Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
15 Feb 10
Marcos 8, 11-13
“¿Por qué esta gente pide una señal?”
Se acercaron los fariseos para discutir con Él, pidiéndole una señal del cielo, para ponerlo a prueba. Jesús suspirando profundamente les dijo: “¿Por que esta gente pide una señal?” Yo les aseguro: “No se dará a esta gente ninguna señal”. Entonces los dejo, subió a la barca y se fue del otro lado del lago.
En momentos en que reflexiono contigo, mi compatriota, Fidel[1], ha sido liberado del cautiverio de noventa días de duración, una persona como vos y como yo, que se esfuerza por vivir decentemente. Me planteé si no es “ese el signo”, “la señal”, que el pueblo de Dios quiere ver en los acontecimientos, en lo grande (cautiverio) y en lo cotidiano (niños y niñas explotados que viven en la calle).
En estos días en que vivimos y sufrimos el horror del pueblo de Haití, en que miramos atónitos como espectadores, y pretendemos que el Señor nos muestre señales ¿de qué?, ¿que más tiene que suceder?, ¿soy yo, somos nosotros los profetas que El espera que seamos? Espera porque confía, se vale de mí y de vos para anunciar; es aquí donde la decisión mía y tuya se juega, es desafiada por los acontecimientos que nos rodean.
En estos días que vemos morir a seres queridos jóvenes o adultos con secuelas de enfermedades incurables, seguimos buscando la mano de Dios, ¿por que Señor? ¿Qué me quiere decir este sufrimiento, esta desgracia?
Si vivir la Palabra, entablar conversación con Jesús, amigo y hermano, en diálogo o en silencio (ese silencio que tanto nos cuesta poner en práctica), si esto fuera cosa cotidiana, si realmente dejáramos que El se exprese no estaríamos tan pendientes de la “formula”, de la “receta”, de que nos manejen la vida y nos ordenen, sino que brotará en nuestro ser la certeza y la confianza de vivir según el mensaje y el proyecto de Jesús.
Siento que nuestra cultura, nuestra educación, nuestros enfoques y miradas se parecen a las de los fariseos: Me pregunto ¿qué tanto creo en la Palabra de Jesús, hijo de Dios, enviado del Padre que nos ama?, ¿se traduce en mi vida? Y ¿cómo lo experimento?, es decir ¿qué significa para mí ser hija de Dios?
Algo sorprendente es la actitud de Jesús, quien respeta profundamente la libertad de cada hombre y cada mujer y no acepta que le crean por los milagros; se niega a hacer signos para convencer a los fariseos. ¿Cuántos de nosotros juzgamos todo según nuestros intereses? Y ¿que hay de la preocupación hacia el pueblo?
Nos cuesta abrir los ojos para ver los frutos de la predicación de Jesús en los testimonios de tantos jóvenes, de laicos o consagrados. ¿Somos capaces de ver la esperanza que han despertado en el pueblo las obras positivas, de beneficio al bien común, las cooperativas que se han formado para el desarrollo de las comunidades carenciadas, el micro banco de ayuda a mujeres jefas de hogar; el crecimiento personal y colectivo de grupos más o menos pequeños, pero que son «fermento» en la sociedad?
La reacción de repudio y rechazo a la violencia del largo cautiverio de Fidel; la solidaridad, a nivel personal e internacional, con los dolores y las carencias del pueblo de Haití; son los «signos de los tiempos» que están siendo interpretados por comunidades que buscan su desarrollo, su dignidad y calidad de vida. No se trata de mantener tradiciones religiosas y culturales que no responden a lo que la persona necesita para crecer, vivir y amar. Dios nos habla por medio de estos y otros muchos acontecimientos, de las personas que nos rodean, y que cada día hay algo que aprender, hay alguien a quien amar, algo por qué luchar, proyectos que realizar.
No es fácil, nadie lo dijo, pero tampoco imposible si lo deseamos, si creemos que es el camino de la Luz y del Amor.
[1] Fidel Zavala fue secuestrado por el autodenominado «Ejército Paraguayo del Pueblo» (EPP) y fue liberado tras 94 días de cautiverio, luego del pago del rescate por parte de su familia.
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Hermosa y profunda reflexión, amiga y compañera de misión, Gloria, especialmente en esos días en que la familia Gómez Benítez pasa por momentos de dolor, tus palabras nos llegan al corazón y nos impulsan a seguir, aunque con caídas en la fe y en la esperanza. Que la caridad nos mantenga firmes
Es perfecta su aplicación al mensaje del Evangelio, cuando usted dice: “Dios nos habla por medio de estos y otros muchos acontecimientos, de las personas que nos rodean, y que cada día hay algo que aprender, hay alguien a quien amar, algo por qué luchar, proyectos que realizar.” Yo entiendo que todo lo que nos rodea y vemos, tiene que ver con el trabajo de Dios, por eso dice su Palabra en Salmos 19:1-3 «Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, Y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, Ni es oída su voz.» Estamos tan ocupados en nosotros mismos atravez del internet, el telefono celular, la television, los deportes, y los juegos, que no somos capaces de oir ni buscar la voz de Dios en el silencio y la oracion. Cuando la alarma suena es porque algo grave ha ocurrido, sentimos temor por unos dias y buscamos de Dios, pero luego volvemos a la rutina del mundo que nos tiene atrapados y no nos deja ver la luz. Alguien entrevisto a una persona de 98 anos que yacia enferma en una cama del hospital y le pregunto: que es lo que usted mas lamenta de toda su vida? El anciano enfermo le contesto: Lo que mas lamento es que al final de mi vida, me vengo a dar cuenta que vivi de forma equivocada. En lugar de buscar que Dios nos de senales, leamos la Biblia y ahi sabremos lo que El nos dice a cada uno. Salmos 111.10 nos dice: El temor de Dios, es el principio de la sabiduria.
Gracias,
Jose, Nueva York, USA