Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
20 Jul 14
Mateo 12, 1-8
“El Hijo del Hombre es señor del Sábado”
Un sábado de aquéllos, Jesús atravesaba un sembrado; los discípulos, que tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas. Los fariseos, al verlo, le dijeron: «Mira, tus discípulos están haciendo una cosa que no está permitida en sábado». Les replicó: «¿No habéis leído lo que hizo David cuando él y sus hombres sintieron hambre. Entró en la casa de Dios y comieron de los panes presentados, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes. ¿Y no habéis leído en la ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa? Pues os digo que aquí hay uno que es más que el templo. Si comprendierais lo que significa «quiero misericordia y no sacrificio», no condenaríais a los que no tienen culpa. Porque el Hijo del hombre es señor del sábado».
Misericordia quiero y no sacrificios es lo que nos dice el Señor en innumerables oportunidades en sus enseñanzas en el evangelio, creo que en la lectura que nos ocupa, esto queda más que claro. Es primordial preocuparnos por nuestros semejantes en lugar de vivir apegados a la letra de las leyes. El hombre está siempre primero que la ley y estas deben siempre estar buscando el bienestar del ser humano y nunca para aplastarlo.
Estoy seguro que el Señor prefiere que nos conmovamos y actuemos en ayuda de nuestros hermanos antes de estar abocados a la oración y la meditación. Es más importante ayudar a las personas que encerrarse a rezar a Dios por ellas. Gran importancia tiene el acercarse y conversar con el prójimo, darle una palabra de alivio, entregarles algo de nuestro tiempo y demostrarles que su persona tiene valor para nosotros. Esto vale mucho más que darle un pedazo de pan o rezar por ellos un rosario. La oración no puede ni debe llevarnos a la exclusión, y a encerrarse en nosotros mismos. Todo lo contrario, si queremos ayudar a alguien debemos ponernos a trabajar por el, sin importar el tiempo ni lugar. La mejor hora es aquella que se emplea para ayudar. Reitero, una vez más, el Señor no quiere sacrificios. Lo que quiere es misericordia. Siempre lo primero y fundamental en la vida es el AMOR, sin aquel, la vida realmente no vale la pena vivirse.
Pienso que hemos recibido un gran premio con la nominación de Francisco como papa. Ya que está demostrando con su sencillez y sabiduría cual es la iglesia que Cristo nos dejó. Quisiera referirme al Evangelii Gaudium que, por ejemplo nos dice que ”La iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del padre(47)donde el bautismo es la puerta y la eucaristía, si bien constituye la plenitud de la vida sacramental, no es un premio para los perfectos sino un generoso remedio para los débiles.(50). Con estas y otras muchas enseñanzas veo que la iglesia, poco a poco se irá fortaleciendo y llegaremos a ser esa iglesia que siempre soñamos y parodiando a San Alberto Hurtado digamos “Contento Señor, contento!”
Es que cuando hacemos algo por otra persona, estamos siendo «instrumento del poder de la bondad», por lo tanto estamos ejerciendo una acción de la voluntad de Dios.
Estamos poniendo en práctica el «Amor» propiamente tal.
Orar es siempre bueno, y el poder de la oración es infinito; pero también es oración viva y tangible, «honrar al Padre», en el servir a los demás.
Hoy,especialmente, agradezco a Percy Wallis su aporte humano, cristiano y muy vivido, de la lectura de Mateo12 1-8
De veras gracias por insistir en la diferencia de fondo que hay entre sacrificio y misericordia. En la maravilla de la Eucaristía «…si bien constituye la plenitud de la
vida sacramental, no es un premio para los perfectos, sino un generoso remedio para los débiles»
Realmente, leo todo lo que recibo de ustedes.
Y ….me olvido de agradecer y decirles lo bueno que me parece el enorme trabajo que hacen.
Afectuosamente
Esther Aldabalde
Montevideo
Uruguay