Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
05 Abr 10
Mateo 28, 8-15
«Comunicad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán»
“Ellas partieron a toda prisa del sepulcro, con miedo y gran gozo, y corrieron a dar la noticia a sus discípulos.
En esto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: ‘¡Dios os guarde!’ Y ellas, acercándose, se asieron de sus pies y le adoraron. Entonces les dijo Jesús: ‘No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán’.
Mientras ellas iban, algunos de la guardia fueron a la ciudad a contar a los sumos sacerdotes todo lo que había pasado. Éstos, reunidos con los ancianos, celebraron consejo y dieron una buena suma de dinero a los soldados, advirtiéndolos: ‘Decid: sus discípulos vinieron de noche y le robaron mientras nosotros dormíamos. Y si la cosa llega a oídos del procurador, nosotros le convenceremos y os evitaremos complicaciones’. Ellos tomaron el dinero y procedieron según las instrucciones recibidas. Y se corrió esa versión entre los judíos, hasta el día de hoy”.
¿A quiénes Jesús aparece por primera vez? A algunas de sus discípulas, en el texto de Mateo a María Magdalena y a la otra María. Son ellas los primeros testigos de la resurrección, la victoria de la vida sobre la muerte. No lo son por una especial decisión de Dios, sino porque su fe y su amor al crucificado han sido más fuerte que el miedo. Han enfrentado prohibiciones para hacer una visita de afecto o de inspección en el sepulcro y un ángel les dice que Jesús había resucitado.
A pesar de que las mujeres no eran consideradas testigos confiables, ellas corren para anunciar la buena noticia con gran alegría. Y esta alegría será más plena porque el mismo Jesús se les aparece y les habla, reforzando que es necesario vencer el miedo con la expresión clásica del Primer Testamento: ‘no temáis’. El miedo, aunque natural, puede paralizar y el Resucitado vence el miedo último y radical, la muerte.
‘Id, anunciad, me verán en Galilea’… ¿Nos preguntamos por qué Galilea. Porque fue donde todo empezó. Vamos a empezar de nuevo una nueva etapa en la historia de la salvación. Anunciar, dar esperanza.
El mensaje de ese texto de Mateo es muy denso: primero ellas escuchan la gran noticia, la comprueban escuchando y viendo a Jesús. En seguida van a comunicar, las buenas noticias deben ser compartidas, siempre, especialmente las que calman y alegran espíritus, mentes y corazones.
Las mujeres son las primeras portadoras del mensaje pascual. Ni por ello enorgullezcámonos. Somos testigos con responsabilidad especial y específica.
Fijémonos por un momento en la actitud del poder, de un poder injusto. Tiene algo en común con la actitud de las mujeres, pero muy superficialmente, el temor. El temor que acosa a los poderosos supera a todo lo demás porque es miedo a la verdad que transforma, miedo superado por la corrupción, miedo que sólo puede ser vencido por la fe, la esperanza, el amor, la misericordia, la alegría. Quien se aferra a su posición tiene miedo y no consigue sentir el aire fresco de las buenas noticias.
¿Cuál es la extensión de nuestro miedo, de nuestro desánimo, de nuestra desesperación, de nuestro egoísmo? Estemos seguros de que con la meditación bíblica, la oración y la comunión con nuestras hermanas y hermanos la buena noticia vencerá, será más fuerte y nos guiará la confianza, la esperanza, la fe, la solidaridad, el perdón, el amor.
Que la resurrección de Jesús, el Cristo, nos anime a ir al mundo y a anunciar que la Vida tiene la última palabra por el Espíritu de Dios. Amén.
Gracias al grupo por su servicio. Sigan adelante. Siempre caen semillas en tierra buena.
Feliz Pascua en el curso de toda su vida.
Como soplo de aire fresco… pero en el alma. Me aclara el corazón. La noticia que recibieron las dos mujeres debe ocupar la primera página en nuestra cara (nuestros ojos y boca) así como nuestras acciones con nuestros hermanos, deben ser el testimonio de lo que Cristo les dijo a ellas.
Un abrazo fraterno desde: Olivares (SEVILLA), España
En este Evangelio se lee: Los sumos sacerdotes reunidos con los ancianos, celebraron consejo y dieron una buena suma de dinero a los soldados, … para que mintieran sobre la resucitación de Jesús …
Ello me hace recordar que las instituciones religiosas, constituídas y dirigidas por los hombres con disciplina jeraquizada, suelen caer muchas en la ambición del poder pleno haciendo ellos las veces de Dios, autocolocándose en pedestales tan altos que los lleva a olvidarse de su condición de hombres, simples seres humanos como todos los hijos de Dios. Elaboran complejas teologias, rituales, rígidas normas y diferentes escalas de pecados, que jamás han sido impuestas por Dios. Es más, que se alejan del mensaje de amor de Dios, replocamado por su hijo Jesús.
En este caso, se trata de sumos sacerdotes y ancianos que seguían a un mismo Dios. Esta actitud se repite a lo largo de la historia y nosotros los católicos, no podemos lanzar la primera piedra. Nuestra historia no está libre de pecado.
Por otra parte ¡qué ejemplo y maravillosa actitud vemos en Jesús que condena a los sacerdotes hipócritas y mercaderes en el templo por un lado, y por otro, se aparece -una vez resucitado- a dos mujeres, sencillas, no religiosas, pero que han tenido fe en él.
Hola Davina, estuve buscandote para saludarte y al fin llegue a este puerto. ¡Que bueno que sigas en pie con todo esto!, pienso que mis palabras y sentimientos también son los de Cecilia que tanto te quería, admiraba y se divertía contigo, así que recibe también sus besos y abrazos.
Me encantan tus meditaciones, las siento muy sinceras, como que brotan de tu propia experiencia de vida.
Sólo quería alegrarme por ti y contigo y saludarte con mucho cariño.
Estas lecturas y comentarios del Miamsi me acompañan siempre y me llenan el alma. GRACIAS A TODOS !!!, besos, Mariana