada por los cristianos, no era entonces monopolio de ellos. Judíos y escribas, que habían llegado a las mismas conclusiones, sabían dar al mandamiento del amor una prioridad casi exclusiva. Llama la atención que el escriba, a los que ordinariamente el Evangelio juzga con severidad, tiene un sentido muy exacto de la moral evangélica. Como en muchas otras ocasiones, la respuesta de Jesús me parece genial: elogia a este judío fiel por haber sabido dar al amor el primer lugar y le considera cercano al Reino. En otra palabras Jesús le ha dicho con esta respuesta, conoces bien lo que debes hacer para salvarte. Pero no basta con conocerlo en teoría para llegar a la salvación, es preciso vivir lo que se conoce para llegar a ella.
Al mirar a mi alrededor, me doy cuenta de que hay mucha gente entre nosotros que tiene gran respeto por la Biblia, son piadosos y frecuentan los sacramento, y al mismo tiempo son capaces de despreciar y hablar mal del prójimo; personas que duermen en la noche con la Biblia al lado, pero por nada quieren saludar a su vecino, ni tampoco quieren prestar algún servicio a una persona necesitada, o se olvidan de cuidar a su madre enferma, o de ser «buena gente». Lo que quiero decir es que, aplicando las palabras de Jesús, no basta tener fe sin tener obras de amor.
En nuestro mundo se presentan con frecuencia dos cuestionamientos al mandamiento de amar a Dios y al prójimo: 1) ¿Es posible amar a Dios?; 2) ¿Se puede mandar el amor? Si nadie ha visto a Dios resulta difícil amarlo.
En la sociedad actual podemos ver imágenes distorsionadas del amor cuando éste se reduce exclusivamente al placer, o se exalta la faceta más irracional de los sentimientos. La superioridad del ser humano provisto de conciencia, inteligencia y voluntad puede y debe apreciarse en todos sus actos, incluido el amor.
Para amar a Dios hay que buscarle con fe y esperanza, sin entregarse rápidamente al desánimo; y el amor al prójimo es posible porque al amar a Dios estamos en sintonía con Él, nos hacemos uno, vibramos con Él, lo que nos mueve a amar también a los demás, incluyendo a personas que no nos agradan, o ni siquiera conocemos.
Isabel Margarita Garcés de Wallis
Los mandamientos principales, Amar a Dios por sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo, es el resumen del evangelio y del propósito o ley de Dios. Nos pone en la disyuntiva ¿Somos Honestos ? o ¿Aparentamos como muchos de los que van al templo ?
Como dije antes, nadie nos puede juzgar si amamos a Dios o no porque ese amor no se ve. Y el amar al prójimo se arregla con soportarlo durante las 2 horas de reunión o misa.
Se puede vivir una religiosidad impecable, por muchos años. Pero no vamos a ninguna parte. El nos dirá «No os conozco».
Si somos honestos, el amor no se puede ordenar. Entonces. No puedes amar a quien no conoces. Para conocer a Dios no hay formulas mágicas, pero si hay principios prácticos con resultados reales.
El término «apartar» tiene un valor precioso para Dios, significa dedicar exclusivamente y equivale a «santificar». Lo contrario de Santo, es Común.
Apartar en la mañana unos 20 minutos para estar a solas con Él, cada día. Será un ejercicio difícil al principio y requiere disciplina, pero la conexión es real, y te está esperando cada mañana. Hasta que es momento nos sea indispensable cada día. Como un pololeo, no hayas las hora de estar con esa persona especial a solas. El Espíritu Santo nos «cela» dice la Biblia, es una relación real no correspondida por nuestra parte aun.
El amor de Dios es una Pasión escondida en Jeremías. No es un «amor espiritual» Dios quiere que lleguemos a enamorarnos de Él. No se conformará con menos y no parará hasta lograrlo. Debemos corresponderle.
Amar a tu prójimo es más fácil de arreglar. No puedo amar a Juan Pérez si no se quien es, dónde trabaja y cuál es su familia. Un par de Kermeses o convivencias comunitarias y ya sabremos quién es quién. Una vez que sabemos quién es quién, nos importará lo que les pase. Si alguien me dice después de compartir y conocernos: Juan Pérez quedó sin trabajo y, para colmo, tiene 3 niños, diré: Voy a hablar con él para que me entregue su curriculum, yo se lo pasaré a mi tío.
Lo que necesitamos es que la gente de nuestra comunidad cercana «próximo» NOS IMPORTE. Entonces dirán de los cristianos como en la antigüedad «miren como se aman». Entonces Dios estará con nosotros.
Gracias por tu reflexión querida amiga; he estado un poco en estado de shock con todo lo que ha pasado en nuestra iglesia Santa y Pecadora en este ultimo tiempo…este pasaje de Marcos sobre el amor, se me aparece como un gran misterio…es el hombre capaz de amar verdaderamente?
Un abrazo y mis bendiciones para esta semana.
Lucho
GRACIAS POR VOLVER A INCLUIRME EN ESTAS MAGNIFICAS REFLEXIONES. ESTA ME GUSTO MUCHO,SI NO AMO, ACEPTO MI PROPIA HISTORIA CON SUS MAS Y SUS MENOS, NO PUEDO AMAR A DIOS NI MENOS AL PROJIMO GRACIAS Y BENDICIONES M.ELENA
Asunto: Quiero caminar
Fui Laico comprometido, digo fui, por que sin abandonar mis oraciones no participo de las actividades de iglesia. Soy periodista, tuve programas radiales en emisoras católicas, escribía en revistas católicas editaba \»mi\» revista católica y bueno muchas cosas más. Hoy siento, que debido a una circunstancia que estoy pasando, siento que Dios no va a permitir que me aleje de El, por eso creo que me ha llamado a continuar con eso que algún día prometí. En el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, pido una Luz que me permita seguir nuevamente en este caminar. Que Dios los bendiga.
¿Qué nos dice Jesús y qué nos dice toda la compleja y misteriosa historia religiosa y espirirtual que han elaborado los hombres consagrados a lo largo de 2 mil años?
Jesús, es muy claro, leamalos con detención: «El primero de todos los mandamientos es: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas, y el segundo es amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay ningún mandamiento mayor que éstos».
¿Porqué nos cuenta tanto comprenderlo y practicarlo? He ahí, lo que todo cristiano ha de seguir.
¿Qué nos dice nuestra Iglesía apostólica y romana? ¿Qué ejemplos y testimonios nos entregan hoy sus jerarquias eclesiásticas?
De de algo tan simple, humano y profundo, han construido un Estado soberano, al más puro estilo del imperio romano y han elaborado ritos, ceremoniales, códigos, normas, reglamentos, tribunales,grados de nobleza, etc. construido catedrales de tan alta ostentación de lujo y riqueza que creo ofenden a la sencillez de Jesús. ¿Es esto lo que nos pide Jesús?
Amigos y amigas, tratemos que ello no nos aparte del verdadero camino del Amor y, Jesús lo dijo: !Yo soy el camino!
Me siento interpretada con esta reflexión de Isabel Margarita. En nuestra sociedad, tal como ella sostiene, hoy vivimos un amor distorsionado, mutilado al interés personal o acomodado a intereses familiares o de grupos, incluyendo en comunidades religiosas como los ocultamientos a aberraciones que hemos estado presenciando en Chile.
Sin amor en plenitud hacia los demás como nos pide Jesús, estamos muy lejos de Dios, por mucho que oremos y pidamos perdón.
DIOS les bendiga por tan bendecida reflexion.