Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
16 Ene 16
Marcos 3, 1-6
¿Está permitido el sábado salvar la vida de un hombre o dejarlo morir?
En otra ocasión entró en la sinagoga, y había allí un hombre que tenía la mano paralizada. Algunos que buscaban un motivo para acusar a Jesús no le quitaban la vista de encima para ver si sanaba al enfermo en sábado. Entonces Jesús le dijo al hombre de la mano paralizada:
—Ponte de pie frente a todos.
Luego dijo a los otros:
—¿Qué está permitido en sábado: hacer el bien o hacer el mal, salvar una vida o matar?
Pero ellos permanecieron callados. Jesús se les quedó mirando, enojado y entristecido por la dureza de su corazón, y le dijo al hombre:
—Extiende la mano.
La extendió, y la mano le quedó restablecida. Tan pronto como salieron los fariseos, comenzaron a tramar con los herodianos cómo matar a Jesús.
Una vez más, este texto nos presenta el conflicto entre Jesús y los fariseos. Ellos quieren acusar a Jesús y están como “espiándolo” a ver si se atreve a contravenir todos los preceptos. El segundo mandamiento de la Ley mandaba “santificar el sábado”, y por tanto estaba prohibido trabajar en ese día (Ex 20,8-11). Para los fariseos, curar a un enfermo era lo mismo que trabajar. Ellos colocaban la Ley por encima del bienestar de las personas, y el hecho de que Jesús pusiera las necesidades de los enfermos por encima de la Ley les incomodaba.
Pero aún hay más, según la Ley, una persona con discapacidad física no podía participar plenamente de la comunidad ni de las celebraciones religiosas, pues era considerada impura y por tanto debía mantenerse lejos de los demás… al margen. Jesús, en cambio, llama al hombre con la mano atrofiada y le ordena ponerse en medio, en el centro de la comunidad. Los marginados, los excluidos deben ser incluidos y acogidos.
Además, Jesús desconcierta a todos con su pregunta: “¿está permitido hacer el bien o hacer el mal…?” No pregunta si se puede o no curar en día sábado como todos esperaban. Con su pregunta Jesús pone el dedo en la llaga: los fariseos propugnan un sistema que lleva hacia la muerte, hacia el mal, y no hacia la vida, el bien. La prohibición de curar en día sábado es parte de un sistema de muerte. Al curar a la persona con discapacidad, Jesús muestra que no está de acuerdo con el sistema que pone la Ley por encima de la vida. En respuesta a la acción de Jesús, los fariseos, autoridad religiosa, y los herodianos, autoridad civil, se ponen de acuerdo y deciden matarlo. Ellos son los defensores de un sistema de muerte.
Hoy en día, las personas con discapacidades físicas, no son consideradas pecadoras por las autoridades religiosas… aunque en algunos ambientes todavía son marginadas. Por eso me alegró ver en un templo de Santiago que los/las monaguillos que ayudaban al sacerdote en la misa dominical eran jóvenes con síndrome de Down. Chicos y chicas participaban plenamente de la celebración Eucarística sintiendo el amor de Dios y la aceptación de la comunidad
Con motivo del Año de la Misericordia, copio a continuación algunas reflexiones del Papa Francisco respecto a este texto del Evangelio: “En este paso del evangelio encontramos también otro pecado: el formalismo…. La vida cristiana no es tener todos los documentos en regla, todos los certificados… ¿Era sábado? Entonces no se pueden hacer milagros, la gracia de Dios no puede operar el sábado… Entonces le cierran la puerta a la gracia de Dios. Tantas veces tuvimos apatía o fuimos hipócritas como los fariseos. Son tentaciones que vienen y que debemos conocerlas para defendernos.”
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