Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
26 Nov 12
Mateo 4, 18-22
“Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron”
Jesús pasaba por la orilla del Lago de Galilea cuando vio a Simón Pedro y Andrés, dos hermanos que eran pescadores. Mientras ellos pescaban con sus redes, Jesús les dijo: «Síganme. En lugar de pescar peces, les voy a enseñar a ganar seguidores para mí.»
En ese mismo instante, Pedro y Andrés dejaron sus redes y siguieron a Jesús.
Jesús siguió caminando por la orilla del lago y vio a Santiago y a Juan, otros dos hermanos que también eran pescadores. Los dos estaban en una barca arreglando las redes, junto con su padre Zebedeo. Jesús llamó a los dos. Ellos salieron de inmediato de la barca, dejaron a su padre y siguieron a Jesús.
El texto que nos ofrece hoy San Mateo habla de la vocación de los primeros discípulos. Jesús se acerca a ellos en su lugar de trabajo y allí les propone algo nuevo. Son hombres que conocen el lago, saben de redes y del mejor horario para pescar. Y ahora Jesús les invita a dejar el oficio conocido y aventurarse a un futuro incierto: ser pescadores de hombres, o sea buscar seguidores. Seguramente los apóstoles deben haber tenido muchas dudas. No es fácil lanzarse al vacío sin red de seguridad. ¿De qué iban a vivir si no seguían pescando? ¿Qué pasaría con sus familias? El cambio propuesto es radical: no se puede seguir a Jesús y seguir mirando hacia atrás. El relato continúa diciendo que, a pesar de sus temores, los discípulos lo dejan todo y siguen al maestro.
Estos cuatro primeros discípulos que siguen a Jesús son como un prototipo de los discípulos de todos los tiempos. A nosotros y nosotras también se nos propone dejarlo todo, despojarnos de ataduras que no nos dejan avanzar, romper con todo lo que no nos permite dedicarle tiempo al reino… Nuestra misión es la misma de Andrés, Pedro, Juan y Santiago: ser pescadores de una nueva humanidad. Y al igual que los apóstoles, nosotros también nos llenamos de dudas y de temores… ¿Qué tiene que ver esta propuesta misionera con mi profesión…? ¿Me va a quitar mucho tiempo esto del prójimo…? ¿Estaremos listos para el trabajo ofrecido…?
La palabra “discípulo” significa literalmente un aprendiz. Un discípulo de Jesús, entonces, es alguien que desea seguir los pasos de su maestro. Por ejemplo, ya que Él estaba preocupado por los más débiles, sus discípulos también deberían estarlo.
Los hombres escogidos por Jesús para ser sus colaboradores no eran gente especial. Eran sencillos pescadores que necesitaban ser preparados para el apostolado. Durante los tres años que siguieron a Jesús alrededor de Palestina fueron aprendiendo de Él… Nosotros, discípulos y discípulas de la actualidad, tenemos la suerte de tener por escrito en los Evangelios todo lo que Jesús enseñó a su primera comunidad. No deberíamos tener excusas para el seguimiento. Dicen que en el camino se arreglan las cargas… o sea, es trabajando por el reino que aprendemos a hacerlo. El hecho de buscar una nueva humanidad nos cambia y nos hace también mejores personas.
Les invito hoy a hacernos algunas preguntas y meditar sobre nuestro discipulado: ¿Hemos aceptado el llamado y responsabilidad de ser discípulos, o sólo “vamos a la iglesia”? ¿Quién ocupa el primer lugar: nuestros negocios y quehaceres, o Jesucristo y Su reino? ¿Estamos ocupados en construir nuestras vidas o disfrutando de nuestro retiro, mientras los más débiles sufren?
Querida hermana, amiga, compañera de fe y camino, !!yo te saludo por tu reflexión!!
!Yo te saludo por tu llamado!
Has actualizado el Evangelio y prestado tus palabras a Jesucristo para que pudiéramos hacer memoria, reCORdar la misión y la elección que hicimos hace años de ser discípulas y discípulos!
Te saludo con cariño y admiración!