Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
04 Ago 18
Mateo 14, 1-12
Herodes mandó decapitar a Juan y sus discípulos fueron a contárselo a Jesús
En aquel tiempo se enteró el tetrarca Herodes de la fama de Jesús, y dijo a sus criados: «Ese es Juan el Bautista; él ha resucitado de entre los muertos, y por eso actúan en él fuerzas milagrosas.» Es que Herodes había prendido a Juan, le había encadenado y puesto en la cárcel, por causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe. Porque Juan le decía: «No te es lícito tenerla.» Y aunque quería matarle, temió a la gente, porque le tenían por profeta. Mas, llegado el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó en medio de todos gustando tanto a Herodes, que éste le prometió bajo juramento darle lo que pidiese. Ella, instigada por su madre, «dame aquí, dijo, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista.» Entristecióse el rey, pero, a causa del juramento y de los comensales, ordenó que se le diese, y envió a decapitar a Juan en la cárcel. Su cabeza fue traída en una bandeja y entregada a la muchacha, la cual se la llevó a su madre. Llegando después sus discípulos, recogieron el cadáver y lo sepultaron; y fueron a informar a Jesús.
Nuestro texto narra “un momento estelar” en la vida de Juan el Bautista. Su martirio en el cumpleaños de Herodes, importante gobernador de Judea en los tiempos de César Augusto. Para Roma, era un eficiente funcionario. Para los judíos, poderoso, despiadado (matanza de inocentes) y cruel, frente a cualquier asomo de disidencia (represión de los zelotes). Gobernó 37 años como Rey de los Judíos. El relato cuenta la dramática muerte de Juan Bautista, en el contexto de una celebración, donde el capricho del festejado termina con la muerte del Bautista, a quien secretamente admiraba. No resulta difícil asemejar el hecho con un confuso incidente “con resultado de muerte “de una crónica roja actual.
¿Quién era el Bautista? Los tres evangelistas nos ayudan a conocerle, de él dice Lucas…” el año 15 del reinado de Tiberio César, siendo Gobernador de Judea Poncio Pilatos, llegó la Palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto, predicando un Bautismo de arrepentimiento para el perdón de los pecados. Bautizaba con agua (señal de iniciación y compromiso) y anunciaba la inminente venida de uno “más poderoso que yo, que les bautizará con el Espíritu Santo y fuego”. (ver 1 y 3)
Mateo por su parte, destaca su conexión con Jesús, a quien bautiza en el Jordán. Su figura y discurso generan toda una conmoción en Jerusalén, particularmente en sus líderes religiosos. Reúne en torno a si un grupo de discípulos. Al momento de bautizar a Jesús, dice que…. al salir del agua, se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma y una voz decía… este es mi Hijo muy amado, en quien plenamente me complazco” “Con Juan se acaban los tiempos de la Ley y los Profetas, él anuncia lo que debía venir. (ver 3 y 11)
Juan, con más distancia de los hechos, relata…” hubo un hombre enviado por Dios, se llamaba Juan…vino para dar testimonio de la Luz…sin embargo, él no era la Luz…y no era el Cristo. Quién eres, qué nos dices de ti mismo, le preguntaban: Yo soy la Voz de uno que clama en el desierto: enderecen el camino del Señor” Vale la pena leer entero, es el capítulo 1 de Juan.
La vida de Juan Bautista tiene particular importancia para el mundo de la Fe y de las creencias partiendo por su “ubicación” en la historia de la Salvación de la humanidad. Representa una suerte de “bisagra”, entre Israel, con todo lo que ello implica: un pueblo escogido por Dios, una visión del hombre y del mundo y el anuncio de una nueva etapa que se inicia …con la pequeñez de una semilla echada en el campo y un niño que nace en un pesebre…… Esto no es menor ni una declaración lírica. Las Iglesias Anglicana y Luterana también lo veneran, algo no habitual, lo declaran como “el primer cristiano” Más allá de todo lo que eso implica, destaco…y me gusta, esta “otra ubicación” …“yo no soy la Luz, ni soy el Cristo, soy solo una Voz que clama” Que importante es esto hoy para la Iglesia, particularmente de Chile,(tan “elitista”, para Roma) …no somos la Luz… ni somos el Cristo…solamente una voz que clama…”.porque solo Jesucristo es Salvación y Vida para el mundo”. Tomar nota del Bautista, además “nos viene como anillo al dedo” por su coherencia, su austeridad …y su focalización en la Misión.
El Salvador le dio la más alta alabanza al decir que él era «el más grande entre los nacidos de mujeres».
Con este elogio, de todos los seres humanos, Juan Bautista es enfatizado como el más elevado de la raza humana.
Cuando tenía treinta años, en el desierto, comenzó su extraña e inusual predicación. Es el primer y más grande monje, y también mártir.
El Santo Profeta predicó con estas palabras: «Arrepentíos, porque el reino de los cielos está cerca».
Anunció el Reino de los Cielos que trae la Verdad Eterna, la Justicia Eterna, el Amor Eterno, la Vida Eterna, el Paraíso. Todo lo que es Divino, todo lo que está sin pecado, sin pasión, sin maldad, y sin el diablo.
El arrepentimiento es la cura para cada pecado del género humano, es resurrección para cada pecado.
Las obras de vida son las que se hacen según los mandamientos con la alegría del espíritu para la gloria de Dios.
Juan Bautista es el Precursor en una Nueva Vida, en nuestra inmortalidad, en todo lo que es evangélico. Señaló al Señor Jesús como el Salvador del mundo.
Junto con la Santísima Virgen (la primera cristiana), San Juan el Bautista, y todos los Santos rezan continuamente por nuestra salvación y la de todos los seres humanos.
El Salvador le dio la más alta alabanza al decir que él era «el más grande entre los nacidos de mujeres».
Con este elogio, de todos los seres humanos, Juan Bautista es enfatizado como el más elevado de la raza humana.
Cuando tenía treinta años, en el desierto, comenzó su extraña e inusual predicación. Es el primer y más grande monje, y también mártir.
El Santo Profeta predicó con estas palabras: «Arrepentíos, porque el reino de los cielos está cerca».
Anunció el Reino de los Cielos que trae la Verdad Eterna, la Justicia Eterna, el Amor Eterno, la Vida Eterna, el Paraíso. Todo lo que es Divino, todo lo que está sin pecado, sin pasión, sin maldad, y sin el diablo.
El arrepentimiento es la cura para cada pecado del género humano, es resurrección para cada pecado.
Las obras de vida son las que se hacen según los mandamientos con la alegría del espíritu para la gloria de Dios.
Juan Bautista es el Precursor en una Nueva Vida, en nuestra inmortalidad, en todo lo que es evangélico. Señaló al Señor Jesús como el Salvador del mundo.
Junto con la Santísima Virgen (la primera cristiana), San Juan el Bautista, y todos los Santos rezan continuamente por nuestra salvación y la de todos los seres humanos.