Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
02 Sep 17
Mateo 25:1-13
Vírgenes precavidas y Vírgenes necias.
«Entonces el Reino de los Cielos será semejante a diez vírgenes, que, con su lámpara en la mano, salieron al encuentro del novio. Cinco de ellas eran necias, y cinco prudentes. Las necias, en efecto, al tomar sus lámparas, no se proveyeron de aceite; las prudentes, en cambio, junto con sus lámparas tomaron aceite en las alcuzas. Como el novio tardara, se adormilaron todas y se durmieron. Mas a media noche se oyó un grito: «¡Ya está aquí el novio! ¡Salid a su encuentro!» Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. Y las necias dijeron a las prudentes: «Dadnos de vuestro aceite, que nuestras lámparas se apagan.» Pero las prudentes replicaron: «No, no sea que no alcance para nosotras y para vosotras; es mejor que vayáis donde los vendedores y os lo compréis.» Mientras iban a comprarlo, llegó el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de boda, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras vírgenes diciendo: «¡Señor, señor, ábrenos!» Pero él respondió: «En verdad os digo que no os conozco.» Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora.
Imaginemos una casa en el tiempo de Jesús. Al anochecer, su ocupación importante: tener lámparas encendidas y suficiente aceite para mantener iluminada toda la casa. El tema de la luz, junto al pan y al agua, algo tan familiar, son transformados por el Señor, a través de un significado distinto, trascendente. Recordemos…” Yo soy la Luz del mundo, el que me sigue no caminará en tinieblas, tendrá Luz para su vida.” “Yo soy como Pan para la vida del hombre, el que me come, nunca pasará hambre” “Mujer, el que beba del agua que Yo le daré, no volverá más a tener sed.” Me gusta…” Brille vuestra Luz ante las gentes, para que viendo vuestro buen obrar, glorifiquen a vuestro Padre del Cielo”. Nuestra Misión, como discípulos, es iluminar la vida de las gentes.
La Palabra de hoy, es curiosa. Es una de aquellas que no solo busca alimentar la dimensión espiritual de la persona, también ofrece una luz para su vida humana. En ambos casos, que ciertamente son inseparables, la indicación es clara y directa: en el actuar cotidiano y en tu búsqueda personal como creyente. En el día a día, como en lo trascendente de tus grandes decisiones. A los Discípulos se nos invita a ser precavidos, pensar antes de actuar, a vivir conscientes, prevenidos. En cada actuación, buscar el rigor, la prolijidad, “el amor al trabajo bien hecho”, no el atajo o el camino fácil. Ir por más.
Incluyo aquí palabras (seguramente mejor que las mías) del Papa Juan Pablo II en la Cepal (Chile) en su visita en 1987. “Las causas morales de la prosperidad residen en una constelación de virtudes. Estas son: laboriosidad, competencia, orden, honestidad. Iniciativa, frugalidad, ahorro y espíritu de servicio. Cumplimiento de la palabra empeñada, audacia, en suma, amor al trabajo bien hecho. Ningún sistema o estructura social puede resolver sus contingencias sociales al margen de estas virtudes.”
Me di muchas vueltas para decidir incluir en mi comentario este texto de la Cepal. No es muy conocido sin embargo …elocuente. Además, iluminador para la vida…en todas sus dimensiones. “Porque ningún sistema o estructura social puede resolver sus contingencias sociales al margen de estas virtudes”: viene bien para la clase política y su gestión pública, al mundo de las empresas y los educadores, los artistas y comunicadores. Al interior de las familias y la juventud, llamados hoy al recambio generacional.
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