Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
07 May 16
Mateo, 18, 1-5
“Si no cambian y no se hacen como los niños …”
En aquel momento los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: «¿Quién es el más grande en el Reino de los Cielos? Jesús llamó a un niñito, lo colocó en medio de los discípulos, y declaró: «En verdad les digo: si no cambian y no llegan a ser como niños, nunca entrarán en el Reino de los Cielos. El que se haga pequeño como este niño, ése será el más grande en el Reino de los Cielos. Y el que recibe en mi nombre a un niño como éste, a mí me recibe.
La inocencia y el corazón limpio de los niños hace que Jesús los ponga de ejemplo de vida y nos convoca a ser como niños y a recibir y cuidar a los niños… Sin embargo:
Tantos niños, tantos chavalos, escuincles o llockallas se cruzan todos los días por nuestro camino y ni los miramos o hasta los reñimos y apartamos cuando gritan o hacen bulla o juegan alegres en la calle. Cuántos niños en sus casas son golpeados y maltratados por sus propios padres, por un padre borrachín o una madre desesperada. Cuantos están hambrientos, flacos o durmiendo en las calles, o agarrados a sus mamás que piden una monedita para sobrevivir; y sí, normalmente los esquivamos y hasta nos enojamos porque ocupan nuestras aceras. Cuántos desde chigüines, chiquitines, ya están en la calle abandonados, oliendo pega o clefa e incluso por necesidad robando en las calles… Cuántas niñas entre ellos, de chiquillas ya tienen sus wawas creciendo en este triste ambiente, durmiendo bajo el puente o en los prados. Cuántos caen en las noticias porque alguien los abusó, a veces un extraño, otras su propio padre o su tío o pariente, o un capitán de la policía y peor todavía un cura de nuestra Iglesia. Cuantos curas que son los que nos deben acercar a Jesús se aprovechan de su proximidad a los niños para deshonrarlos secretamente. De cuántos y en cada país hemos conocido historias bárbaras, Karadima en Chile, Maciel, el fundador de los Legionarios de Cristo en México, y uno y otro aparecen en las noticias en todas partes… y cuántos que se los pescaba en estas andanzas simplemente se los trasladaba de parroquia o de ciudad donde volvían a comenzar sus fechorías.
Con la Biblia bajo un brazo y con el periódico bajo el otro. Abro un periódico de abril y me encuentro con estos titulares: “Solicitan baja de policía acusado de violar a niña” o “Aprenden a padre acusado de violación y de ser falso policía”; u otro día: “Obligan a cinco niños a mendigar en Quillacollo”, etc., etc.
Pero ya comienza a destaparse este jolgorio y hay denuncias y hay castigos y estamos más conscientes de condenar estas acciones que antes se ocultaban, el Papa ya se ha pronunciado que no se tolerará más esta situación pero nos falta mucho para acabar con este mal.
Pues de estos niños estamos hablando cuando Jesús nos dice que debemos hacernos como ellos y que el que recibe a estos niños a Él lo recibe. Y más adelante en este mismo pasaje nos dice que al que ose tocar a uno de ellos habría que amarrarle una piedra de molino al cuello y tirarlo al mar!
A la par sí, felizmente, encontramos hermosos proyectos de apoyo a los niños: Aldeas SOS, que con gran éxito recibe niños abandonados o huérfanos en ambientes de hogar, o un nuevo proyecto en Cochabamba que se presenta a los empresarios para impulsar proyectos de Responsabilidad Social Empresarial (PRE) en beneficio de los niños, u otros tantos importantes o apenas conocidos que buscan apoyar a la niñez.
¿De qué lado estaremos nosotros? ¿de los que apartan a los niños, de los que abusan de ellos, o de los que protestan cuando se cruzan con alguno todo sucio y harapiento pidiendo limosna? o ¿de los que quisiéramos hacer algo por ellos? Pues busquemos a esas organizaciones que trabajan en nuestra sociedad y veamos cómo apoyarlas. Veamos cómo dar cariño a los niños y cómo sacarlos de su triste condición. Ayudemos a que se levanten, que éstos son el futuro de la patria, muchos inocentes a los que debemos imitar, pero que han caído en las redes del abandono, hagámoslo para poder seguir diciendo que “el que se haga como un niño, será el más grande en el Reino de los Cielos.”
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