Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
22 Mar 20
Mateo 5, 17-19
Quien cumpla y enseñe será grande
Jesús dijo a sus discípulos: No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: Yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Les aseguro que no quedarán ni la última letra o tilde de la Ley sin cumplirse, antes que desaparezcan el cielo y la tierra.El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.
Al leer el evangelio de Mateo, conviene conocer algo del contexto histórico en que fue escrito. Por los años 85-90 de nuestra era, después del desastre de la primera guerra judía que culminó con la destrucción de Jerusalén y del Templo, el pueblo judío y su religión enfrentaban la posibilidad de desaparecer para siempre. Sin Templo, sin sacerdocio y sin sacrificios, los fariseos y maestros de la Ley reestructuraron la identidad judaica en torno a una adhesión estricta a la Ley…muchas veces ahogando su verdadero sentido, reduciéndola a la frialdad del legalismo.
El texto que leemos hoy, parte del sermón del monte, comienza situando a Jesús ante la Ley. Él conoce la Ley de Moisés y su intención no es transgredirla, sino revelar su sentido más pleno y profundo. Por ejemplo, declara que Dios no se complace en la observancia del Sábado que desprecia a las personas y las condena…(Lc 13, 10-17) o cuando ante la mujer pecadora no la condena sino que la salva de la intransigencia de aquellos que estaban listos para lapidarla pretendiendo aplicar la Ley de Moisés (Jn 8, 1-11).
¿Y que pasa hoy? En cada país tenemos un conjunto de leyes que son las que dan identidad a nuestros pueblos. Cada país formula una Constitución, que es un pacto social para regular las relaciones entre las personas de dicho país y sus relaciones con el Estado. Pero a veces nos pasa un poco lo que pasaba en Israel: la Constitución se vuelve una camisa de fuerza que nos obliga a pasar por sobre el bienestar de las personas por salvaguardar la Ley.Así nos pasa ahora en Chile, donde las leyes y la misma Constitución no acaban de responder a las necesidades y clamores del pueblo.
En el seno del judaísmo existía un grupo de discípulos y discípulas de Jesús de Nazaret que aceptaban la Ley como autoridad, pero interpretándola como su Maestro les había enseñado. Sin embargo, hoy en día, más que cumplir la ley nos dedicamos a buscar cómo escapar de ella… Parece ser que nos guía el viejo y conocido adagio que dice: “hecha la ley, hecha la trampa”. Nos hemos olvidado del espíritu de la ley.
El Evangelio de hoy nos enseña como observar la ley de Dios de manera que su práctica muestre en qué consiste Reinado de Dios. Y hoy, como seguidoras y seguidores de Cristo, también tenemos que aprender a defender la vida de las personas aún en contra de algunas leyes que atenten contra ella. Las leyes de nuestros países deben ser observadas… pero teniendo siempre en cuenta la vida de las personas y el bienestar de la comunidad. Jesús no rechazó el Antiguo Testamento de los Judíos, sino que lo llevó de vuelta a su esencia: ama a Dios y ama a tu prójimo. La palabra del Evangelio es y debe ser la orientación y respuesta para el mundo de hoy.
Estoy algo confundida porque recién al final hablas de la situación que vive el mundo entero, quedarse en casa para sobrevivir al desastre de la epidemica de corona virus. No entiendo a qué viene que digas «hecha la ley, hecha la trampa» como si hacer trampa fuese una hazaña del ser humano rebelde. Yo estoy agradecide de que mis hijas limiten sus venidas para protegerme.