Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
02 Ene 15
Mateo 4, 12-17.23-25
«Está cerca el Reino de Dios”
En aquel tiempo, cuando Jesús oyó que Juan estaba preso, se retiró a Galilea. Y dejando la ciudad de Nazaret, fue a morar en Cafarnaúm, ciudad marítima, en los confines de Zabulón y de Neftalí. Para que se cumpliese lo que dijo Isaías el profeta: «Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino de la mar, de la otra parte del Jordán, Galilea de los gentiles. Pueblo que estaba sentado en tinieblas, vio una gran luz, y a los que moraban en tierra de sombra de muerte les nació una luz».
Desde entonces comenzó Jesús a predicar y a decir: «Haced penitencia, porque el Reino de los cielos está cerca». Y andaba Jesús rodeando toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos y predicando el Evangelio del Reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia del pueblo. Y corrió su fama por toda Siria, y le trajeron todos los que tenían algún mal, poseídos de varios achaques y dolores, y los endemoniados, y los lunáticos y los paralíticos, y los sanó. Y le fueron siguiendo muchas gentes de Galilea y de Decápalas y de Jerusalén y de Judea, y de la otra ribera del Jordán.
Mucha gente ha oído el término “Reino de Dios”, pero pocos realmente entienden lo que es.
He leído en estos días: “No tengo miedo que se acabe el mundo… Tengo pánico que siga igual”.
Personalmente, no me gusta del todo el mundo en que vivimos: me gusta, aunque puede mejorar, y mucho. Ya sé que dicen que todo va mal… Ciertamente, hay cosas que van mal, sobre todo desde el punto de vista del egoísmo, el materialismo, el individualismo, la falta de fe, etc. Pero también hay que valorar el progreso científico, el idealismo de nuestros jóvenes y los millones de seres humanos que se empeñan en lograr un mundo mejor. El descenso de la mortandad infantil y de las madres es otro aspecto importante del progreso, como también internet y tantos medios de comunicación que son motivo de dar gracias a Dios por vivir la época que vivimos. La «percepción» que tenemos de la realidad, es más bien negativa. El secularismo y la falta de solidaridad son muy fuertes hoy, pero también lo fue en otras épocas.
La perspectiva cristiana está en todos los aspectos humanos: la cultura, la economía, el arte, el deporte, la salud, la comida, etc… pienso que Dios está en todos los sitios. El problema es que absolutizamos algunos aspecto. Por ejemplo, el que la práctica religiosa ha bajado mucho. Y podemos comparar eso con «el mundo ideal» por el que queremos luchar. Buscando el Reino de Dios, no como una utopía, sino en la esperanza de que siempre estará por hacerse.
La fe incluye siempre un desafío. Nunca ha sido de otro modo. Hoy existen ciertas dificultades para el que quiere ser cristiano. Pero ayer había otras. Y mañana, podemos decirlo sin temor de ser desmentidos, las nuevas generaciones de jóvenes tendrán que afrontar otras nuevas. Ser cristianos nunca ha sido, ni lo será jamás, una opción «tranquila»”. Esto implica lucha, para mejorar cada día un poco.
Ahora es el tiempo favorable. No pensemos que Dios actuaba más antes que ahora, o que antes era más fácil creer y seguir las enseñanzas de Jesús. Ahora que empieza el año, pensemos que lo importante no será lo que hagamos con nuestra fuerza, aunque hemos de poner buena voluntad en nuestra lucha, sino que lo que más cuenta es lo que hace Dios en nosotros: dejándole “espacio vital”, dejándole hacer. Eso es para mí el Reino de Dios.
Termino citando al Papa Francisco:
“El Reino de Dios ya está entre nosotros, aunque no completamente. Está entre nosotros porque Jesús ya ha venido a la tierra y nos ha dejado su presencia. Pero todavía falta algo. Es necesario que el Reino llegue al corazón de cada hombre. Sólo entonces podremos decir que ya ha llegado en toda su plenitud”.
“El Reino de Dios es humilde, como la semilla: humilde pero se hace grande, por la fuerza del Espíritu Santo. A nosotros nos toca dejarlo crecer en nosotros, sin vanagloriarnos: dejar que el Espíritu venga, nos cambie el alma y nos lleve adelante en silencio, en paz, en la quietud, en la cercanía a Dios, a los demás, en la adoración a Dios, sin espectáculos”.
Este fue el mensaje central que Juan el Bautista, Jesús y los apóstoles predicaron. La venida del Reino de Dios es el mensaje que Dios quiere transmitir a cada persona en la tierra. La pregunta crucial es: ¿quieres ser parte de él?
Isabel Margarita Garcés de Wallis
Hermosa e importante tu reflexión ,solo agregar que el SEÑOR siga siendo bondadoso y nos regale mucha FË para mejora nuestro mundo empezando por cada uno de nosotros, personalmente me he fijado la meta de hacer cambios en mi vida , no me es fácil pero trataré, comenzando por aceptar a los otros como son y no como yo quiero que sean , gracias