Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
03 Feb 18
Marcos 6, 30-34
Andaban como ovejas sin pastor
Al volver los apóstoles a donde estaba Jesús, le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Jesús les dijo: “Vámonos aparte, a un lugar tranquilo para descansar un poco”. Porque eran tantos los que iban y venían que no les quedaba tiempo ni para comer. Y se fueron solos en una barca a un lugar despoblado. Pero muchos, al verlos partir, adivinaron adónde iban y salieron por fuera de todos los pueblos, con tanta prisa que llegaron antes que ellos. Al desembarcar, Jesús vio toda aquella gente, y sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas sin pastor. Y se puso a enseñarles largamente.
Hace un par de años iba entrando yo a una Feria del Libro cuando me impresionó gratamente ver un revuelo de adolescentes que formaban una nutrida y excitada cola ante uno de los stands de venta de libros, sin prestar atención a quienes pasábamos a su lado. Busqué una persona a quien preguntarle quién era el autor que convocaba a tanta juventud: y me acerqué a una mujer que consiguió distraer durante unos segundos a su hija para preguntarle el nombre de su ídolo. La respuesta que me transmitió fue “Blue Jeans”. –Ah, dije, ese es el título pero ¿quién lo escribió? Nueva consulta, respuesta repetida: -Se llama Blue Jeans.
Más adelante conocí un fenómeno similar en otra feria del libro, en este caso colas de adolescentes de ambos sexos pugnaban por conocer a otro ídolo, en este caso un “bloguero” cuya fama en los medios sociales, aparte de hacerlo millonario, lo había convertido en escritor. Este fenómeno multiplicado por la tecnología no es actual. Cuando todavía no se había desarrollado la cultura de la imagen, la radio convocaba a espectáculos donde las adolescentes chillaban y se desmayaban a la vista de su ídolo. Si años atrás el objetivo era conseguir un autógrafo hoy, en la era de la imagen, buscan sacarse una selfie.
No pretendo con esto decir que Jesús tuviera un club de fanáticos pero, sin quererlo, este trozo del evangelio parece evocar una situación similar vivida en el ámbito de la cultura oral de tiempos de Jesús. El evangelista nos dice que “eran muchos los que iban y venían”, atraídos seguramente, añado, por la fama de Jesús que corría de boca en boca, y agrega un detalle conmovedor: “parecían ovejas sin pastor”.
Lo que importa ahora es detenerse en las actitudes de Jesús ante esta fama inesperada. La primera fue alejarse de tanto lío, como diría el Papa Francisco, buscar “un lugar tranquilo para descansar” con sus apóstoles. Pero no hubo forma de engañar a las personas que lo buscaban con pasión, las que corrieron y buscaron atajos para llegar, adonde se dirigían, antes que ellos. Ante el empeño de esta gente Jesús se conmovió, sintió compasión y se puso a enseñarles largamente. ¡Entregó bastante más que una selfie!
No es la primera ni la última ocasión en que Jesús escuchó, se dejó conmover por los ruegos de los otros, de los necesitados material y espiritualmente, para luego cambiar de opinión. Una pauta vital para quienes les toca moverse en puestos jerárquicos, es proceder igual que Jesús con autoridad, nunca autoritarismo: primero estar atentos, a la escucha, segundo evaluar para así modificar y mejorar su forma de actuar. Un proceso que equivale al VER –DISCERNIR – TRANSFORMAR del Miamsi.
Buena reflexión soy cristiana y deseo que la Jerarquía de la Iglesia pueda escuchar, ver y evaluar el actuar de sus pastores ya que estos deben pastorear a sus ovejas por buen camino.
Se debe hacer un exámen de conciencia ya que hemos sido testigos de muchas actuaciones que no son buenas.
Que haría Cristo expulsaría a muchos como lo hizo en el templo
El Señor de ayer que enseñaba con sencillez, sanaba enfermos y tocaba los corazones de los afligidos….es el mismo hoy…nosotros tomamos solo una mínima parte de EL, la que conviene a nuestra ceguera, verdaderamente no le abrimos el corazón, no confiamos nuestra miseria a su omnipotencia de amor… seguimos dando tumbos y El continúa sucitándonos tantos milagros y misericordias a nuestra naturaleza egoísta y pecadora……¡Ten piedad de nuestra ceguera Señor!
Marìa Marta
Saludos,
Gracias por tu reflexiòn…tomo este verso «y sintió compasión de ellos…» porque como lìder, guìa, el Mesìas que se hace parte nuestra del sentir diarios…cierto es que como Iglesia, familia debemos todos poner el hombro y poder abrir los ojos.
Bendiciones,
David