Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
14 Jun 10
Mateo 5, 38-42
“Yo les digo: no hagas frente al que te agravia”.
Se dijo además: “Ojo por ojo y diente por diente”.
En cambio yo les digo: No resistan a los malvados. Preséntale la mejilla izquierda al que te abofetea la derecha, y al que te arma pleito por la ropa, entrégale también el manto. Si alguien te obliga a llevarle la carga, llévasela el doble más lejos. Dale al que te pida algo y no le vuelvas la espalda al que te solicite algo prestado.
Esta frase de Jesús dentro del contexto en que El se desenvuelve es demasiado fuerte, es además desafiante, es como una trasgresión para las leyes y normas de la época.
La verdad que este modo de convivencia que presenta, nos “descoloca frente al otro”; que no tiene que ser precisamente adversario. Puede ser del entorno en que me muevo, de mi familia, o amigos o compañeros de trabajo; aquí el proyecto y la intención del hijo de Dios es “hacernos caer en la cuenta de lo importante que es el otro”, la persona que está a mi lado, cercana o lejana; el “ser creado a imagen y semejanza de Jesús”; y que con ellos y como ellos, yo me realizo, sintiéndome hermano, superando mi ego y haciendo algo que va más allá de lo que mi persona supone.
Jesús predica aquí la cultura de la paz, de la no violencia, sobre la del súper yo, del juego de poder, la de la agresión y del conflicto.
Aquí percibo la cultura del perdón, del amor, sin las cuales, las relaciones humanas serian imposibles. ¿Cuantas veces vivimos la experiencia de no devolver con la misma moneda? ¿Que sentimientos nos llamo la atención? ¿Que personas y situaciones nos vinieron a la mente?
Sentir que eso que hacemos por otro es gratificante aunque nos cueste esfuerzo y no se comprenda nuestra acción, y conversar de esto en oración. Analicemos si no dar la espalda al que me necesita, me trae paz, alegría, tristeza, desazón.
Si considero que “Dios me creo por amor”, para crecer a su imagen y semejanza, y así compartir conmigo y contigo Su felicidad, para esto necesito tener “libertad interior” ante todas las cosas creadas, de tal manera que no prefiera yo tomar o dejar ninguna cosa; por ejemplo: casa, salud, trabajo, prestigio, amigos, y así con todo lo demás. Si yo puedo vivir esta «libertad interior» seré capaz de elegir lo que me conduce al fin para el que fui creado.
En este momento de la reflexión creo importante mencionar el «trabajo personal» de comprender.
“Dios lo perdona todo, por que lo comprende todo”, dice un viejo adagio; de entender al otro en sus circunstancias, desprendernos de los pre-conceptos y pre-juicios, para confiar y descubrir la «intención positiva de las personas», como medios constructivos para llevar a la practica la intención de progresar, de crecer, de dejar de sufrir, de ser felices. Y termino orando con ustedes. y pidiendo la ”gracia de entrar en sintonía con El”, confiando en el “potencial del ser humano” que busca consciente o inconscientemente ser y sentirse cada día más humanos, más felices!
Que Dios nos conceda esta libertad interior. Amen.
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