Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
23 Dic 13
Mateo 1, 16 – 22
Los testigos de Jesús serán perseguidos
Jacob fue padre de José, esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo. De modo que fueron catorce las generaciones desde Abrahán a David; otras catorce desde David hasta la deportación a Babilonia, y catorce más desde esta deportación hasta el nacimiento de Cristo. JESÚS NACE DE UNA MADRE VIRGEN. Este fue el principio de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José; pero antes de que vivieran juntos, quedó embarazada por obra del Espíritu Santo. Su esposo, José, pensó despedirla, pero como era un hombre bueno, quiso actuar discretamente para no difamarla. Mientras lo estaba pensando, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, descendiente de David, no tengas miedo de llevarte a María, tu esposa, a tu casa; si bien está esperando por obra del Espíritu Santo, tú eres el que pondrás el nombre al hijo que dará a luz. Y lo llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta.
Mateo vivía en Cafarnaúm, cerca del lago. En sus negocios le iba bien. Cobraba los impuestos que todos los judíos debían entregar a Roma. Les llamaban “Publicanos “, oficio considerado infame y despreciable para los judíos. Mateo recuerda muy bien como se encontró con Jesús. El mismo lo cuenta…”Jesús vió a un Publicano sentado en el Banco de los impuestos y le dijo… Sígueme”. Estaba feliz, por eso invita a su casa a mucha gente, de variado pelaje, publicanos como él, pecadores y fariseos. Estos últimos, sorprendidos por la mezcla, comentan ¿Cómo se le ocurre comer y beber con ésa clase de gente ? Jesús oye el murmullo y replica con una afirmación elocuente… ”No he venido a llamar a los buenos, sino a los pecadores para que cambien de actitud.” (Mateo 9 ) Por eso da gusto leer el c.10 donde aparecen los nombres de los Doce Apóstoles: entre ellos…. “Mateo, el cobrador de impuestos”
La Iglesia en nuestra época, y más todavía con el Papa Francisco, está redescubriendo su dimensión Misionera. Lo dijo el Vaticano II en el documento sobre las Misiones. Toda la Iglesia es Misionera, y el cristiano por el Bautismo … es Misionero. Tiene una frase casi poética…La iglesia es enviada a las gentes. Somos enviados (como en una comisión de servicios). Esto fue en 1965, con Pablo VI. En Aparecida, el 2007, los Obispos y Laicos Delegados, dijeron al inicio de los debates, “somos discípulos y misioneros”. Las deliberaciones continuaron, y para que no hubiera duda, concluyeron enfáticamente “somos discípulos misioneros”. No hay dicotomía, el discípulo es misionero y el misionero, es discípulo. Allí estuvo la mano del Cardenal Bergoglio, el actual Papa
El texto del capítulo, se mete en la parte difícil de la misión del discípulo. Entra “en las patas de los caballos” Cuando el Mensaje choca con costumbres “lo que se lleva y lo que todo el mundo hace” ó también, frente a las consecuencias sociales del Evangelio. En estos días la defensa de la vida, en todos sus momentos y circunstancias, la familia, la persona humana y su carácter trascendente en el mundos de la economía y la empresa.
Muy acertado es el diagnóstico de nuestra sociedad que hace el Papa en su reciente documento Evangelii Gaudium. La Alegría del Evangelio.
“El gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda Enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada”.
El discurso y la postura testimonial cotidiana frente a ése panorama social no es fácil ni simple, es sencillamente un reto… “movernos con la sagacidad de la serpiente junto a la sencillez de la paloma, estar dispuesto a ser entregados a las autoridades y a los golpes en la Sinagoga, la traición de quienes creemos cercanos y el odio de todo el mundo”. Junto a todo ello…“la certeza de no preocuparnos de lo que vamos a decir , ni el cómo decirlo…porque el Espíritu de su Padre hablará en ustedes” En el fondo… parecernos a Jesús …y revestirnos de Él.
Quisiera compartir con ustedes el sueño del Papa Francisco y el mío… que cada uno de nosotros, que nuestras Comunidades … y que la Iglesia entera se mueva, sintiendo que somos enviados a las gentes, a las periferias existenciales y a sus sueños de trascendencia, en medio de sus pequeñas y grandes miserias. Ni mejores ni peores … Enviados a las gentes … en el lugar donde estamos.
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