Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
22 Ago 14
Mateo 22, 34-40
«Amarás al Señor tu Dios y a tu prójimo como a ti mismo»
Cuando los fariseos supieron que Jesús había hecho callar a los saduceos, se juntaron en torno a él. Uno de ellos, que era maestro de la Ley, trató de ponerlo a prueba con esta pregunta: “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la Ley?”. Jesús le dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el gran mandamiento, el primero. Pero hay otro muy parecido: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Toda la Ley y los Profetas se fundamentan en estos dos mandamientos”.
A l leer o escuchar este texto, nos llega un mensaje tan claro y sencillo que todos podemos comprender sin lugar a dudas, el problema comienza cuando nos detenemos a pensar si lo vivimos o cómo lo vivimos cada día… Porque a más de ser parecidos estos dos mandamientos, Jesús nos da a entender que el primero va de la mano con el segundo y durante su vida pública se pasa enseñándonos con innumerables hechos, milagros y parábolas, lo que significa amar al prójimo.
Si abrimos bien los ojos, la mente y el corazón para actualizar estas palabras, tendríamos que preguntarnos primero que nada, a quién consideramos “mi prójimo” y pensar si somos capaces de hacer por ese prójimo, todo lo que haría por mi bienestar, por mi crecimiento personal, por mi felicidad, etc.1, etc.
Por otra parte, tendríamos que pensar en la realidad actual, en nuestro entorno y en nuestro aporte para que ese amor del que nos habla Jesús, sea evidente para el mejoramiento de este convulsionado planeta en que vivimos.
¿Cuáles son las prioridades de nuestro tiempo?
¿Cuáles son las necesidades más urgentes de “mi prójimo”? ¿Cómo podemos cumplir este decreto tan sencillo de entender?
A cada uno nos toca hacernos la pregunta y “aterrizar” en lo que estamos haciendo o dejando de hacer en relación a esta “Ley” que si se cumpliera como está promulgada, acabaría la violencia, las injusticias que traen desigualdades, muerte y desolación.
Creo que si nos comprometemos a revisarnos cada día, veremos con mayor claridad lo que nuestro Padre quiere de nosotros en nuestro paso por su Reino terrenal que debe ser de paz, de justicia y de amor.
Mantengámonos unidos con fe a Él para que percibiendo su inmenso Amor hacia nosotros, podamos imitar su misericordia y generosidad, amando con obras concretas a nuestro prójimo, empezando por la familia, compañeros, vecinos, conciudadanos, etc., sin olvidarnos del mundo, pues por la globalización y la tecnología, somos “ciudadanos del mundo” hace ya bastante y tendremos que buscar formas de aportar también en la problemática que aunque lejana, nos atañe a todos.
Y por supuesto, unamos nuestras voces para orar porque cada vez seamos más los que conocemos y nos esforzamos por seguir las enseñanzas de Jesús.
Deja una respuesta