Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
03 Dic 16
Mateo 11, 28 al 30
«Venid a mí todos los que estén cansados»
En aquel tiempo Jesús dijo: «Vengan a mí todos los que están fatigados y agobiados, y yo les daré alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga ligera».
En estos tiempos es común oír entre nuestros amigos, familiares, compañeros de trabajo, quejas continuas de sus enfermedades producto del estrés laboral o familiar; también se hace frecuentes entre nuestros conocidos, estados depresivos como consecuencia de una desadaptación a un mundo que promueve el exitismo, basado en conseguir un estatus que la sociedad te obliga a adquirir para ser “aceptado” por esta misma.
Cierto es la que la contingencia nos abruma, los noticieros son verdaderas apologías a la criminalidad, delincuencia y fatalidad, y de alguna manera esto afecta nuestro ánimo, haciéndonos perder la fe en nuestra sociedad, en nuestras autoridades, y lo que es peor, en la humanidad de la que cada uno somos parte.
Jesús nos regala en su palabra una receta simple “Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy paciente de corazón y humilde, y sus almas encontraran alivio. Pues mi yugo es bueno y mi carga liviana”. Los judíos de la época llamaban “carga” a la enseñanza divina y “yugo” a lo aprendido, a lo que quedaba en la memoria de sus discípulos; por lo tanto, si se afianza la vida en el mensaje divino que se basa fundamentalmente en el “amor, verdad y justicia” podremos reconocer el yugo y con él hacerle frente a la adversidad.
Generalmente no reconocemos la “carga” y nos abruma el miedo, que es el mejor aliado de nuestros pesares, nos hacemos tan limitados y ajustamos nuestras vidas estrictamente a lo mundano, no entendemos que tenemos un tiempo muy corto en esta vida y vivimos cuidando nuestros haberes, compitiendo por mantener un trabajo, tratando de adquirir bienes materiales que nos gratificaran y luego heredaremos a nuestros hijos, menospreciando sus capacidades, responsabilidades y los derechos que tienen todos los seres humanos a forjar sus propias vidas, de acuerdo a los talentos que Dios les otorgó.
En ocasiones los miedos son tan grandes que queremos controlar la vida de quienes amamos, creando a nuestro alrededor seres dependientes e inhabilitándolos a desarrollar sus propias identidades, lo que no es más que una gran expresión de nuestro egocentrismo y consecuente egoísmo.
No somos jueces de la vida de nadie y debemos permitir que quien se equivoque aprenda de sus errores. Sólo así abriremos nuestro corazón a la alegría del amor, a liberarnos de la angustia de lo que el mundo muestra todos los días, a no contaminarnos con los deseos de odio y venganza, a no perseguir la falsa seguridad que te dan los bienes materiales. Cito aquí a Steve Job, multimillonario del rubro de la computación, quien muere de cáncer a los 56 años, en su discurso en la Universidad de Stanford, “Recordar que la muerte es la mejor forma que conozco, para evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder”.
El mundo y nuestro entorno, tantas veces se hace doloroso, insufrible, difícil, pero tenemos la voz de la “Palabra”, esa “carga” maravillosa que nos hace jugárnosla por lo bueno de la vida, en espera de lo que nos iguala a todos en su momento, ¡la muerte!
Deseo compartir mi testimonio de vida. Desde hae 13 años, vivo en un lugar,parcela con una maravillosa naturaleza, que ha hecho meditar y acercarme mas a DIOS, en una rica conversación diaria. lo que me ha enseñado a vivir como pienso, muy distinto al resto, con humildad, con la verdad por delante, con amor, al amigo y al enemigo, cuando veo que flaqueo, le pido a DIOS que me haga crecer en el amor.
Este año ha llegado una enfermedad (cáncer) a mi esposo y la hemos bautizado como amigable(YUGO_CARGA) y la hemos aceptado y lo que DIOS tenga preparado para nosotros, nos ha regalado 50 años de amor de pareja, hijos, nietos y nietas que mas se puede pedir, siempre estaremos al debe
Gracias, gracias, gracias, el Señor nos manda respuesta y consuelos a quienes lo necesitan. Hoy con tu comentario, he recibido el consejo de Nuestro Señor. Un paso para no angustiarme mas, para no tener miedos, para disfrutar la vida por lo que es: un regalo de Dios
Agradezco sus comentarios, María Isabel y Elizabeth, me retroalimentan positivamente, y lo que es más importante nos reconocemos como seguidoras del mensaje divino a través de la palabra de Jesús.
Vero, gracias a Dios que hay personas como tú que se atreven a compartir su reflexión de fe y ponerla en estos medios.
Cuando contextualizas «yugo suave» y «carga ligera» me hiciste pensar en que tod@s vivimos de creencias. Hay creencias que esclavizan y otras que liberan. «Estudiar para ser alguien en la vida» es una de esas creencias agobiantes, que se convierten en una carga para los que nos les gusta o no tienen posibilidades económicas en distintos lugares del mundo.
La idea de lograr la profesión que mas plata otorgue hace que el estudiante jamás se imagine que es un deudor social, que su preparación académica, éticamente hablando, es para servir al desarrollo social, no de unos cuantos, sino de todos en general. Y si el profesional en su fase inicial sabe que se debe al servicio de la vida en general, pierde ese saber por presión social. En fin, todo esto para sumarme a lo que ya has comentado sobre el tema.
Querida Carolina, tienes mucha razón, el estudiar una carrera universitaria no determina «ser alguien en la vida». Pero también pienso que muchos padres se esfuerzan en entregar a través de esta, un modo de sobrevivencia y de autovalencia, a sus hijos, para cuando ellos ya no estén; de tal modo que se empeñan en darles formación universitaria; a veces con mucho esfuerzo. Sin embargo, estimo que estas deben ser elegidas por vocación y nunca como medio de enriquecimiento, por qué de este modo, se transforman en verdaderas y sufridas «cargas».
Me parece que otro tema es el «conocimiento» «carga liviana», que sí debemos buscar, porque nos proporciona la sabiduría para poder discernir mejor, el cause de nuestras vidas. Este lo encontramos generalmente a través de la contemplación y es por esta razón que encontramos en ocasiones «sabios» que jamás han pisado una universidad. Aprovecho de darte las gracias por tu comentario, sin lugar a dudas aprendí de tus palabras.