Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
27 Jul 09
Mateo 13, 36-40
«Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo»
En aquel tiempo, Jesús dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle: «Acláranos la parábola de la cizaña en el campo.» Él les contestó: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles. Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los corruptores y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga.»
Cuando yo estaba en el colegio era tal el terror de la mirada “paralizadora” de una monjita cuando nos llamaba a su presencia, que sólo nos daba ganas de salir arrancando. Muchas veces me hizo pensar qué cara me pondría el Señor en nuestro encuentro. Así se nos educaba – en el “temor de Dios”-. Hoy, me alegro infinitamente de que sea mucho más fuerte el tema de Su Misericordia.
Para los que no estamos bien familiarizados con el campo, quizás nos ayude a entender esta parábola recordar que la cizaña es una planta venenosa que no se diferencia casi en nada con el trigo hasta que ha madurado, por eso es tan difícil distinguirla en la primera etapa de su crecimiento. La harina de su semilla produce vértigos y convulsiones, llegando a ocasionar la muerte.
Hoy nos parece increíble que los discípulos no entendieran el significado de la parábola.. Para nosotros la clave está en la frase “permite que los dos crezcan juntos hasta la cosecha”. Los que hemos tenido el privilegio de conocer a Jesús tenemos un marco para la comprensión y la lucha contra la maldad y el sufrimiento en este mundo.
¿Alguna vez has pensado por qué existe maldad en el mundo si Dios es bueno y creó todo lo que está dentro de él? Dios pone en el corazón de todos sus hijos “la buena semilla”. Luego empezamos a librar una serie de batallas en nuestro mundo interior. Primero, en la vida de niño, las batallas parecen más un juego que una realidad; con la adolescencia y la juventud, estas batallas son tentaciones serias y verdaderas, pero las derrotas tienen una «larga vida» para convertirse en victorias. Sin embargo, a medida que vamos avanzando en edad la lucha puede ser más dura – “el campo es el mundo”-: la codicia, el egoísmo, la envidia, la soberbia, la ira, la venganza y otras, son la “cizaña”. Entonces, la situación puede ser más dramática. Porque si nos vamos dejando llevar por estas tentaciones, ya no nos queda “toda la vida por delante” y podríamos ser ahogados por esa cizaña al tiempo de la “cosecha”, o el fin del tiempo.
Ya sabemos que la justicia es cosa rara en este mundo; las injusticias se han hecho tan comunes en todas partes, que es fácil olvidarnos que hay un Justo que a pesar de los tiempos no ha cambiado. Sin duda habrá muchas sorpresas en ese “gran día”. Cristo no mira como los humanos; porque éstos ven lo que sólo está delante de sus ojos, Él ve el corazón.
Al releer este texto me di cuenta que Jesús dice dos cosas que podrían ofender a algunos: Él divide a toda la humanidad en dos campos espirituales; y enfatiza que Dios un día rechazará a aquellos que rechazan su perdón y su misericordia. Este tipo de lenguaje suena excluyente e intolerante para nuestra cultura. Aunque el espacio no permite una reflexión más profunda, quiero destacar brevemente dos puntos: Primero, este punto es determinante en el cristiano. Aceptas a Jesús y aceptas esto, o rechazas esto y rechazas a Jesús. Pero no trates de redefinir a Jesús para que encaje con tus puntos de vista. Sólo porque esto ofende la imagen de nuestra cultura, no lo hace menos verídico. Y segundo, esta Era se caracterizará por el crecimiento tanto de la obra de Dios como de la obra de Mal entre la humanidad. Ella culminará con el cumplimiento del plan de Dios expuesto en la parábola comentada.
Isabel Margarita Garcés de Wallis
Es muy motivadora esta reflexión con el inicio de una vivencia de Isabel M. que lamentablemente, aún persiste en una formación que se basa en el miedo al castigo. Felicitaciones. Sin embargo, sobre ello, me interesa comapartir opiniones sobre la siguiente frase del texto escogido: «el Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los corruptores y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes».
¿Una cruda descripción del infierno? Dejo planteado el tema.
Querida amiga:
Me gustó mucho tu texto y el que hayas hecho hincapie en la Misericordia de Jesús.
Un abrazo
Inés
El campo es uno solo, el sol, la lluvia y la tierra alimentan a las semillas por igual. Las semillas parecen identicas, las plantas que de ellas salen se parecen entre si, mas cuando crecen y dan fruto ahi es donde se ve claramente la diferencia entre ellas. Las plantas somos nosotros, crecemos en este mundo y somos semejantes, pero no hay forma de saber quien es bueno o quien es malo hasta que damos el fruto de nuestro corazon. Los que reciben a Jesucristo en su corazon seran salvos y los que lo rechazan seran echados al horno como la cizana. Romanos 10:9 dice: Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Y Juan 3:36 dice: El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. Y al final veamos lo que dice Mateo 16:27 “Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras”.
Gracias por compartir su hermosa reflexion.
Jose, Nueva York (USA)
Sugiero a los lectores que, cuando escriban comentarios, agreguen la ciudad y país de residencia, de modo de ir comprobando que la lectura de estas reflexiones nos acercan y unen superando las distancias y fronteras.
Santiago, Chile.
Gracias por la reflexión evangélica me ayudó bastante.
RAMÓN