Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
13 Feb 12
Marcos 8, 38; 9,1
“Tomar y la cruz y seguir a Jesús”
Yo les aseguro: si alguno se avergüenza de mí y de mis palabras en medio de esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del Hombre se avergonzará de él cuando venga con la Gloria de su Padre rodeado de sus santos ángeles.»
Jesús les dijo: «En verdad se lo digo: algunos de los que están aquí presentes no conocerán la muerte sin que ya hayan visto el Reino de Dios viniendo con poder.»
Siempre me he preguntado el por qué, comúnmente, relacionamos la cruz solo con dolor y sufrimiento. Es cierto que fue en una cruz donde colgaron y dieron muerte a Jesús. Es verdad que los padecimientos que sufrió en el calvario y posteriormente en la crucifixión, fueron atroces.
En aquella época la crucifixión era el mayor castigo que podía recibir un hombre. No existía nada más cruel y oprobioso que aquella pena. De crucificados nunca más hemos sabido. Salvo de aquel que, a pesar de haber sido crucificado hacen ya casi 2012 años atrás, se sigue hablando y millones de personas continúan recordándolo y, en su nombre, se fundó una iglesia que seguirá hasta, como dicen las escrituras, el fin del mundo. La cruz para los cristianos debería ser el estandarte tras el cual tendríamos que marchar, firmes y con paso seguro, hacia las nuevas tierras que Él nos tiene prometidas. Que así como las naciones tienen sus banderas y pendones como estandartes, nosotros los cristianos debiéramos tener el madero como emblema tras la cual todos los hombres, sin distinción de color, raza, lengua o nominación religiosa (secta), fuéramos caminando con paso firme y decidido hacia el futuro.
Creo que es necesario que demos a la cruz otra mirada, no solo de dolor y penitencia sino que de júbilo y triunfo. No veo porqué, existiendo la resurrección y siendo la nuestra una religión gloriosa, continuemos aun de luto. Que nos hayamos quedado en los misterios dolorosos, viendo en todo el pecado presente, y que se siga asustando a la gente hasta con el infierno. ¿No les parece que sería mucho mejor que buscáramos la parte positiva de la vida y dejar de revolvernos en la basura? ¿Por qué no vemos mejor la parte positiva de la vida y no la oscura?
Si sabemos que el Señor está con nosotros y que, aun estando colmados con los problemas que se suceden: guerras, hambrunas, epidemias y demás calamidades existentes en el mundo, la fe en el Señor nos muestra que a pesar de todo lo que pasa, Él siempre a nuestro lado, acompañándonos.
Les invito a seguir al Señor tomando cada uno su cruz, no con dolor, ni arrodillados sino que erguidos con el orgullo de ser cristianos y portar la cruz como estandarte y que, sin vergüenza, mostremos al mundo que si Él está con nosotros, eso nos debiera bastar. Reflexionemos y preguntémonos ¿realmente nos sentimos orgullosos de la cruz?
Tratemos que la Cruz, en lugar de ser signo de dolor y sufrimiento, sea bastión del AMOR, libertad y hermandad a nuestros semejantes. Los cristianos somos portadores de la buena nueva y lo hacemos con alegría, teniendo un Dios Padre que perdona y nos ama en plenitud.
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