Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
30 May 15
Marcos 12,1-12
Agarraron al hijo querido, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viñaEntonces comenzó Jesús a hablarles en parábolas: “Un hombre plantó un viñedo. Lo cercó, cavó un lagar y construyó una torre de vigilancia. Luego arrendó el viñedo a unos labradores y se fue de viaje. Llegada la cosecha, mandó un siervo a los labradores para recibir de ellos una parte del fruto. Pero ellos lo agarraron, lo golpearon y lo despidieron con las manos vacías. Entonces les mandó otro siervo; a éste le rompieron la cabeza y lo humillaron. Mandó a otro, y a éste lo mataron. Mandó a otros muchos, a unos los golpearon, a otros los mataron. Le quedaba todavía uno, su hijo amado. Por último, lo mandó a él, pensando: “¡A mi hijo sí lo respetarán!” Pero aquellos labradores se dijeron unos a otros: “Éste es el heredero. Matémoslo, y la herencia será nuestra.” Así que le echaron mano y lo mataron, y lo arrojaron fuera del viñedo.
¿Qué hará el dueño? Volverá, acabará con los labradores, y dará el viñedo a otros. ¿No han leído ustedes esta Escritura: “La piedra que desecharon los constructores ha llegado a ser la piedra angular; esto es obra del Señor, y nos deja maravillados”? Cayendo en la cuenta de que la parábola iba dirigida contra ellos, buscaban la manera de arrestarlo. Pero temían a la multitud; así que lo dejaron y se fueron.
La llamada “parábola de los viñadores asesinos” es un resumen de la historia de Israel, que nos refiere al “cántico de la viña” del profeta Isaías (Is 5,1-7). Al terminar el capítulo anterior, los dirigentes judíos le han preguntado a Jesús con qué autoridad ha echado a los mercaderes del Templo. Con esta parábola, Jesús da a conocer a los escribas y ancianos cuál es el origen de su autoridad: Él es el Hijo, el heredero. Al mismo tiempo denuncia el abuso de autoridad de los viñadores (sacerdotes y ancianos) que manipulan la religión porque no quieren perder la fuente de sus ingresos.
La segunda parte del texto es un anuncio de que el Mesías iba a ser despreciado y desechado por los gobernantes del pueblo aunque finalmente sería exaltado por Dios llegando a ser la piedra principal que da cohesión a todo el edificio. La resurrección de Cristo es la piedra angular en el nuevo templo de Dios. Los sacerdotes, escribas y ancianos entendieron muy bien el significado de la parábola y por eso buscaron la manera de deshacerse de la “piedra fundamental”.
Jesús puede ser rechazado o puede ser la piedra elegida para la construcción de un nuevo pueblo de Dios que hará producir sus frutos de justicia, equidad, paz y amor. Y como Jesús, otras piedras rechazadas encontrarán su lugar en el pueblo de Dios, “los publicanos y las prostitutas”, los excluidos de la sociedad, los que sueñan con una humanidad nueva…
El evangelista no quiere que nos limitemos a un juicio sobre los dirigentes judíos, que rechazaron y mataron a los profetas y crucificaron a Jesús; él quiere hacer reflexionar a la comunidad, porque la tentación del poder es permanente, y para todos. Una lectura honesta del texto nos obliga a preguntarnos si Jesús es la piedra fundamental en nuestras vidas o si, por el contrario, es un estorbo, una piedra de tropiezo. Si nosotros no respondemos a sus expectativas, Dios “dará el viñedo a otros” y seguirá abriendo caminos nuevos a su proyecto de salvación con otras gentes que produzcan los frutos de justicia que él quiere en su viñedo.
Mucho nos quejamos porque hoy nuestra Iglesia está en crisis, porque la gente ha abandonado la práctica religiosa y se aleja de los templos… ¿No estará Dios preparando el camino para el nacimiento de una Iglesia más fiel a su proyecto del reino? ¿No es necesaria esta crisis para que nazca una Iglesia menos poderosa pero más evangélica, menos numerosa pero más entregada a hacer un mundo más humano? ¿No vendrán nuevas generaciones más fieles a Dios?
Excelentes reflexiones de la Sra. Varela. La Iglesia enfrenta tiempos de cambio,de tempestades, pero gracias al Espíritu Santo, el timonel que gobierna la barca sabrá enfrentar las dificultades y la conducirá a buen puerto mediante la humildad, la sencillez y sobre todo el amor al pueblo de la Nueva Alianza, que es lo más importante para Cristo, porque ya lo dijo San Juan: Dios es Amor.
Corina, gracias por esta reflexión, tú eres una fiel servidora de DIOS, has dicho lo que muchos no se atreven, vamos a mundo nuevo, a vivir el evangelio que CRISTO nos enseño, no lo que el hombre ha modificado a su antojo para que sea mas fácil y lucrativo. La esperanza esta querida Corina ,en que nos empecemos a sumar mas para llevar a cabo este cambio que necesitamos con urgencia CRISTO nos pide de diferentes maneras que debemos cambiar y como decía Juan El Bautista prepárense porque El REINO ESTA CERCA, lo debemos construir a cada instante.
cariños