Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
06 Jul 19
Mateo 25, 31-46.
«Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria…»
«Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el Rey a los de su derecha: ‘Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y acudisteis a mí.’ Entonces los justos le responderán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, ¿y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, ¿y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y acudimos a ti?’ Y el Rey les dirá: ‘En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis.’ Entonces dirá también a los de su izquierda: ‘Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; era forastero, y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis.’ Entonces dirán también éstos: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?’ Y él entonces les responderá: ‘En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo.’ E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna.»
¡Hermanas, hermanos, Respeto!
Aquí tenemos una página maestra de los Evangelios. Una de las más comentadas, más representadas en escultura, en pintura. Ni una catedral europea de estilo románico o gótico que no tenga su representación del juicio final mirando el poniente donde se pone el sol en su ocaso. Usando el grandioso genero apocalíptico Mateo concluye el último discurso de Jesús a sus discípulos con una representación extremadamente sugestiva del fin del mundo.
¿Discurso de terror, de miedo? ¿Descripción de los infiernos y del paraíso? ¡No! Discurso de amor, de atención cariñosa a los más pequeños, discurso para revelar una vez más el Rostro de un Dios-Amor que quiere dar su dignidad a todos los humanos. Apocalipsis significa Revelación en griego. Amplia Revelación final de un Dios de misericordia, de compasión que salva a su creación perdida hundida en el egoísmo, en la guerra, en las injusticias y la violencia.
De que se trata. Para que entendamos bien Mateo repite cuatro veces la misma cosa en estos versículos, en positivo como en negativo, para que la manera de vivir el amor entre en nuestras mentes, en nuestras vidas. Dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, acoger al forastero, vestir el que no tiene ropa, visitar al enfermo y al detenido en la cárcel. Eso no más; eso tan enorme a realizar en nuestro mundo. Un mundo que tanto produce comida y donde tantos niños mueren de hambre cada año. Un mundo donde las migraciones humanas son masivas, movidas por la búsqueda de sobrevivencia económica y donde la acogida del extranjero es tan mezquina. Un mundo donde el escás creciente de agua nos cuestiona y donde su repartición en piscinas y parques regados es tan desigual. Un mundo donde la represión policial, los muros defensivos se construyen siempre con más altura para contener los delincuentes y encarcelar a los que nos molestan. Un mundo de tanta tecnicidad medical donde la salud es el privilegio de unos. La invitación de Jesús no es solo invitación a una obra de caridad sino una invitación a erradicar la injusticia desde la raíz.
¡Pero hay más! La persona de Dios está presente en la persona del maltratado. Actuar con los pequeños es actuar con Dios mismo. Mateo ilustra a su manera lo que Jesús dice en san Juan 15, 12 «Ámense unos a otros como yo los he amado.» Ámense sirviendo, solidarizándose, atendiendo, acogiendo, visitando, dice Dios porque Yo soy el servido, el atendido, el acogido, el visitado.
La separación entre ovejas y chivos, entre derecha e izquierda podría ser entre arriba y abajo, cerca y lejos u otras demarcaciones simplistas. Es también la separación entre la Luz y las tinieblas: 1Jn 2,10 «El que ama a su hermano permanece en la luz. En cambio, quien odia a su hermano está en las tinieblas.» la Luz es la figura misma de Dios, de su hijo Jesús y de sus discípulos si estos quieren entrar en esta claridad, si quieren mirar de frente la realidad del mundo.
Jesús en su mensaje final no nos propone cosas fuera de nuestro alcance; nada irrealizable, nada difícil. ¿Quién no ha cocinado por los demás? ¿Quién no ha dado de beber a un sediento? ¿Quién no visita a su vecino enfermo? Pero si, Jesús nos propone un camino de fe para encontrarnos con Dios su Padre encarnado en este universo. Aquí está la dimensión grandiosa de este Evangelio: Me encuentro con Dios cuando la fe me da de reconocer en el necesitado el rostro mismo de Dios, igual como el vecino con su fe va a reconocer en mi rostro el rostro del Señor de la vida. Este encuentro nos impulsa a construir su Reino de justicia y de paz.
Excelente y motivante reflexión en franco-chileno. La guardo para releerla