Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
15 Jul 17
Mateo 12, 1-8
El hijo del hombre es el señor del Sábado
Por aquel tiempo Jesús pasó por entre los sembrados en el día de reposo; Sus discípulos tuvieron hambre, y empezaron a arrancar espigas y a comer. Cuando los Fariseos lo vieron, dijeron: “Mira, Tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el día de reposo.”
Pero Él les contestó: “¿No han leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre, cómo entró en la casa de Dios y comieron los panes consagrados, que no les era lícito comer, ni a él ni a los que estaban con él, sino sólo a los sacerdotes? ¿O no han leído en la Ley, que en los días de reposo los sacerdotes en el templo profanan el día de reposo y están sin culpa? Pues les digo que algo mayor que el templo está aquí. Pero si ustedes hubieran sabido lo que esto significa: ‘Misericordia (compasión) quiero y no sacrificio,’ no hubieran condenado a los inocentes. Porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo.”
Para los judíos, el sábado era el día más importante. El descanso semanal lo encontramos ya en el decálogo entregado a Moisés en el Sinaí (Ex 20,8-11). Este descanso suponía no idolatrar el trabajo (algo muy actual) y, por otro, no abusar de los demás, sometiéndoles a trabajos sin descanso (también muy actual). La prohibición era realizar, o hacer realizar, cualquier tarea para obtener rédito económico. Poco a poco el mandato fue degenerando y se convirtió en una prohibición de hacer cualquier trabajo en ese día, ni siquiera se podía arrancar espigas de trigo para comer. Los fariseos querían encontrarle faltas a Jesús y el quebrantar la ley del sábado era una buena ocasión para acusarlo. A sus palabras, Jesús responde recordándoles que la misericordia es más importante que los sacrificios.
Jesús es un hombre libre y para Él, el respeto a las tradiciones pasa primero por el respeto a las personas. Jesús muestra comprensión y compasión por sus discípulos, que están hambrientos el sábado. Una respuesta compasiva a las necesidades humanas es ciertamente más importante que la observancia esclavizada del sábado.
Los fariseos no eran capaces de entender la enseñanza de Jesús. La falta de compasión de los fariseos me recuerda las palabras del Papa Francisco: “si tu corazón está hecho de piedra, entonces las piedras terminarán en tus manos y entonces estaremos listos para lanzarlas a alguien”.
Y así actuamos muchas veces. Con mucha facilidad juzgamos sin compasión a aquellos que creemos están en falta. Y ahora no se trata de la observancia del sábado, pero como modernos fariseos estamos listos a condenar a los que comulgan sin estar casados por la iglesia, a los que no van a misa el domingo, a los divorciados que se vuelven a casar, a los que acogen a los homosexuales o a los que son amigos de prostitutas…
La invitación hoy es a observar la vida con los ojos de Jesús y prestar atención a cualquier fundamentalismo que primero busca condenar o criticar. La gran preocupación de Dios es el amor: todas las leyes deben servir a la ley del amor. Nunca en nombre de Dios, pueden aplicarse normas que vayan contra las necesidades básicas de las personas…
Corina, qué claro y explícito tu comentario.
En estos momentos en que tantos nos convertimos en jueces intransigentes y altamente condenatorios, convirtiéndonos en fariceos de nuestra época; la pregunta ¿qué es lo que haría Cristo en nuestro lugar? creo, lleva implícita la respuesta.
Corina,
preciosa tu reflexión. Parar y pensar con compasión y comprehensiión.
Besos
Anna