Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
19 Ago 08
Mateo 19, 23-30
Más fácil le es pasar a un camello por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el Reino de Dios
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: ‘Yo les aseguro que un rico difícilmente entrará en el Reino de los Cielos. Les repito, es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja que el que un rico entre en el Reino de los Cielos’. Al oír esto, los discípulos, llenos de asombro, decían: ‘Entonces, ¿quién se podrá salvar?’ Jesús, mirándolos fijamente, dijo: ‘Para los hombres eso es imposible, mas para Dios todo es posible”.
Entonces Pedro, tomando la palabra, le dijo: ‘Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido: ‘¿qué recibiremos, pues?’ Jesús les dijo: ‘Yo les aseguro que ustedes que me han seguido, en la regeneración, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, se sentarán también ustedes en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. Y todo aquel que haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o hacienda por mi nombre, recibirá el ciento por uno y heredará vida eterna.
¿Este trozo de Mateo nos habla de los ricos o de Dios? De ambos, sí, es cierto, pero hay un eje, un punto determinante: Dios. Hasta la mejor de las personas no es nada si no fuera por la Gracia de Dios. Hasta el más cruel de los hombres se puede salvar porque Dios verá en su más íntimo un átomo de bondad y amor. Puede ser que no nos guste, pero recordemos siempre que la justicia de Dios no es la nuestra y va siempre asida de las manos con Su misericordia.
Por mucho tiempo, nos preocupábamos con los ricos, perdíamos horas interpretando la metáfora para abrir espacio a algunos acomodados que nos parecían buenas personas. Jesús, como muchos de su tiempo y cultura, hablaban por metáforas, símbolos, parábolas, muchas hiperbólicas para llamar la atención para el mensaje principal: para Dios nada es imposible.
Lo más difícil, sin embargo, para mí por lo menos, es dejarlo todo, mucho más que la plata y los bienes, dejar proyectos, sueños, amores, placeres si esos no compaginan con el seguimiento de Jesús. Para quien le acompaña en la era mesiánica (regeneración) que él inaugura, imagen de realeza, tronos que nos sorprenden cuando comparamos con el despojarse de que nos hablaba antes. En el Reino de los Cielos todos los que se mueven por la (com)pasión son reyes y reinas…
De mi corazón, y creo traducir el sentimiento de muchas compañeras de RC Brasil, quiero aquí, en este espacio de reflexión y vivencias, recordar a nuestra amiga/hermana Lilia. Según los criterios humanos era rica, era culta, era políglota, etc. No tenía nada, nada era suyo. Todo su saber y sus bienes estaban a servicio de la causa del Reino de Dios, a servicio de la causa de los pobres, sufrientes, necesitados de algo, aunque fuera su tiempo.
Gracias, amiga, por tu vida y tu vivencia de fe y solidaridad. De donde estás, cerca de quienes te quieren y a quienes tú querías tanto, ayúdanos a seguir los pasos de Jesús, como tú lo hiciste, no sin dolores, rechazos, pero con sacrificio, tornándolo todo lo que hacías sagrado por Él, con Él, por Él.
Que cada día recordemos las palabras y gestos de Jesús, que cada día demos un paso hacia el despojarse de deseos, sueños, planes para abrir totalmente el corazón a los demás y al Sueño del Reino de Dios. Dejemos espacio al Espíritu que nos iluminará y guiará. Amén.
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