Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
27 Feb 16
Mateo 5, 17-19
“Quién cumple y enseñe, será grande”
No crean que he venido a suprimir la Ley o los Profetas. He venido, no para deshacer, sino para llevar a la forma perfecta. En verdad les digo: mientras dure el cielo y la tierra, no pasará una letra o una coma de la Ley hasta que todo se realice. Por tanto, el que ignore el último de esos mandamientos y enseñe a los demás a hacer lo mismo, será el más pequeño en el Reino de los Cielos. En cambio el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los Cielos.
Mi padre tuvo múltiples oficios en su vida, comerciante, contador, periodista, escritor, sin embargo creo que lo que más llenaba su vida era: “ser maestro”, su pasión…
Entregar la vida a la pasión por enseñar, no es lo mismo que traspasar conocimientos técnicos sobre alguna materia, o saber mucho sobre un tema y dictar doctas charlas sobre el mismo; “enseñar” significa entregarle al aprendiz el conocimiento de su propio valor como ser humano, el de sus talentos, sus capacidades y su dignidad.
Jesús en este pasaje del evangelio nos “enseña” la mayor facultad del ser humano, la “capacidad de amar”. Amar es el principal mandamiento de la ley de Dios, todos los demás lo llevan implícito; ya Moisés, nos los da a conocer en las antiguas escrituras, pero es Cristo el que le da forma a la expresión más sublime, amando incondicionalmente a la humanidad a través del perdón.
El amor excelso lo encontramos en el perdón; pero muchos, aún persisten en la ley del Talión. Dijo Cristo: “No crean que yo vine a suprimir la ley de los Profetas, sino a darle su forma definitiva.”
Fundirse en el amor es transformar el espíritu y alinearlo en la bondad, en la verdad y la justicia, es llevar consigo los elementos fundamentales, con los que Jesús nos enseña, como ser dignos de formar parte de la energía infinita y de dimensiones inconmensurables que es Dios.
Ahora, nos toca a todos nosotros sin excepción dar a conocer este mandato: “Amar”. ¿Y cómo lo podemos “enseñar”?; existe una sola manera: ¡Amando!
El “Amor” dignifica al hombre pues es Dios fundido en su ser; y mientras más amamos, más de “Dios” vive en nosotros; de esta manera también nos convertimos en mensajeros de la Ley de los profetas y de la palabra de Cristo. A nuestro alrededor debemos promover, mostrar y promulgar la Ley del Amor. Para poder entenderlo así, debemos estar conscientes primero, de que cada ser humano es dueño de su espiritualidad, y que en ella puede alojar la bondad o la maldad; cada uno elige.
Entonces dice Jesús: “Quién cumple y enseñe, será grande”…
Quién cumple…, es decir “aquel que ama”, aquel que despoja su corazón de odios, de rencores, de mentiras, de injusticias, de envidias, de ambiciones desmedidas, de falta de respeto a todo ser humano y miembro de la creación, de discriminación, de ira y rabias…etc., tendrá dispuesta su alma para que Dios se aloje en él.
…Y enseñe, con esto vuelvo al maestro, al profesor…a mi padre; nadie puede hacer un regalo más grande que enseñar a amar, prodigando nociones de justicia y de verdad para con todos los seres humanos…Enseñar es un verdadero acto de generosidad, en donde se entrega la posesión que la vida y la experiencia le da al hombre ¡su sabiduría!, en una muestra constante de sus acciones y consecuencias…
En los noticieros nacionales, mostraron hace poco, chicos “ABC1” (nivel socio-económico alto) que veranean en elegantes playas del litoral central comportarse como verdaderos “delincuentes”, sin ningún respeto por los vecinos, pares, mujeres, y a sus propias personas. Ellos desafían a la autoridad con “los cargos” de sus padres, creando una impunidad para sus fechorías. Mi pregunta aquí es ¿tienen estos jóvenes la enseñanza de unos padres en la sabiduría del amor?…
“Veo niños adentro de un bosque de coigües y raulíes, sentados y absortos por las “Tablet” con las que sus padres han logrado mantenerlos quietos, para que no molesten, para que no hagan preguntas, para que no jueguen ni conversen con los pájaros y los árboles”; palabras con las que el poeta, columnista y profesor de literatura Cristián Warnken poéticamente en uno de sus últimos artículos de El Mercurio, de alguna manera, nos retrata el desamor de los padres para con los hijos.
