Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
23 Jul 12
Mateo 13, 18-23
“El que escucha la palabra y la entiende. Ese dará fruto”
Así pues, escuchen ustedes lo que significa la parábola del sembrador. Hay quien oye el mensaje del reino, pero no lo entiende; viene el maligno y le arrebata lo sembrado en su corazón. Este es como la semilla que cayó al borde del camino. La semilla que cayó en terreno pedregoso es como el que oye el mensaje y lo recibe en seguida con alegría, pero no tiene raíz en sí mismo, es inconstante y, al llegar el sufrimiento o la persecución a causa del mensaje, en seguida sucumbe. La semilla que cayó entre maleza es como el que oye el mensaje, pero la preocupación del mundo y la seducción del dinero ahogan el mensaje y queda sin fruto. Finalmente, la semilla que cayó en tierra buena es como el que oye el mensaje y lo entiende; éste da y produce fruto, sea cien, sesenta o treinta.
Al leer este texto en mi discernimiento sé que de «Dios es la iniciativa» de abrirse a los hombres y que El respeta la libertad de cada uno/a, es decir si somos corazón abierto para escuchar y actuar según su Palabra. Esta iniciativa puede ser del mundo exterior en el cual nos desenvolvemos o mociones del Espíritu que se traducen en mi mundo interior, a través del silencio, de la escucha, del estar en contacto con uno mismo.
También siento con claridad que Dios habla en y desde nosotros, desde mi ser, y que si respondo o no a su llamado Él sabe interpretar mi realidad sin juzgarme…
El pide a cada uno/a algo diferente, y sabe hasta donde y que pedir, como a Zaqueo a quien el pide el 50% o como al joven rico a quien le dice: deja todo y sígueme.
Creo que lo importante es despertar conciencias que se traduzcan mas tarde o mas temprano en manifestar lo que vamos descubriendo en un proceso de crecimiento en la fe desde dentro hacia afuera, desde lo internalizado hacia lo que mi vida traduce en mi actuar diario y allí es donde puedo aplicar la parábola del sembrador, si la semilla germina y da frutos y en abundancia.
Este trozo del Evangelio de Mateo es muy revelador y aunque muy conocido, cada vez que lo medito, algo nuevo o diferente resuena en mi interior, y hoy me planteo ¿en que surco dejo caer la semilla?
Mirando mi vida desde el corazón, desde el sentimiento y el cómo vivo cada día y si va germinando, dando pequeños pasos en aquello que me propuse o en lo que me cuesta tanto cambiar, para seguir creciendo en plenitud y amor y buen relacionamiento con los que me rodean, en transformar estructuras que oprimen o en desencadenar proyectos que se identifiquen con la propuesta de las bienaventuranzas.
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