Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
31 Oct 15
Marcos 15, 33-39; 16, 1-5.
“Pero Jesús lanzando un fuerte grito, expiró”
Llegado el mediodía, la oscuridad cubrió todo el país hasta las tres de la tarde, y a esa hora Jesús gritó con voz potente: «Eloí, Eloí, lammá sabactani», que quiere decir: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» Al oírlo, algunos de los que estaban allí dijeron: «Está llamando a Elías.» Uno de ellos corrió a mojar una esponja en vinagre, la puso en la punta de una caña y le ofreció de beber, diciendo: «Veamos si viene Elías a bajarlo.» Pero Jesús, dando un fuerte grito, expiró. En seguida la cortina que cerraba el santuario del Templo se rasgó en dos, de arriba abajo. Al mismo tiempo el capitán romano que estaba frente a Jesús, al ver cómo había expirado, dijo: «Verdaderamente este hombre era hijo de Dios.»… Pasado el sábado, María Magdalena, María, la madre de Santiago, y Salomé, compraron aromas para embalsamar el cuerpo. Y muy temprano, el primer día de la semana, llegaron al sepulcro, apenas salido el sol. Se decían unas a otras: « ¿Quién nos quitará la piedra de la entrada del sepulcro?» Pero cuando miraron, vieron que la piedra había sido retirada a un lado, a pesar de ser una piedra muy grande. Al entrar en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho, vestido enteramente de blanco, y se asustaron.
En medio de toda la crisis de confianza que experimentamos hacia nuestras autoridades políticas y religiosas, en marco de los conflictos fratricidas que ocurren hoy en varios países, y entre tanta estafa económica a gran escala… mi mamá quiso dar un gesto de bondad. Detrás de ella, en la cola del supermercado, estaba una madre con su hijo-quinceañero-en silla de ruedas. El muchacho no se movía, quizás por alguna situación congénita.
Junto a otra mujer que estaba en la cola, con mi mamá ofrecieron dejar pasar primero a la mujer con su hijo. La mujer les agradeció y de repente el niño, inerte hasta el momento, tomó la mano de la mujer que estaba junto a mi madre y la besó en señal de agradecimiento. Justo quien pensábamos que no entendería el gesto de dejarlo pasar. Quién suponíamos que no se movía; muy por el contrario, estaba absolutamente atento.
Fue un gesto concreto y muy sencillo de bondad. La Biblia está escrita con muchos géneros literarios, pero lo que nos cuenta hoy Marcos es absolutamente descriptivo: la muerte de Jesús, la culminación de su paso terreno. La entrega completa de amor que se consuma con la rasgadura del velo del templo. El primer paso hacia su resurrección.
Los tres años de vida pública de Jesús -que conocemos a través de los Evangelios- nos dejan abundantes enseñanzas, pero también muchos gestos hacia personas en ese entonces postergadas. Pobres, enfermos y pecadores. Hechos concretos. Nos enseñó a rezarle al Padre, pero también a compartir y ser generosos con nuestros hermanos.
En este relato también vemos otras actitudes: el de las mujeres cerca de la cruz acompañando a Jesús, y el de José de Arimatea, quien le da sepultura. Actos nobles.
Propongámonos tener también una posición activa y noble con nuestros cercanos. Que la oración sea la bencina de nuestros actos, pidiendo a Dios por nuestras familias, amigos, enfermos, trabajos e intenciones, pero también haciendo acto presente en la vida de las personas. Como nos cuenta Jesús en Mateo 25: “Porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber; era forastero y me acogiste; estaba desnudo y me vestiste; enfermo y me visitaste; en la cárcel y me viniste a ver…”.
¿Qué le estoy dejando a las nuevas generaciones? Se preguntaba el Papa Juan XXIII mientras veía desde su ventana a una joven pareja caminando por la Plaza de San Pedro. Está reflexión culminó la idea que venía pensando durante mucho tiempo en su cabeza y que derivó en el Concilio Vaticano II. Un nuevo aire para la Iglesia.
Inspirémonos en Jesús en la cruz para llenar de actos y gestos nuestro paso por la vida terrena. Practiquemos con nuestras familias, amigos y compañeros de trabajo: mostremos preocupación por sus problemas, visitemos a los enfermos, acudamos sus velorios y ayudemos en silencio a quién lo necesite. Todo alimentado con la savia de la oración. Que nuestra vida copie el paso de Jesús por el mundo: equilibrio de alimento para el cuerpo y el espíritu.
Luís Cristóbal , profunda y muy verdadera tu reflexión, siento que hemos olvidado esas enseñanzas que tanto bien nos harían en este momento de tantas faltas al amor hacia el hermano.
Personalmente he llegado a la conclusión que la oración es lo que me mantiene en contacto con Jesús y además mi testimonio de vida , eso no significa que no sea pecadora, pero a diario hago un recuento como ha sido mi día , eso me hace feliz, como pudiera trasmitir la alegría y la fortaleza que estos pequeños actos te mantienen de pie ante tanta corrupción. Que el Espiritu Santo llegue a nuestros hermanos para lograr un mundo mejor
Bien practicar actos de bondad, un buenos días, alegra la cara a mas de alguno, pedro no olvidemos en este día a tantos que con sus pequeños actos de bondad nos llenaron la vida y aunque no estan fisicamente nos hicieron la veda mejor, pienso en los amigos de nuestros padres, nuestros profesores, nuestros sacerdotes cariñosos, los padres de nuestros amigos, los artistas desaparecidos y todos aquellos olvidados por los cuales nadie reza
Rodrigo aunque tu no creas yo rezo por todos los que sufren y hasta por mis enemigos porque al final ellos sufren mas , cuando uno es capaz de aplicar el perdón en la vida anda con equipaje liviano y sabe que también a una la perdonan