Humberto Maturana, biólogo premio Nacional de Ciencias, concluye en su “Biología del amor”: “El amor es una manera de vivir en sociedad”, hace dos mil años atrás, el hijo del carpintero ya nos lo dijo “Amen al prójimo, enseñen a Amar y serán grandes”
Verónica ,que hermosa y profunda tu reflexión, creo que está todo dicho. Amar, Amar y como dice la canción el amor es comprensivo, el amor es servicial, el amor no tiene envidia, el amor no busaca el mal. Mi comentario es simple como abuela debemos procurar enseñar con amor y paciencia a nuestros nietos, compitiendo con la tecnología actual, sí con mucha paciencia
Que bella reflexión tan profunda y simple a la vez, la base de lo que nos enseñó Cristo con ejemplo de vida amó hasta darlo todo. Nos confundimos en nuestro diario vivir no dejando cultivar en nuestro corazón lo que nos hace mejores seres; esta reflexión también me recuerda un comentario que escuché hace pocos días a la sicóloga Pilar Sordo en donde mencionó que como sociedad habíamos olvidado cultivar la bondad y en su lugar estábamos más preocupados de ser «astutos», el resultado: agresivos, amargados y chaqueteros tirando hacia abajo los logros del otro. Creo que detenerse en de este ejercicio nos hace muy bien. Gracias Verónica.
Paso por la calle frente a las personas para quienes soy indiferente y lo son para mí, no obstante hay en ellos la semilla del Señor, son mis hermanos y hermanas, pero no me aflora el amor por ellos, en otras ocasiones mas inspirado, rezo y pido bendiciones por las gentes. Pero esto de amar me queda grande. Tengo la impresión que si El Señor no está en el corazón es inútil, no hay gestos amables, ni granitos de arena, ni florecitas que repartir……. Tengo y tenemos que volver a orar, hablar personal y directamente con el autor del amor antes que sea tarde y el
que pueda, pase a verlo en las iglesias………. siempre está solo
Rodrigo, con toda humildad te digo, no busques el Amor en otros, buscarlo en tí mismo; si eres una persona que tratas de no herir a nadie, y de dar lo mejor de ti para con tu familia, en tu trabajo es que Dios esta en tí (o él Amor, que a fin de cuentas es lo mismo); si desarrollas con entusiasmo tus talentos, es por que el Amor está en tí, si no contaminas por que añoras un mundo más limpio para tus hijos, es por que la generosidad está en tu corazón, si aprecias la vida y apesar de los problemas logras vivirla con alegría, es por que de algún modo tienes mucho de Dios. Cierto es que nos «achacamos» cuando en nuestro medio la agresividad, la violencia, la delincuencia, los malos modales es lo que vemos cotidianamente; entonces nos rebelamos y decimos ¡yo no puedo amar a personas así!; humanamente ¡no podemos hacerlo!, pero sí podemos crear a nuestro alrededor más cercano una atmósfera de convivencia sana, amor y afecto. ¡El cambio empieza por ti empieza por mi!. Eso es lo que quiere el Señor de cada uno.
Agradezco infinitamente tu comentario, pues creo que a través de él, plasmaste un sentimiento común en muchas personas.
Ahhhh, y Dios no está en una determinada iglesia, Dios esta dentro de cada uno, dejemos crecer este gran Amor!!!
Un saludo afectuoso para ti.
María y Patricia, agradezco sus comentarios, Dios las colme con su gracia.